Hanahaki [Nejiten]

¿Quién es él?

¿Quién es él?

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A lo largo del frondoso jardín, lleno de árboles y flores de distintos tamaños y colores, Tenten los pudo observar desde lejos.

Neji e Ino habían llegado después de una larga hora desaparecidos, pero lo más extraño es que todavía estaban distanciados a varios metros, solos y juntos, y nada que terminaban por estar aquí -- Dónde él estuviera a su lado.

Sus manos conteniendo las muestras de los ingredientes que debían recolectar, estaban polvorientas, con un ligero escozor en cada una de sus palmas gracias a una maleza agria que no se percató cuando quiso arrancar una flor que llamó su atención.

Había tirado la flor morada al suelo justo después cuando sus manos sintieron el extraño escozor que podía ser tóxico. Gracias a los cielos no lo era. No pasó nada más allá que la piquiña, aunque igual... Debía lavarlas para evitar una futura alergia.

Se acercó a un inmenso estanque que contenía una cascada. El bosque cercano a la Aldea de la Niebla, estaba compuesto por un ambiente húmedo y muy extenso; típico de los bosques templados que mayormente estaban llenos de árboles inmensos, malezas de casi del tamaño de un ser humano, y plantas de origen epifitas con hojas de morfología amplias que podían servir como sombrillas, esperando captar la cantidad de luz solar adecuada entre tanta competencia.

El agua era insoportablemente fría. 'Odio el agua helada' ese fue su pensamiento apenas se agachó y sumergió sus manos en la orilla del estanque con mucho cuidado.

Suavemente restregó las palmas de sus manos para cesar el molesto escozor que no parecía querer irse de su piel. Posiblemente sus manos se hincharan si las seguía maltratando. Lo peor comenzaba a suceder cuando la presión de su pulgar detonaba otra afección: Otro tipo de dolor extraño, similar a un pinchazo.

-- ¿Qué? ¿Tengo astillas clavadas también? -- Se dijo a si misma en un murmullo quejoso. Sacó su mano derecha del agua y la miró con detenimiento -- Genial... Esto me pasa por no traer mis guantes --

Realmente estaba obstinada, irritada, y posiblemente... Molesta. El estado de ánimo de Tenten había cambiado notablemente durante toda la misión.

Tanto fue así, que su primera advertencia fue cuando le pidió a Sakura separarse y buscar a solas los ingredientes -- Estaba al tanto que, si lo que temía era que tuviera otro ataque de asfixia... No debía preocuparse -- Tenten estaba consciente que no iba a tener otro ataque mientras buscaban los ejemplares correctos para el antídoto, pero a medida que pasaba no 10, sino que 20 minutos, 30 minutos... Y nada que el otro equipo llegaba con "buenas noticias", su estado de ánimo fue desmejorando.

Ahora con estas molestias clavadas en su piel, estaba verdaderamente obstinada. Las gotas resbalando por sus dedos, le impedía distinguir qué astilla le estaba molestando más.

Ni siquiera podía contar cuántas había. La impaciencia la hizo bufar y contribuir a ponerse de pie a medida que buscaba con la luz solar, un buen ángulo para distinguir dónde estaban las astillas clavadas; su mano moviéndose de lado a lado, arriba y abajo, fue seguida también por sus pies. En ese intervalo, Tenten lo único que tenía en mente era solucionar su problema, pero no le estaba prestando cuidado por dónde pisaba.

Lo próximo que sintió fue la helada superficie acuática envolver todo su cuerpo.

Cayó al agua. El pánico no la dejó pensar en nada. Sabía que gritó, también supo que intentó aferrarse a la hierba que rodeaba el orillo del estanque una vez concientizó el peligro.