Capítulo 8

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"You don't have to be sorry for leaving and growing up."
Matilda - Harry Styles

Bianca

-En serio ten cuidado por favor.-La voz de Pedro sonaba preocupada al otro lado de la línea.

Él se encontraba lejos debido a un viaje que tuvo que hacer para realizar algunas entrevistas de The Mandalorian. Su preocupación me parecía muy dulce, pero sé cuidarme sola.

-Bianca...- Jamás me voy a cansar de escuchar mi nombre en su voz. Me desconcentré un momento viendo la ventana.

-¿Mjm?... Pedro ya te dije que estoy bien. Vos encargate de ser el mejor y el más fachero del programa.- Le guiñé un ojo a través de la cámara.

Hace dos días no podíamos dejar de hacer videollamada a la hora del desayuno y la cena. En este momento me encontraba desayunando antes de ir a trabajar.

Era un día muy apagado, lluvioso, casi como mi humor hoy. A partir de la adolescencia tuve días malos, que se sentía desde que abría los ojos hasta que los volvía a cerrar.

El cuerpo pesaba, mantener los ojos abiertos era un trabajo más y ni hablar de concentrarme en alguna conversión. La nostalgia manejaba mi cabeza. Esos eran los malos días, y hoy amanecí así. A pesar de eso me encaminé al trabajo después de cortar la llamada con Pedro. Lo extrañaba mucho y solo habían pasado dos malditos días, me faltaban tres más.

No sabía en qué momento entendí que estaba enamorada de él. O sí, sabía que la comida de bienvenida que Pedro me preparó la primera noche me había encantado. O las flores que me compraba los días nublados como hoy, o las noches de sábado que nos quedábamos fumando marihuana y tomando vino hasta tarde, con charlas que parecían infinitas.

Cada baile que Pedro hacía cuando en Youtube saltaba una publicidad o las muecas molestas que me ofrecía cuando yo le cantaba Cerati a todo pulmón. Ahora no tenía quién se queje de mis conciertos en la ducha.

La puta madre, solo eran dos días y ya extrañaba todo.

Andrea me esperaba en el escritorio con una taza de té. Agradecida le otorgué la mejor sonrisa que pude y con la taza en la mano, me dirigí al set donde estaban grabando una escena, saludé a Craig quién me recibió con los brazos abiertos y un par de palabras que tardé en procesar. Me iba a presentar a alguien y que me iba a caer muy bien.

La verdad con este humor no quería hacer nada pero aún así le sonreí en silencio y le seguí los pasos. Nos acercamos a un hombre muy canoso desde las raices hasta su barba larga. Pestañee un par de veces para comprobar que mis ojos veían a la persona correcta.

Mi mano comenzó a temblar involuntariamente. Toqué la boca de mí estómago con la palma de mí mano para calmar los nervios.

-Guus!-El hombre giró hacia Craig, se dieron un abrazo y el director me presentó a él. Al mismísimo...

-Gu-Gustavo Santaolalla...-Mi voz apenas salió.

¿Esto era real?

Gustavo era una persona que yo admiraba mucho, un argentino que a través de la música logró salir al mundo. Él simplemente me sonrió.

The Art Of Eye Contact (Pedro Pascal) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora