The Art Of Eye Contact (Pedro Pascal)

Capítulo 10

"Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer."
Adiós - Gustavo Cerati

Omnisciente

Bianca despertó asustada debido a que no escuchó su alarma habitual. La noche anterior sin mediar mucha palabra el dúo se fue a dormir a sus respectivas habitaciones alegando que estaban muy cansados. La espalda de Bianca crujió cuando ésta se estiraba sentada a un lado de la cama. "Apenas 32 años." pensó, respiró tres veces y al fin se levantó. Había un baño en el pasillo antes de llegar a la habitación de Pedro, así que decidió refugiarse ahí. Le costaba mantener los ojos abiertos y los pies le pesaban, con un poco de agua fría en la cara, la sensación desapareció. Ya despabilada y un poco arreglada, no tardo más de veinte minutos pero para ella lo sintió una eternidad, salió al resto de la casa. Una silueta reposaba en el sillón, leyendo un libro. Prince sonaba con bajo volumen en la tv. Automáticamente creció una sonrisa en el rostro de Bianca, quién sintió un fervor en el pecho, hirviendo la tristeza que conquistaba aquel espacio conviertiendola en vapor hasta desaparecer. Con el corazón saltando de alegría, al fin le habló. Tenerlo en casa la hacía sentirse en paz. Lejos, malo. Cerca, bueno. Así funcionaba su cabeza a veces. El castaño pegó un pequeño salto, saliendo del trance de su lectura devolvió el saludo a su compañera.
- ¿Cómo estuvo tu viaje? - La castaña lo interrogó acercándose con una taza de té atrapada en sus manos.
-Olvida eso, tú, ¿Tú cómo estás?- Bianca sintió un vacío al recordar que no tenía su teléfono para disimular la incomodidad. Exhaló con pesadez, buscaba las palabras correctas mientras se sentaba a su lado, no las encontró.
- No sé, no es nada. Hace rato no me pasaba, creo que me consterné mucho con la escena que estaban filmando.- Su entrecejo se unió formulando una pregunta en su interior. Todavía no había hablado con Craig, ni Gustavo, no tenía su teléfono. Pedro evitó contar que había hablado toda la mañana con su hermana sobre la ansiedad.- Whatever, creo que eso significa que son buenos actores ¿No?
- You know you can trust me, it's okay. O sea, si lo son, buenos actores digo. Eran Murray y Nick, ¿Cierto? Pero no sé si una filmación te puede ocasionar un ataque.- Presionó un poco. Ella apretó una mejilla en una mueca. - O tal vez, tal vez es algo más interno y eso lo detonó.- Sugirió.
-Cambiemos de tema.- Bianca hizo un movimiento de mano restándole importancia al asunto. Esperanzada de que deje pasar el tema.- Hablé con Jaqui, mientras pasaba tu entrevista.

Pedro alzó una ceja mirándola sobre sus lentes, parecía un completo señor sentado con una pierna sobre la otra, el libro en su regazo y ambas manos sobre éste. Mentalmente lo comparó con su profesor de historia en la universidad. Oprimio una risa apretando sus labios. Lo había extrañado, le encantaba tenerlo a su lado.

-Le conté al fin de nuestra amistad.- El rostro de Pedro se arrugó en una mueca involuntaria ante la palabra.- Lo aceptó, lo entendió. Se alegró por el trabajo, voy a viajar para allá en dos semanas. Dijo que vio una foto en ¿Twitter? Creo que voy a crearme una cuent-
- No, no. Por favor no te crees una cuenta de Twitter.- Interrumpió Pedro, procesando la información. Dejó el libro sobre la mesa ratona y se giró completamente hacía Bianca.- ¿Te vas a Aegentina? ¿Fotos nuestras en Twitter?- Internamente Pedro se cuestionó su falta de atención al resto del mundo cuando se encontraba ella a su lado, no había podido ni siquiera pensar en los paparazzis o fans cuando salían a comer o caminar. Sólo pensaba en lo linda que se veía su sonrisa. - ¿Te vas?- Repitió, un poco preocupado.

Flashback

- ¡¿Te vas?! ¡Bianca! ¡¿Te vas?!- Su novio, Santiago, la seguía por la casa mientras le gritaba. Bianca tenía la vista borrosa por las lágrimas que salían de sus ojos. Con una valija y una mochila trató de caminar lo más rápido que pudo.- Te vas a zorrear seguro, vas a salir con todos esos trolos, ya vas a ve-
- Chau Santiago, chau. - Su novio, ahora ex, se obligó a callarse cuando Bianca abrió la puerta haciendo ver a su amigo del otro lado, que vino a rescatarla. Ella sabía que en este momento no estaba recibiendo golpes debido a la presencia de su mejor amigo, suspiró aliviada y salió de la casa directo al auto de su este. Le dolía irse pero ya no podía estar así.