El silencio se hizo incómodo. Kamila, Brendan y Alma no dicen nada.
-¿¡Cómo dices que dijiste!? - grita Kamila, y eso atrae unas cuantas miradas. Alma le da un codazo en el costado derecho y mi amiga se queja.
-Es broma, de seguro es una de tus bromas- dice Alma a punto de soltar una carcajada.
Mi silencio no ayuda.
-Espera, ¿Es cierto? - reacciona Brendan, luego de un pequeño lapsus.
-Sí, soy inexperta en relaciones sexuales y soy sexóloga. Jamás en mi vida he tenido sexo con otra persona- digo con sinceridad.
-Nunca nos habías comentado eso- Alma parece estar uniendo hilos imaginarios en su cabeza, pues sus ojos recorren de izquierda a derecha con una velocidad alarmante. Sé que lo hace, pues nos enseñaron eso en la clase de lenguaje corporal.
-Jamás preguntaron- encojo mis hombros para restarle importancia al asunto.
-¿Por qué? - inquiere Brendan, ahora él también parece bastante interesado. Alma sigue recordando o dando vueltas al asunto, Kamila sigue en un silencio muy anormal de ella.
Lo pienso por un momento, y solo basta un par de recuerdos que golpean mi pobre corazón para saber la respuesta.
-Creo que es más fácil enfocarse en la carrera. No me gusta perder el tiempo, lo saben- a lo que asienten. -Además, no se ha dado la oportunidad y si se ha dado, jamás me fijé. Otra cosa es que me siento feliz y plena conmigo misma, como para necesitar que otro tenga que satisfacerme. Suficiente tengo con mis juguetes- me sincero.
-¡Amiga date cuenta! -casi me estalla el oído por el grito de Kamila. Esa es mi amiga, la temperamental y ruidosa. -Tú estás en una burbuja donde no dejas entrar a nadie y alejas a todos. Necesitas ser amada, no es por el sexo, es por el contacto humano-
A pesar de estar ebrias, Kamila lleva razón en algo. Soy demasiado hermética para darme a conocer tal como soy. Incluso, ellos tuvieron que esperar para que me atreviese a contarles sobre mi caótica vida, a pesar de conocerme desde los primeros años de universidad. Estoy hablando de, aproximadamente, seis meses atrás. Les conté sobre toda la odisea de una vida marcada por el rechazo, el abandono y el engaño. Estos escenarios sólo me causaron problemas serios que se reflejaron en varios episodios de depresión y ansiedad. Logré regularme gracias a la terapia que recibí, luego de mudarme de la casa de mis padres.
Y como siempre, mis amigos tienen razón, prefiero ocultarme detrás de un ensayo académico a charlar con alguien para conocerlo.
-¡Tengo una idea! - exclama Alma, sus ojos brillan por el alcohol y el entusiasmo. Desde ya intuyo las fallas del plan.
-En otra ocasión no quisiese saber del maquiavélico plan, pero creo que ahora me interesó- interviene Brendan.
-Mi idea es que le consigamos a Venus una pareja común y corriente. Ella tendrá que "enseñarle" al individuo todo para llegar a un éxtasis sexual mutuo. Será algo así como un tipo de iniciación para ambos. Nuestra amiga necesitará despojarse de su coraza, y el otro individuo, disfrutará de clases personalizadas para ser un dios de la cama- cada palabra que sale da la boca de Alma es más disparatada que la otra, simplemente es inaudito.
¡Quién rayos hace semejante idiotez!
-Sí, me gusta. ¡Estoy dentro! - salta Brendan de la emoción.
-That's my business! - habla Kamila.
Por un momento, por un pequeño instante, quiero creer que todo lo que escuché es mentira y todo es producto del alcohol en nuestro sistema. Pero veo las expresiones radiantes de mis amigos, incluso conozco su insistencia y persistencia. Ellos siempre son de ayuda cuando estoy en el fango, jamás he creído en sus planes, pero de una forma ilógica, siempre funcionan.
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Venus necesita a Cupido
Romance-Me gustas- -Jamás dejé de amarte- -Todavía estás metida en mi mente- -La primera vez que te vi, lo supe... Me enamoré- -Eres la única que calma mi acelerado ritmo cardíaco- Cada una de estas frases se repiten en bucle en mi cerebro. Por cierto, so...