🎶Como esa vez que terminamos en mi casa
Haciendo cosas de esas malas
Tú en mi cama con la ropa en la sala (...)🎶Cosas Malas-Manuel Turizo Ft. Justin Quiles & Dalex
Llego al apartamento a eso de la medianoche. Es miércoles, bueno, jueves de madrugada y en unas horas necesito estar despierta. Repaso el día anterior. ¿Qué demonios acaba de pasar?
Un poco de asombro, mezclado con rabia y añado una pizca de culpabilidad; serían los ingredientes con los cuales sazonaría esta inesperada jornada. En resumen, no me esperaba nada de lo sucedido. Ni las desgracias de la mañana, ni el gran finale de la noche. Si defino mis últimos minutos en la oficina de Lucas con una palabra esa, definitivamente sería REMORDIMIENTO.
Entro a mi habitación sin hacer ningún ruido, casi siento que me convierto en una bailarina por los movimientos tan delicados. Me quito un ovario si Alma, Kamila y Brendan no me estaban esperando. Sí, mis amigos suelen ser un poco entrometidos y chismosos. En fin, ya estoy en casa y eso me tranquiliza de sobremanera. Voy directo a la cama y me recuesto con la vista hacia el techo. Repaso los acontecimientos de ayer. Confieso jamás haber pasado por algo parecido, pues esta era la primera vez que, en realidad, el día se veía interminable.
Entre el atracón, el encuentro con Mattheus, la reunión con Davies, el regreso de Daven, el encontronazo con el doctorcito; y la cereza del pastel, el revolcón "monumental" con Lucas. Al pensar en lo último, esbozo una sonrisa de tonta que borro al instante, por la vergüenza que me genera el ser tan imbécil.
Es que no quiero dañar nuestra relación de amistad, pero eso ya no es posible, porque tuvimos sexo.
¡Tonta Venus, tonta!— repito mentalmente.
Borro todos los pensamientos y lo ocurrido ayer, igual, en unas horas estaré en otro día normal de mi vida. Nada sin sobresaltos, lo mismo de siempre. O, eso espero. Salto de la cama para desvestirme, hoy estoy tan cansada que casi me olvido de lo sucia que me encuentro. Tomo un respiro profundo, y con la misma delicadeza que entré al apartamento, salgo de mi habitación al baño. Suplico a todos los dioses de todas las religiones que nadie se despierte, si no ya vi mi interrogatorio y el juicio.
Estoy a un paso de la puerta del sanitario, juro que veo la luz al final del túnel. Todas las esperanzas de salir victoriosa se desvanecen al escuchar un ruido. ¡MALDITO PISO APOLILLADO!
—Me vas a tener que contar todo, y si no quieres, atente a las consecuencias— reconozco la voz de Kamila a mis espaldas. Maldigo para mis adentros y doy la vuelta de inmediato. Quedamos frente a frente. Mi amiga tiene una cara de sueño que disimula con una sonrisa burlona y sus brazos cruzados sobre el pecho. Trago fuerte.
—¡Maldición Kam, me asustaste!— reclamo para que el verdadero espanto pase. Kamila niega con la cabeza y pasa al cuarto de baño. ¡Mierda! Ahora me va a interrogar en el baño, era todo lo que quería en este día de lata.
Camino detrás de ella como cordero al matadero. Ya qué, si este ha de ser mi final como una persona cuerda, que sea mi verdugo una de las personas más locas que conozco.
—¿Ya me vas a contar o tengo que empezar a buscar los puntos débiles?—
—Nada de nada. Yo misma te cuento todo, con pelos y señales. Sólo déjame asearme, créeme, la historia es mejor si yo me encuentro más relajada— Kamila asiente. En todo este tiempo ella ha estado sentada en el inodoro, está desvaciando su vejiga y, yo recostada en el marco de la puerta. Mi amiga se toma su tiempo para salir del cuarto de baño. Al parece, no tiene prisa o sigue adormitada. Al tiempo, desaparece del espacio y me deja a solas.
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Venus necesita a Cupido
Romance-Me gustas- -Jamás dejé de amarte- -Todavía estás metida en mi mente- -La primera vez que te vi, lo supe... Me enamoré- -Eres la única que calma mi acelerado ritmo cardíaco- Cada una de estas frases se repiten en bucle en mi cerebro. Por cierto, so...