Stigma [KookV]

IX

Las cosas podían salir o muy bien o muy mal, sobre todo cuando te basas en mentiras y para una persona con tantos problemas como Kim Taehyung estaban saliendo terribles. El plan de Jungkook de quedarse todo el día en la cama le había parecido buenísimo pero nunca se imaginó que las razones fueran el cansancio arrollador que experimentó de un momento a otro, la falta de respiración, el dolor de cabeza y la fiebre. Enfermar de esa manera era lo último en una larga lista de cosas que podrían haber pasado al término de ese fin de semana y aún así ahí estaba en cama sintiendo que daba las últimas con dolor en todo el cuerpo y una tristeza enorme por no poder estar como imaginó con su chico.

Jungkook atendió con paciencia y amor a Taehyung, extrañado por su repentino malestar, quizá el agua de la piscina había estado muy fría o tal vez la comida le cayó mal. Jungkook tenía toda la intención de demostrarle que como fuera, podían pasar un fin de semana agradable. El pelinegro se la pasó poniendo compresas frías en distintas partes del cuerpo de Taehyung. -No pasa nada, mi amor. -Le dijo con una voz suave, dándole un beso en la frente en una ocasión que le estaba cambiando las compresas. - No es la única vez que pasaremos un fin de semana en un hotel o que nos la pasemos en cama enfermos. En la salud y en la enfermedad ¿No? -preguntó de manera juguetona, guiñándole un ojo a su chico. Jungkook se quedó junto a Taehyung toda la tarde, aunque no era como esperaba, poder pasar el resto del día en la cama con el castaño, seguía siendo el mejor de los planes.

-Lo siento Jungkookie.- habló un Taehyung un tanto débil. -No esperaba que esto pasará, no debería ser justo ahora. Realmente quería hacer muchas cosas contigo.- admitió con tristeza ya no sólo eran las cosas que ocultaba sino que ahora también le ocurría esto. -Lo compensare.- aseguró. -Iremos con Hoseok y su novia, lo prometo.

Una sonrisa enorme se dibujó en el rostro de Jungkook, normalmente los planes entre ellos solían involucrar mucha más gente para cuidar las apariencias, pero ahora todo parecía ir estupendo, pasar el fin de semana en un hotel, citas dobles, Taehyung realmente se estaba luciendo y para Jungkook comenzaba a existir la luz al final del túnel de tener que ocultarle al mundo entero a quién amaba. -Me encanta la idea. -dijo dándole un besito en los labios. -Ahora descansa. -Pidió acurrucándose con él para dormir un rato.

●●●●●●

Los lunes son duros, sobre todo cuando estás regresando a una realidad desagradable de una vida desagradable y si a eso le sumas el hecho de que aún sufres los estragos de estar un día y medio en cama por fiebre es más pesado todavía. Taehyung y Jungkook regresaron a Seúl apenas tuvieron oportunidad, pudieron quedarse más tiempo en Incheon si así lo hubiesen deseado pero lo cierto es que el castaño sentía que ya nada podría arreglar ese fin y no porque hubiera sido desagradable sino por él. Cada minuto cerca de Jungkook lo hacía sentir nervioso y culpable, quería darle lo mejor pero sólo logró tenerlo como enfermero por horas.

El viaje de regreso fue largo y aunque el menor insistió en acompañarlo hasta casa Taehyung se negó, su coartada inicial para salir sin levantar sospechas fue decirle a Choonhee que tenía un viaje de negocios, llegar con su cuñado no sería muy lógico y aún no era el momento para descubrirse. Primero tendría que hablar con su padre, o no, quizá lo primero sería negociar con Seojoon para quitarse toda la presión que le provocaba y claro tomar valor para hablar con su padre, que pasara lo que tuviera que pasar y entonces sí anunciarle su decisión a Choonhee, a su madre y a Gongyoo, porque si su padre iba a estar molesto esos tres seguro querrían arrancarle la cabeza, ya podía imaginarselo. Su esposa en el papel de víctima, llorando y odiandolo más que a nada ni nadie, su madre apoyaría a Choonhee y diría que está muy decepcionada de él y su suegro, bueno, seguro intentaría golpearlo aunque no estaba seguro de por cuál de todas las razones que tendría para hacerlo: romperle el corazón a su hija, estar con los dos hermanos al mismo tiempo o por corromper a su hijo menor y hacerlo homosexual, tal vez por las tres.