XIV

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Luego de lo ocurrido esa tarde Taehyung no volvió a tener un segundo de paz, la tristeza logró consumirlo de una manera que no imaginó. El llanto volvió y la oficina le pareció enorme y pequeña al mismo tiempo, la presión y el ardor en su pecho lo hizo sentir que moriría y su respiración lenta le desesperó hasta llegar a la hiperventilación. Dolía y dolió en su momento, pero ahora que alguien más que él lo sabía, que Jungkook lo sabía, todo se había vuelto más real, la vergüenza, el asco, la humillación, el abuso en sí. Su cabeza, su alma y su corazón le reprochaban, se sentía vacío y abandonado, tan solo como nunca.

Regresó a casa antes de lo planeado, no supo cómo logró manejar en ese estado y un par de veces casi se estrella, parecía ebrio.  Por fortuna Choonhee no se encontraba y eso le dio la oportunidad de derrumbarse en la privacidad que tanto estaba necesitando, llorar y sentir todo lo que ya se había guardado. Al menos hasta que su celular le indicó que tenía un mensaje, no quería saber nada de nadie más pero algo lo hizo tomarlo. Su respiración se cortó un momento al ver que se trataba de Jungkook, no lo dudo, limpió sus lágrimas y caminó con prisa hacia la puerta. -Jungkook...- su voz se hizo más débil en cuánto notó las manos rojas, nudillos heridos y las manchas de sangre en la ropa del menor.

Taehyung lucía terrible. Jungkook no pudo evitar desviar la mirada del castaño pues para él tampoco estaba siendo fácil. No iba a mentir, estaba ahí con toda la intención de pedirle a Tae que siguieran intentándolo, quería estar para él después de saber qué había ocurrido, pero entonces recordó que cuando se fueron al Paradise, Taehyung ya le estaba ocultando cosas, ahora con el bebé en camino menos iba a arriesgarse, tenía que afrontarlo, había sido lindo mientras duró y sería doloroso el resto de su vida. -Me encargué de Seojoon. -Contó sin muchas ganas. -Él no volverá a acercarse a ti. -Aseguró alzando la vista para poder verlo a los ojos. - Sólo quería que lo supieras para que estés tranquilo. -Esa era su manera de despedirse.

Taehyung parpadeó un par de veces con un ápice de miedo en los ojos y dolor en el alma, eso sonaba peor que una despedida. -¿Qué fue lo que hiciste?- preguntó temeroso de la respuesta pues no se perdonaría si Jungkook hacía algo que lo afectara sólo por él.

Jungkook alargó un suspiro y negó con la cabeza, sentía cómo sus ojos picaban y su garganta dolía por el nudo que se le formó debido a la tristeza que cargaba, pero si bajaba la guardia nunca saldrían de ese bucle. Juntó todo su valor para no ceder y terminar las cosas de una vez. -No importa, ya está hecho y punto. -dijo con severidad. - Quédate con la seguridad de que pagó por todo.

Mentiría si dijera que quería irse, lo único que deseaba era tener a Tae entre sus brazos y decirle que todo saldría bien, que encontrarían una manera juntos, pero no podía engañarse más, había hecho suficiente por los dos, aún estaba recogiendo los pedazos rotos de su corazón y ya no podía una más. Lo más doloroso era saber que no podría evitarlo, que tendrían que verse o cruzar palabra en algún evento familiar. Tomó aire antes de volver a hablar, pues sería lo último que le diría al castaño como su pareja. -Adiós, Taehyung. -Se despidió con todo el pesar de su corazón.

-Jungkook por favor, no te vayas.- pidió armado de un valor tardío el castaño, casi no se dio cuenta del momento en que tomó el brazo del pelinegro para detenerlo.

Jungkook observó la mano de Taehyung sujetándolo y una descarga eléctrica recorrió su cuerpo. El tacto de su chico siempre sería su debilidad. Lo miró a los ojos sin ser capaz de decir algo, aunque su mirada le gritaba que no quería dejarlo. -Lo siento. -dijo finalmente para soltarse del agarre y darle la espalda para salir de ahí, un segundo más y mandaba a la mierda todo por volver a dormir con el amor de su vida.

El castaño sintió que la respiración se le cortaba de tajo y el dolor en su pecho volvía, todo se detuvo en el momento en que observó a Jungkook marcharse y entonces supo que nada volvería a ser como antes, esta vez no había otra oportunidad, esta vez era definitivo y nada de lo que hiciera o dijera funcionaría porque era demasiado tarde para ellos. Tuvo tantas oportunidades y todas las echó por la borda. Entrelazó sus manos para juntarlas a su pecho y luego agachó la cabeza para no seguir viendo, todo lo que quería era descansar del dolor pero aparentemente este ya nunca se iría. Sus labios y sus párpados se apretaron tratando de reprimirlo, pero su cuerpo tembló y fue tarde para aguantar las lágrimas ¿Qué se suponía que haría ahora?

Stigma [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora