VIII

1K 93 22
                                    


-Hasta el lunes Choi.- Namjoon sonreía con los ojos cerrados a su joven asistente para despedirlo. El fin de semana había llegado y con él, la conclusión de su jornada semanal. Estaba agotado, más mental que físicamente pero agotado a fin de cuentas. Sin embargo se negaba a descansar, es decir, claro era un viejo y eso no podía negarlo pero desde sus últimas salidas con Seokjin se sentía renovado, definitivamente el pelinegro era como una vitamina. Es por eso que lo primero que hizo al llegar a casa fue llamarlo.

-¡Hola! -Saludó Seokjin animadamente. -Justo estaba pensando en ti. -dijo con una sonrisa aunque Nam no pudiera verlo. - ¿Tienes algún plan? Estoy dispuesto a todo. -Bromeó. - En realidad tuve una semana muy estresante, me vendría bien un trago. ¿Qué dices? -preguntó.

Namjoon rió sin poder evitarlo, Jin le había robado las palabras de la boca. -Me cambio la ropa y voy por tí, así podemos elegir el lugar juntos.- no era una pregunta ni una orden pues sabía que su amigo no tendría problema con eso. -Te veo en una hora.- y sin más colgó la llamada, el cansancio ya se le había pasado y se sentía bastante animado.

Aprovechando que estaba solo en casa se dio un baño un poco más largo de lo habitual y se vistió más casual antes de salir en dirección al apartamento de Seokjin, por un momento se sintió ser el jóven Namjoon de nuevo con la diferencia de que ahora sí conducía él.

Jin terminaba de arreglarse, le emocionaba la idea de salir con Namjoon aunque no fuera algo nuevo, inconscientemente, peinó su cabello como más le favorecía y usó un poco más de loción, Jin siempre se había sentido el hombre más guapo del mundo, pero cuando Namjoon lo decía, entonces sí que era el hombre más guapo. De su escritorio tomó un par de puros. Los había estado guardando para una ocasión especial, pero nada era más especial para Seokjin que compartir unos tragos con Namjoon.

Al llegar al edificio donde Seokjin residía el castaño entró con mucha familiaridad, en realidad no era necesario y podría simplemente escribirle para avisar que ya lo estaba esperando pero era una de esas costumbres que nunca se iban y que en realidad tampoco le molestaba. En los espejos del elevador, inconscientemente, revisó su apariencia y sonrió, le gustaba lo que encontraba aunque muy pocas veces lo dijera. Llegó al piso correspondiente y llamó a la última puerta del pasillo.

Seokjin abrió la puerta listo para salir. Se quedó un par de segundos observando a Nam, los años le habían sentado tan bien. Reaccionó y habló para desviar la atención de su pequeño trance. -Dice mi padre que tienes que traerme de regreso a las 10:30 o te cortará la cabeza. -bromeó. - Vamos. Muero por una cerveza.

Una carcajada sonora escapó de los labios de Namjoon, cubrió su boca con su mano y negó con la cabeza, una de las cosas que le encantaba de Jin era lo ocurrente que siempre fue, y sus chistes malos también. -Te traeré a las 10:30 pero de la mañana. - alzó ambas cejas como diciendo ¿Qué opinas? Mientras señalaba con su mano para que Jin fuera al frente.

-Dudo mucho que aguantemos hasta las 10:30, pero está bien. Tenemos que revivir nuestros días de gloria. -Aceptó fingiendo pesar, por él, encantado. -¿Qué tal el trabajo? -preguntó mientras caminaban para salir del edificio.

-Tranquilo, al menos lo suficiente para saber que este fin de semana no recibiré llamadas por algún problema o imprevisto así que me tienes completamente libre estos días, a menos que tú tengas algún otro pendiente.- se encogió de hombros el castaño mientras apretaba los botones del elevador al que previamente habían llegado.

-Ninguno. -Se apresuró a decir Jin. - Quería tener el fin libre. -Comentó con una sonrisa, Seokjin quería tener el fin libre por si Namjoon quería hacer algo, poder estar ahí. -Bien, ¿A qué bar iremos? -preguntó pensativo. -Conozco uno aquí cerca, por si acabamos muy mal poder volver a casa.

Stigma [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora