Capítulo 16

1.5K 139 4
                                    

De repente las paredes de la casa de los Featherington se habían vuelto más estrechas y más que una casa parecía una cárcel para Jane. El olor a flores había dejado de ser agradable y se tornaba nauseabundo. La joven buscaba nerviosa a su tía con la mirada esperando poder salir de esa casa cuanto antes. Cuando Lady Hall vio la cara pálida de su sobrina, permitió preocupada que abandonase el baile junto a su hermana.
Durante los minutos que duró el trayecto, Jane no medió palabra con Emily, cuya preocupación aumentaba al ver el estado de su hermana. Y al llegar a la casa, Jane no pronunció ni una sola palabra más, hasta que se encerró en su cuarto, donde rompió a llorar sobre su almohada.
Todo lo que llevaba meses construyendo acababa de desmoronarse en minutos. No solo había perdido a Benedict, si no a Michael Baker, la Academia y la reputación de su familia se destruiría cuando Benedict Bridgerton contase toda la verdad. Había arruinado su vida, la de su tía, y lo peor de todo la de Emily, quien, a pesar de odiarlo, había tenido que mentir en repetidas ocasiones por su culpa. ¿Cómo había podido ser tan egoísta? ¿Cómo podría volver a mirar a su hermana después de haber arruinado todas sus posibilidades?

Su habitación comenzó a ser igual de agobiante que los pasillos de la casa de los Featherington y decidió salir a por algo de agua. Comprobó que la habitación de su hermana, y su tía, que llegó instantes más tarde que ellas a la casa, estaban cerradas y decidió bajar sigilosamente las escaleras. Si podía evitar su encuentro durante el mayor tiempo posible, mejor.
El silencio de la cocina resultó incluso relajante. No estaba acostumbrada a pasar tiempo en esa estancia, pero las pocas veces que había pasado por ella, estaba repleta de sirvientes que iban de un lado para otro dando y recibiendo órdenes. Pero  al verla esta vez tan vacía, parecía un lugar diferente, alejado del ruido de los salones de baile y de la academia. Pensó en lo injusto de su situación. En el dolor que podía haber causado, y en el dolor que estaba sintiendo. Como había volado cerca de las estrellas y del sol y como se estaba quemando.
Pero no pudo evitar pensar en los momentos buenos. En todo lo que había podido aprender en la academia, en todo lo que había mejorado, la forma en la que había conocido a Benedict como amigo y como hombre del que se había enamorado. Sonrió melancólica, había amado y perdido tan rápido.

De camino de nuevo a su cuarto le sorprendió ver luz en el despacho de su difunto tío y decidió acercarse.
Su tía estaba sentada en el escritorio de su tío mirando a la chimenea. Cuando la mujer se percató de la presencia de su sobrina, la hizo pasar.
-Pensé que estarías ya dormida.- Dijo Lady Hall con cierta seriedad en su voz.
-No podía dormir.- Respondió Jane acercándose a su tía, pero paró en seco al ver lo que tenía en sus manos.
-Yo tampoco podía dormir, llevo toda la noche dándole vueltas a algo que me dijo esta mañana vuestra profesora de baile.
Jane aguantó la respiración y su tía siguió hablando.
-Me dijo que estaba muy feliz de ver que por fin, después de tantos meses, habías decidido tomar clases de baile con tu hermana. Cosa que me extrañó, porque juraría que ambas habéis estado dando clase con ella desde que llegasteis aquí.
-Puedo explicarlo. - Consiguió decir Jane en un susurro.
-No hace falta, "Michael". - Lady Hall levantó la mano que sostenía la carta de aceptación de la academia. - Como me extrañó tanto leer esto, hablé con el ama de llaves para que indagase, pero vuestras doncellas no soltaban prenda, así que le pedí que revisase tu habitación mientras estábamos en el baile y encontró esto. - Lady Hall lanzó la carta en dirección a Jane. - En un principio pensé que habría sido un error, que se habría traspapelado, pero cuando encontró también un traje arrugado, claramente de tu padre, empecé a sumar.
Jane parpadeó frenéticamente intentando evitar derramar alguna lágrima más.
-Eso ya da igual tía, ya no volverá a pasar. - Dijo entre sollozos.
-¡Por supuesto que no! ¿Qué crees que pasaría si alguien más se enterase? ¿Qué crees que pensaría de tí Benedict Bridgerton?- Jane miró al suelo y Lady Hall se levantó de la silla del escritorio nerviosa.- A menos que ya lo sepa. ¿Lo ha sabido desde el principio? En el baile de los Rochester, cuando apareció con ese nuevo amigo de la academia, que ni siquiera pude ver, ¿eras tú? ¿Habéis mantenido este engaño juntos?
-No, él no sabía nada de esto hasta hoy. Fue todo cosa mía. Yo lo planeé todo, no había nadie más detrás. Pero no tienes que preocuparte por nada, porque no volveré a pisar la academia y dudo bastante que Benedict Bridgerton quiera mirarme a la cara siquiera.
La expresión de enfado de su tía se volvió pálida y de preocupación al escuchar las palabras de su sobrina. La situación de Jane era absolutamente escandalosa, pero la idea de que el plan hubiese sido orquestado junto al joven Bridgerton podría haber sido un atenuante y si nadie más lo sabía, podría resultar airosa. Pero en caso de no ser así, si Benedict Bridgerton acababa de descubrir el engaño, podía contarlo y arruinar la vida de toda la familia.
-¿Crees que sería capaz de contarlo? - preguntó Lady Hall seriamente.
- No, no lo hará.
-Niña egoísta, no solo has engañado a toda la sociedad londinense, poniéndolo todo en riesgo, si no que además te has aprovechado de mí y de la confianza que tenía puesta en tí. Esperaba muchísimo más Jane Wood. Y rezo para que tu inconsciencia no le arruine la vida a tu hermana. No se si hay algún castigo lo suficientemente severo para que te des cuenta de lo que has hecho.
- Benedict Bridgerton me detesta, no puedo volver a pintar y he destrozado el futuro de Emily, te aseguro tía, que nada me hará más daño que esto.
Lady Hall meditó un rato mirando al retrato de su esposo que decoraba la pared sobre la chimenea y después de un silencio que pareció eterno dijo:
-Volverás cuanto antes a Kent. Con suerte el señor Bridgerton se apiadará de tu hermana y encontrará a otra jovencita con la que distraerse.
Lady Hall se dirigió a la puerta y añadió:
-Solo espero que el señor Bridgerton sea mejor persona que tú.
Y tras esas palabras abandonó la habitación dejando a Jane a la luz de la chimenea que poco a poco terminaba de consumirse.

-Pienso contarlo. - Dijo Benedict Bridgerton después de relatarle a su hermana Eloise todo lo que había sucedido, evitando por supuesto, mencionar cierto episodio sucedido en la academia. 

Ícaro || Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora