Capítulo 7

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Los días siguientes transcurrieron de la misma forma, Michael Baker acudía por las mañanas a la academia y disfrutaba de la compañía de Benedict Bridgerton y todas las tardes, Benedict Bridgerton visitaba a Jane Wood y disfrutaba de su compañía. Era difícil decir quién estaba más feliz ante esta situación. Los sentimientos de Jane por Benedict cada día eran más fuertes y tenía la suerte de conocerle como posible pretendiente siendo Jane y como amigo siendo Michael. Benedict comenzaba a enamorarse de Jane y Michael parecía ser un excelente consejero en cuanto a mujeres se refería y parecía saber en todo momento lo que deseaba Jane, lo que facilitaba el trabajo de Benedict. Lady Hall y Lady Bridgerton no podían estar más felices por esa unión y también se alegraban de ver que los sentimientos entre Colin y Emily también podían llegar a buen término.

El baile de la reina llegó por fin y las hermanas Wood no podían estar más emocionadas. Ya habían visitado una vez el palacio real, pero no por ello resultaba menos impresionante. ¡Cuánta grandiosidad y lujo en un solo sitio! Era como formar parte de un cuento de hadas, parecía un sueño del que nadie nunca querría despertar. Y como en todo cuento de hadas, llegaba el príncipe y ofrecía su mano a la protagonista para el primer baile.
- Creo recordar que me había prometido su primer baile señorita Wood.
Jane aceptó encantada la mano que el señor Bridgerton le ofrecía y ambos se dirigieron al centro de la pista.
Como habían acordado, el señor Bridgerton bailó el primer baile con Jane y habrían bailado el segundo juntos de nuevo de no ser por la aparición del señor Anderson, que insistió en tener su segundo baile, algo que Jane no pudo rechazar para no resultar descortés, a pesar de que preferiría haberlo podido disfrutar con su anterior pareja.
Aunque era la primera vez que bailaba con el señor Anderson, ya le conocía. Su tía se lo había presentado en el primer baile ya que su padre era un viejo socio de su difunto tío; pero Jane le conocía también de la academia. Nunca habían hablado pero le había observado, era un hombre arrogante cuando estaba en compañía de otros hombres pero en cuanto se presentaba delante del resto de la sociedad su carácter cambiaba y la arrogancia era sustituida por una falsa modestia muy vehemente. Jane no tenía especial simpatía por él, pero para no levantar sospechas, no debía mostrar esa aversión que sentía por él delante de nadie.
Después del segundo baile, la reina mandó callar a todo el mundo y anunció ante la atenta mirada de toda la corte que ya había elegido a su diamante.
- Sé que todos llevan esperando este momento con mucha emoción. Ojalá hubiera podido anunciar mi decisión antes, pero me gusta meditar y no apresurarme a la hora de hacer una elección tan significativa. Mi incomparable de esta temporada no es otra que Emily Wood.
Jane buscó a su hermana por la habitación, que ya empezaba a estar rodeada de caballeros que buscaban su siguiente baile. Jane sonrió ante la escena.
- No puedo evitar compadecerme de su hermana, aunque también lo agradezco porque así durante unos días al menos ningún hombre me dirigirá la palabra.- Dijo Eloise Bridgerton que había aparecido de repente junto a Jane.
- Desde luego yo tampoco sabría decir si me alegro o no por ella. Si ya está siendo agotador ser una debutante no me quiero imaginar cuando eres el centro de atención. -Respondió Jane.
- Si tan solo esta práctica estúpida del diamante desapareciese.
- Si fuese por mí, no volvería a bailar un cuarteto en mi vida e iría a todos sitios en pantalones.
Eloise se sorprendió con la respuesta final de Jane pero sonrió al ver el carácter de la joven.
- Mi hermano tiene un gusto peculiar por las mujeres. Pero me alegra que seas tú la que le interesa y no alguien como la señorita Cowper.
Jane se sonrojó ante aquella frase y antes de poder responder, una joven pelirroja que vestía un pomposo vestido amarillo las interrumpió.
- Eloise, ¿podemos hablar por favor? - Preguntó la joven mirando suplicante a la señorita Bridgerton.
- Ya te he dicho, Penélope, que no tengo nada más que hablar contigo. - Y dicho eso, Eloise se dio la vuelta y se fue por donde había venido.
Jane miró a la joven con tristeza al ver su expresión, que en seguida se iluminó un poco al ver al señor Colin Bridgerton dirigirse hacia ellas.
- Buenas noches Pen, señorita Wood. - El caballero saludó a las dos señoritas y Penélope Featherington sonrió con ternura al escuchar el diminutivo con el que le llamaba el señor Bridgerton, pero su sonrisa duró poco tras las palabras que pronunció Colin. - Quería darle la enhorabuena a su hermana por ser el diamante de la temporada, espero que no se haya olvidado del baile que me prometió el otro día en su casa.-
- Estoy segura de que estará más que encantada de que vaya usted a rescatarla.
Colin sonrió y después de despedirse de las dos jóvenes se dirigió a la señorita Emily y al grupo de hombres que la rodeaban.
Jane observó de nuevo a la señorita Featherington que miraba triste la escena y sin decir nada más se fue por donde había venido. Pero Jane podría haber jurado que había visto una lágrima caer por su mejilla.

"Amable lector,
parece que su Majestad por fin ha querido concedernos el nombre de su nuevo diamante. Es una lástima que la belleza de la señorita Wood sea lo único que la caracteriza. Me pregunto si sus insípidas y tontas conversaciones serán capaces de conquistar a algún hombre. Espero que la reina haya visto más allá de esto al elegirla como diamante, o tal vez esta sea la temporada en la que veamos como el criterio de la reina empieza a deteriorarse.
Desde luego deja mucho que desear, que lo más destacable de la noche fuese el desvanecimiento de la señorita Cowper que fue heroicamente salvada por el encantador señor Anderson. Parece que los desmayos de Lady Cowper empiezan a ser tradición, me pregunto si estos desvanecimientos acabarían si por fin encontrase marido.
Atentamente,
Lady Whistledown."

- Al menos dice que eres guapa.- Dijo Jane leyendo la columna de cotilleos mientras su hermana daba vueltas por el salón.
- ¡Pero ha dicho que soy insípida y tonta! - Respondió furiosa Emily.
- Eres el diamante de la temporada, según la reina, que sigue teniendo más autoridad que esa cotilla. ¡Y deja de caminar en círculos o le harás un agujero a la alfombra! - Dijo su tía sacando la baraja de cartas lista para una nueva partida de bridge.
- Querida tía, Emily va a estar toda la mañana ocupada y estoy segura de que ningún caballero querrá hablar conmigo. Podría ir al pueblo con la señorita Eloise Bridgerton, me dijo que hay una tienda de pinturas cerca de la modista y quiero visitarla. - Mintió Jane.
- De acuerdo, y ya que vas a estar cerca de la modista, pídele a Madame Delacroix los guantes que le encargué hace una semana.
Jane salió sonriente del salón y fue directamente a su cuarto a vestirse, pero no para reunirse con Eloise Bridgerton precisamente.

- "Me pregunto si sus insípidas y tontas conversaciones serán capaces de conquistar a algún hombre." - Leyó en voz alta uno de los estudiantes con el número de Lady Whistledown en la mano. Todo el mundo rió menos Jane que intentaba fijar la atención en su cuadro para no irritarse y el señor Bridgerton que acababa de entrar por la puerta.
- ¿De quién estás hablando George? - Preguntó el joven.
- ¿No lo has leído? Es lo que dice Whistledown de la querida de tu hermano. Dijo Frederic Anderson cogiendo el papel de la mano de George haciendo hincapié en la palabra "querida". Las palabras de esos muchachos no hacían más que enfadar a Jane, que intentaba con todas sus fuerzas mantener la compostura ante los comentarios dirigidos a su hermana.
- Lo que me sorprende es que lo hayas hecho tú, no sabía que podías leer, Anderson." Respondió seriamente Benedict y toda la sala soltó una carcajada, incluso Jane que miró a Benedict orgullosa.
- Muy gracioso Bridgerton. Y dinos, si la señorita Wood es tan sosa como dice Whistledown y es el diamante, que tiene de especial su hermana para que te interese. Yo bailé anoche con ella y lo único que saqué de esa interacción fue un dolor de pies.
Benedict se levantó del asiento y se dirigió enfadado a Frederic, pero antes de que pudiese decir o hacer algo alguien le agarró el brazo frenándole.
- No creo que merezca la pena discutir con alguien como él.- Dijo Jane intentando poner la voz más masculina posible. - Frederic de todas formas no sería capaz de conquistar al diamante, me pregunto si podría conquistar siquiera una mota de polvo.
La sala volvió a estallar en una carcajada y Benedict se relajó y sonrió con sorna ante el comentario de su amigo.
Cada uno volvió a su sitio pero durante el resto de la clase, Jane sintió los ojos de Frederic Anderson sobre ella.
Al salir de la academia, Jane se dirigió a la tienda de la modista, pero a mitad de camino se dio cuenta de que aparecer en la tienda de Madame Delacroix con ese atuendo a recoger los guantes de su tía no sería muy inteligente. Así que dio la vuelta y se dirigió a su casa por un callejón para atajar.
Cuando estaba a mitad de camino por ese lugar, Frederic Anderson apareció de la nada junto a otros dos caballeros.
- Eres un bastardo Baker. Puedo permitir que Benedict Bridgerton se ría de mí, ¿pero tú? ¿Alguien tan patético como tú?. Eso sí que no.
Sin darse cuenta, Anderson precipitó su puño sobre la mejilla de Jane que cayó al suelo aturdida.
- Eso es por haberte hecho el listillo conmigo de esa forma.- El siguiente golpe que recibió fue una patada en el estómago. - Y esto es como advertencia por si se te ocurre repetirlo en el futuro.
Los tres caballeros se fueron y Jane permaneció en el suelo aguantando las lágrimas hasta que se hubieron ido completamente. Acto seguido se levantó como pudo y asegurándose de no estar sangrando, fue directamente a su casa con un nudo en la garganta.

Ícaro || Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora