Capítulo 1

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"Querido lector,
Estoy segura de que extrañaba tanto como yo los escándalos que la temporada social nos otorga. Después de tan larga espera por fin da comienzo este nuevo año, que esperemos sea tan gratificante como el anterior, que como bien sabe acabó con el matrimonio de Lord Bridgerton con la ahora vizcondesa Kate Bridgerton.
Espero, amable lector, que estos meses en el campo hayan sido agradables y de mucho descanso, especialmente para todas las jovencitas que hoy se presentan ante nuestra querida reina. Creo que hablo en nombre de todos al decir que estoy deseosa de conocer quién será el afortunado diamante de esta temporada.
Atentamente,
Lady Whistledown."

-Tal vez el diamante sea Eloise esta vez.- Dijo entusiasmada Hyacinth cuando su madre terminó de leer la columna de cotilleos.
-Después del escándalo de la temporada pasada no me sorprendería que la reina me prohibiese acudir a ningún baile. Perspectiva que no me disgusta del todo.- Respondió Eloise sin levantar la mirada del libro que estaba leyendo. Su madre le reprendió y a continuación se dirigió a sus otros dos hijos, Colin y Benedict que descansaban cada uno en un sillón del salón.
-Sea quien sea el diamante de la temporada será una candidata excelente para que alguno de vosotros la tome por esposa.
Ambos hermanos se retorcieron en sus asientos ante las palabras de su madre y Eloise sonrió al ver que la conversación ya no giraría más en torno a sus posibles nupcias.
Lady Violet Bridgerton se contentaba de haber casado a dos de sus hijos en las dos temporadas anteriores. Su hija, Daphne, había contraído matrimonio con el duque de Hastings y Anthony, el primogénito, con Kate Sharma, una joven de fuerte carácter como su hijo. Y siguiendo ese patrón, pretendía casar a al menos uno de sus hijos esta temporada.
-Yo tengo que planear mi próximo viaje. No puedo pensar en otra cosa.- Dijo Colin acomodándose de nuevo en el sillón.
-Y yo estoy muy ocupado en la academia. Mi último cuadro está casi terminado y no me gustaría dejarlo a medias.- Añadió Benedict levantándose de su asiento y tras despedirse abandonó la sala.
Lady Bridgerton suspiró frustrada y se dirigió de nuevo a Eloise, para desgracia de la joven.
-Tengo una lista de pretendientes que consultar contigo antes del próximo baile.

Tras tres años después del fallecimiento de Lord Lucas Hall, Lady Amelia Hall hacía su primera aparición de nuevo en sociedad para presentar a sus dos sobrinas, hijas de su querido hermano Thomas Wood, Emily y Jane Wood, ante su majestad la reina. Dos jovencitas seguidas tanto en edad como en belleza, que habían gozado toda su vida de la tranquilidad de su pequeño pueblo en Kent, pero que al cumplir la edad apropiada visitaban Londres para encontrar marido.
Lady Hall era una mujer de fuerte talante y determinación, segura de sí misma e inteligente, con un lado cariñoso que se manifestaba sobre todo con su sobrina Jane, con la que compartía carácter y aficiones. Aunque la vitalidad de Lady Hall se había reducido tras la muerte de su marido y pasaba la mayor parte de su tiempo jugando al bridge en casa de Lady Danbury o de cualquier otra persona con tal de evitar estar en su casa, que tantos recuerdos de su difunto esposo le traía.
Jane era una joven muy espabilada, sensible, ambiciosa y soñadora; su hermana mayor Emily, era honesta y leal, mucho más romántica que su hermana, venía a Londres con la esperanza de encontrar el amor verdadero. Ambas hermanas eran muy alegres y educadas y su tía tenía la esperanza de encontrar fácilmente un buen marido para ambas.
Su presentación ante la reina no levantó demasiada emoción, aunque la reina había dicho que eran "aceptables", y eso era mucho más que lo que había dicho de otras debutantes a las que ni siquiera había dirigido la mirada. Así que esa tarde, en casa de Lady Hall, las dos hermanas estaban contentas con su actuación y esperaban con ansias el primer baile.
-¿Tú crees que causaremos buena impresión en el baile? - preguntó Emily a su hermana mientras elegía cuál sería el vestido adecuado para la futura noche. - ¿Jane? ¿Me estás escuchando?
Jane no estaba atenta a las palabras de su hermana porque estaba demasiado enfrascada en su maleta, que no hacía más que desordenar tirando sus vestidos por toda su habitación.
-¡Por fin! - Exclamó Jane sacando del fondo de la maleta un cuaderno del que sobresalía una carta sellada y algo arrugada. Jane sacó la carta y lanzó sin cuidado el cuaderno al suelo.
-Todo este alboroto por ¿una carta? - preguntó confusa Emily observando curiosa a su hermana que tenía la mirada puesta en la carta como si fuese un tesoro precioso.
-Eso es porque no es una carta cualquiera querida Emily. Es mi carta de aceptación en la Real Academia de Londres. - Respondió Jane dando pequeños saltos de emoción.
-¿La Real Academia? ¿De pintura? - preguntó Emily recogiendo el cuaderno de su hermana del suelo y observando sus dibujos.
-La misma.- Respondió Jane sacando el contenido de la carta.
Desde que eran pequeñas, Jane había demostrado una pasión y un talento por la pintura que no había pasado inadvertido por sus padres, quienes intentaron buscar a los mejores profesores para su hija, pero enseguida se dieron cuenta de que los profesores de Kent no estaban lo suficientemente dotados como para exprimir el potencial de Jane y los profesores de Londres eran demasiado caros para los padres de las Wood. Pero la Real Academia era perfecta, si poseias el talento suficiente podías optar a una beca de estudios para desarrollar tu talento. Talento que Jane tenía sin duda, solo había un pequeño inconveniente.
- Yo pensaba que la Real Academia solo aceptaba hombres.
Emily cerró el cuaderno de su hermana y la miró interrogante.
- Y así es.- Respondió Jane sonriente mientras doblaba de nuevo la carta para meterla en el sobre.
-Oh no, Jane. ¿Qué has hecho?- Preguntó Emily cerrando el cuaderno y arrancando la carta de las manos de su hermana y leyó asombrada en voz alta.
- Querido Michael Baker, nos complace anunciarle que ha sido admitido en la Real Academia de Londres para cursar sus estudios en Dibujo y Pintura. Hemos visto su trabajo y nos parece un talento muy prometedor. ¡Jane Wood que has hecho!
- Envié una solicitud cuando la tía nos dijo que vendríamos a Londres, pero nunca pensé que me responderían.- Respondió Jane avergonzándose con sus propias palabras.
-¿Y qué piensas hacer ahora? ¿Y quién es Michael Baker? - Preguntó cada vez más confusa su hermana.
- Es el hijo del carnicero de Kent, necesitaba un nombre que no destacase mucho y un sitio al que pudieran enviar las cartas sin que nadie sospechara. Y desde que la señora Baker se rompió la pierna, he estado pasando tiempo en su casa, mientras su marido e hijo no están, ayudándola con ciertas tareas, como recoger el correo por ejemplo. Recibí la carta de aceptación hará cosa de tres semanas más o menos. - Respondió orgullosa.
- Eso no responde a mi otra pregunta. ¿Qué piensas hacer ahora? Tu idea es entrar como si nada en la Academia rodeada de hombres y esperar que entiendan la situación? - Emily se sentía hasta mareada de pensar en la idea y se sentó en la cama por miedo a caer al suelo. Y en un susurró añadió - ¿Qué crees que dirá la tía Hall?
- Emily, llevo planeando esto mucho tiempo. ¿De quién crees que fue la idea de venir a Londres en un primer momento? - Emily miró a su hermana sin comprender y Jane se sentó junto a ella en la cama para explicarle su  maquinación. - Desde hace años mantengo correspondencia con nuestra tía y hace tiempo me empezó a hablar de la Academia y de las obras de algunos estudiantes que llegaban a exponer en el Gran Salón de exposiciones y entonces empezó mi proyecto. La temporada pasada le dije cuantísimo nuestro padre la extrañaba y las ganas que teníamos de que nos visitara de nuevo. Cuando vino, yo ya sabía que nuestra madre no dejaría de hablar de las ganas que tenía de vernos ya casadas y lo difícil que era hacerlo en nuestro pueblo con hombres de bien. Y que papá recordaría con su hermana los buenos momentos que pasaron cada temporada juntos aquí en Londres y como tú elogiarías todos sus diferentes vestidos confeccionados aquí con preciosas telas. Después de eso todo fue coser y cantar. La tía nos invitó y yo mandé la solicitud a la Academia.
Emily se quedó muda tras la perorata que acababa de escupir Jane y no pudo más que negar con la cabeza. Así que Jane prosiguió con su discurso.
- La tía ha programado todos nuestros días para que estemos lo suficientemente ocupadas como para que la molestemos lo menos posible mientras se pasa el día fuera de casa. Ha contratado a todo tipo de profesores de música, canto, piano, danza y un largo etcétera.
- ¿Piensas esquivarlo de alguna forma? - Preguntó inocente Emily y Jane la miró vanidosamente, como diciendo "Por favor Emily, ¿por quién me tomas?"
- Hace dos semanas escribí a todos los profesores que ha contratado la tía para decirles que finalmente yo no podría asistir a ninguna de sus clases.
- Parece un plan muy sólido Jane, salvo por un muy pequeño detalle que creo que se te ha pasado por alto. - Dijo escépticamente Emily haciendo hincapié en "pequeño". Jane miró a su hermana con una ceja levantada sin entender a qué se refería. A lo que Emily la señaló exageradamente. - ¡No eres un hombre Jane!
Jane se llevó una mano al corazón como dolida y respondió pícara.
- No lo soy, todavía.
La joven saltó de la cama y rebuscó de nuevo en su maleta, de la que sacó un viejo traje de su padre y una caja. De ella sacó unas patillas de pega y una peluca corta que se puso rápidamente sobre la cabeza dejando a la vista su larga melena castaña.
- Es un placer señorita Wood, soy Michael Baker. - Dijo Jane con la voz más grave que pudo tendiéndole la mano a su hermana. Emily miró a su hermana con la boca abierta totalmente atónita ante la situación.
- Es una idea horrible. - Respondió por fin Emily.
- ¡Es brillante! - Exclamó Jane dando un brinco haciendo que la peluca saliese volando de su cabeza a lo que Emily no pudo más que reír.
- Es posiblemente tu plan más descabellado y ridículo. No pienso ser cómplice de esto.
Emily se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta con la intención de irse pero Jane la frenó poniéndose de rodillas y sujetándose a las piernas de su hermana.
- Por favor Emily, te lo suplico. Llevo toda mi vida esperando algo así. Quizá sea la única oportunidad que tenga de estudiar. Es mi sueño.
Las palabras de su hermana, hicieron que el corazón de Emily se encogiese, pero aun así no podía evitar el riesgo de toda esa situación.
- Sabes cuánto odio mentir y lo arriesgado que creo que va a ser esto. 
- No tendrás que mentir en nada, yo me encargaré de todo. Solo cubrirme las espaldas. Y te prometo. ¡Te juro! Que seré la mujer más cuidadosa del mundo y en cuanto la cosa se tuerza dejaré esta farsa. Pero necesito intentarlo.

Ícaro || Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora