[mariano × camilo]
La madre de Mariano está empecinada con una cosa: nietos, pero Mariano aún no se ha ni casado. Una cosa lleva a la otra y Mariano termina comprometido a la fuerza con Isabela Madrigal, la hija de su mentora, y pareciera que Marian...
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─ ¿Lo que yo quiera?
─ Lo que tú quieras.
Pobre Mariano. Se dio cuenta muy tarde de lo peligrosas que fueron esas palabras.
─ Ya que lo pones así...─ sonrió el menor con gesto malévolo.
Pero en realidad lo que pudiera imaginar Mariano no llegaba a ser ni la mitad de lo que Camilo quería pedirle. Es más, Camilo tenía una larga lista de cosas que pedirle al hombre delante suyo, desde dinero hasta favores extraños, sin embargo apenas Mariano dijo "cualquier cosa" hubo una sola cosa que Camilo deseó con fuerza.
─ Recuerda: nada ilegal.
─ Sí, sí, sí, con lo moral y el aburrimiento, ya sé.
La pregunta era si Mariano estaría dispuesto a cumplirla.
─ Quiero...─ dijo Camilo dejando un largo silencio dramático entre sus palabras─ quiero que me prometas que lo cumplirás sin importar qué.
─ ¿Qué?─ jadeó Mariano sorprendido por esa aclaración. ¿Qué clase de solicitud tenía?─ B-bueno... haré lo que pueda, Milo─ esperaba no arrepentirse─ pero trata de mantenerlo en lo posible, no soy mago.
─ Créeme, está entre tus posibilidades, pero no sé si querrás hacerlo.
─ Hum...─ sí, definitivamente Mariano se estaba arrepintiendo─ está bien, confío en ti.
─ Entonces quiero una sola cosa.
─ ¿Y cuál es?─ inquirió sonriente. Aunque trataba de lucir tranquilo y le sonría al menor, Camilo estaba mirando serio a Mariano, asustándolo. Dios mío, porqué le dije "cualquier cosa", ¡¿PORQUÉ?!
Rara vez Camilo estaba tan serio como en aquella ocasión.
Sus ojos verdes podían ser penetrantes cuando se lo proponía.
Y habiendo demostrado de antemano que era capaz de cualquier cosa, fuera o dentro de la ley, Mariano podía esperar lo que sea de él.
─ Quiero que me trates como a Isabela por todo un día.
Menos eso.
─ ¿Qué?
Definitivamente jamás lo hubiera visto venir.
─ Lo que oíste: quiero que me trates como a Isabela por todo un día. Dime lo que le dices a ella, llévame a dónde la llevas a ella y abrázame como la abrazas a ella. Eso es lo único que te pido.
¿Y quién podría culparlo?, la solicitud de Camilo sonaba absolutamente inverosímil.
