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─ ¿Camilo?

Mariano abrió la boca y el nombre del chico fue lo único que salió.

─ ¿Mariano?

Mientras que el jovencito le sonrió por inercia.

─ ¿Doctor?

Nadie entendía nada y ellos mucho menos.

─ ¿Hola?

Pero debía ser cosa del destino, si no no había explicación de cómo se volvieron a encontrar los dos en ese lugar y momento específico.

─ ¿Doctor? ¿Está bien? ¿Qué pasa?

La enfermera movió sus manos delante del doctor Guzmán porque éste no salía de su asombro. Y cómo salir, si Mariano estaba delante de Camilo y una pierna perforada.

─ ¿Q-qué haces aquí?─ balbuceó Mariano─ ¡¿TE LASTIMASTE?! ¡¿TE DUELE?! ¡QUÉ DIGO, CLARO QUE TE DUELE! ¡NO TE PREOCUPES, YO TE CURO, CAMILO!

─ Tranquilo Mariano─ se rió el jovencito─ estoy bien, no fui yo quien se lastimó─ y señaló a su amigo junto a él con una pierna atravesada por el palo de una pala.

Si Camilo no era el herido seguramente algo había tenido que ver con la herida de su amigo.

─ Oh, y-ya veo... ahora te reviso, no te preocupes, amigo de Camilo.

─ Marcos.

─ S-sí, eso. Permíteme.

En cuestión de segundos Mariano llamó a su equipo para que removieran el objeto de la pierna de Marcos, él le bajó la inflamación y dio a Marcos un sedante, todo esto con Camilo en medio observando fascinado el procedimiento.

─ ¡Ak!─ se quejó Marcos. Él solía aguantar muy bien el dolor pero esa cosa era otro nivel─ duele... Esto es tu culpa, Camilo. Nunca más te hago caso, no importa cuántas veces cacarees llamándome "cobarde".

─ Oye, fue divertido─ se defendió el aludido─ para mí.

Tanto Mariano como Marcos arquearon una ceja, ¿Camilo no le temía a nada?

─ Muy bien Marcos, respira hondo y... ¡afuera!

Fue rápido, como un pinchazo.

Marcos pudo sentir como la madera pasó a través de sus dos huesos, le cortó la piel e hizo un sonido como "¡zas!" seguido de un ardor impresionante. Por suerte la anestesia hizo efecto rápido y el dolor no fue ni la cuarta parte de lo que había sido al atravesarse la pierna.

𝐂ARIÑO 𝐌IO | MarianiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora