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Lucius se encuentraba en su habitación, frente a él se encontraba Merlina quien quería hablar si o sí.

¡Haa! Esta noche finaliza todo pensé que Merlina no me hablaría durante todo el día pero no es así.

Logré evitarla durante la mañana pero luego apareció en mi cuarto, sus sentimientos por mi se han profundizando mucho como para venir a buscarme para arreglar las cosas y pedir perdón.

Sus ojos cada vez que me miran agachan la mirada, se siente culpable.

'Lucius, el beso que viste ayer no significó nada..' - dijo Merlina seria.

'Y supongo que el que tu me diste tampoco' - dijo Lucius suspirando con decepción.

'¡Eso es mentira! Yo...siento algo por...ti' - dijo Merlina con dificultad.

'Merlina, no te fuerces a decir eso, esta bien, lo aceptaré, solo dame tiempo, no es fácil pero tengo que olvidarte' - dijo Lucius agachando la mirada.

'Maldito seas Tyler, espero que te mueras porque sino yo lo haré con mis propias manos' - pensó Merlina frustrada.

Sus manos temblaban un poco por lo que los apretó y decidida se acercó a Lucius.

'Nada de eso, Lucius, Yo te amo' - dijo Merlina seria mirándolo a los ojos.

'Merlina, si tantos me amas, ¿Porqué besaste a Tyler?' - dijo Lucius con tristeza.

'Estaba confundida pero te juro que el no es nadie, yo...Solo te quiero, es un sentimiento extraño pero quiero seguir sintiéndolo...contigo' - dijo Merlina avergonzada ocultando au rostro.

'Merlina, no fue una vez, fueron dos veces, ¿cómo puedo creerte?' - dijo Lucius alzandole la mirada.

'Admito que en el primer beso yo acepté pero el segundo no tenía mi consentimiento...no sabía si amaba a Tyler a pesar de lo irritante que me parece o a ti, que eres el interés amoroso de mi rumie' - dijo Merlina decaída.

'No sé si debo creerte' - dijo Lucius dándose la vuelta suspirando.

Merlina mordió su labio con frustración, sus manos temblaron con impotencia de no saber que hacer, ella solo quería tenerlo a el y amarlo de alguna forma, quería que el estuviera a su lado.

'Si no puedo pedirte perdón con palabras, lo haré con acciones' - dijo Merlina decidida.

Merlina caminó al frente de Lucius y lo besó, puso sus brazos alrededor del cuello de Lucius y no lo dejó escapar.

Ambos disfrutaron el beso y después del primero vino el segundo y el tercero, sus bocas se encontraron una y otra vez, sus lenguas se tocaron con pasión y sus cuerpos se pegaron con deseo.

Lucius cargó a Merlina hasta la cama, mordió el labio de la pelinegra y luego besó su cuello dejando marca de chupetes en su pálida y blanca piel.

Merlina lamió su labio con sangre sintiendo exitacion y un deseo inmenso de su Lucius.

Este último le quitó las prendas de la parte superior hasta dejar descubierto sus senos, los metió en su boca y empezó a chupar el derecho mientras masajeaba el izquierdo.

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