Capitulo 7

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Para: Britt-Britty-Britt@gmail.com
CC: HannyHanna@hotmail.com
De: mamacibernetica@yahoo.es
Asunto: New York, New York

Hola, hija. ¿Has encontrado ya un piso decente? Mira que la primavera está a la vuelta de la esquina; el almendro que hay en el parque de enfrente de casa ya está en flor y, dentro de nada, anunciarán que es primavera en El Corte Inglés.
Voy a tener que dejar de comentar que mi hija está en NY, porque cada vez se apunta más gente al viaje y esto empieza a ser un festival. ¡Luego dicen que hay crisis! En cuanto nos des el OK, Hanna saca los billetes, así que no tardes, que ya sabes que luego, si no, cuestan un dineral.
¿Puedes creer que me he vuelto a encontrar a tu ex?
El otro día, al salir de la peluquería, ¡paf!, me choqué con él y no en sentido figurado precisamente, porque se me cayó al suelo la bandeja de pasteles que acababa de comprar en la pastelería Mallorca.
La verdad es que estuvo muy atento, incluso me dijo que le encantaba mi nuevo peinado; en realidad, creo que el pobre hombre...

Una vez más, Brittany cerró la tapa del portátil de golpe.

A ese paso, el aparato iba a cascar antes de la famosa obsolescencia programada.

El pobre.

¡El pobre!

Lo que había que oír, lo de su mamá no tenía nombre, se dijo Brittany, rabiosa.

El pobre hombre que se había liado con una administrativa de la sucursal bancaria en la que trabajaba —¿puede concebirse un cliché más infame?—; el pobre hombre que no sólo la había dejado tirada después de ocho años de matrimonio y casi diez de noviazgo, sino que, además, había tenido la desfachatez de acusarla, poco menos, de que la culpa había sido suya porque estaba demasiado volcada en su carrera.

El pobre... con un movimiento brusco, Brittany abrió de nuevo la tapa y siguió leyendo.

...Se ha dado cuenta de su error, lo que no deja de ser lógico; la mujer con la que lo vi la otra vez era de una ordinariez que asustaba.
Quizá ha llegado la hora de perdonar, Britty, de tragarte tu orgullo. Como dijo no sé quién (Jesús, creo... no, espera, me parece que fue la última Miss España), la vida es muy corta para ir por ella guardando rencores.
Al fin y al cabo, llevas más de media vida con él. Piénsalo o, al menos, abre sus correos y te enteras de una vez de qué es lo que quiere. Si te soy sincera, a mí también me pica la curiosidad...

Todavía mascullando improperios, Brittany abrió el correo de su hermana:

Para: Britt-Britty-Britt@gmail.com
CC: mamacibernetica@yahoo.es
De: HannyHanna @hotmail.com
Asunto: Re: New York, New York

¡Ni se te ocurra, Britty! Al enemigo, ni agua. No le hagas caso a mamá. No sé a quién quiere engañar. Mira que decirte que no seas rencorosa, cuando ella todavía no le dirige la palabra a la tía April por coquetear el día de tu boda con ese novio canijo y medio bizco que le duró dos semanas.
Sam se ha portado como un capullo, así que: NI OLVIDO, NI PERDÓN. Tú te mereces algo mucho mejor que esa rata, hermanita. Aún no entiendo cómo pudiste aguantarlo durante tantos años, es como uno de esos inquietantes misterios de Alerta Ovni de «Cuarto Milenio», para no dormir. Pero dejémonos de elucubraciones sin sentido y vayamos a lo importante: ¿cómo va nuestro pisito en Nueva York?

Brittany no pudo evitar una sonrisa ante la vehemencia de su hermana; al
menos ella la comprendía, aunque también era cierto que nunca había tragado a Sam.

Desde que tenía trece años, afirmaba que no te podías fiar de una persona al que no le gustaban los perros (su ex les tenía pánico); claro que decía lo mismo de aquellos a los que les desagradaban los caballos, los gatos e, incluso, de los que no militaban en alguna organización para salvar a las tortugas bobas.

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