EL CORAJE

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Taehyung tomó un cancionero del banco, dio un par de pasos y cogió otro. Deslizó cada uno en el soporte para libros integrado en la parte posterior del siguiente banco, haciendo esto en cada pasillo hasta que hubo limpiado cada banco.

Vio la biblia que la Sra. Byun había dejado en el tercer banco de nuevo. Sonrió mientras recogía el gastado libro, sabiendo lo mucho que la anciana quería a su biblia, incluso si tendía a dejarla todo el tiempo. Taehyung la llevó hasta la pequeña mesa junto a las puertas dobles en la parte trasera de la sala y la dejó al lado de los otros artículos que la gente olvidaba durante los servicios del domingo. Sucedía más frecuentemente que lo que la gente se daba cuenta. Sacó la aspiradora del armario del vestíbulo y procedió a aspirar tanto la entrada como la sala principal, incluyendo la pequeña tarima donde Seokjin permanecía cuando daba su sermón todos los domingos.

La iglesia era mantenida generalmente por algunas de las mujeres de la congregación, pero estaban haciendo una cosa especial para la feria navideña. Yoongi le había preguntado si podía hacerse cargo de la limpieza esta semana. Después de ver la emoción en el rostro de Yoongi porque tenía varios edredones siendo subastadas en la feria, Taehyung no pudo negarse al hombre. Había tomado demasiados años verlo tan fácilmente aceptado por la gente de Windy Spring.

—Disculpe.

Taehyung giró, apretando la mano en su pecho para mantener el golpeteo de su corazón que volvió lentamente a la normalidad cuando reconoció al hombre de pie allí, que mantenía nerviosamente en sus manos su sombrero de vaquero. Taehyung giró, apagó la aspiradora y giró de nuevo.

—Byun Baekbeom, no te he visto en siglos. ¿Cómo estás?

—Estoy bien. —El hombre de cabello oscuro se tocó el sombrero, mirando alrededor de la habitación como si estuviese incómodo de pie en una Iglesia. Con los años, Taehyung había comenzado a darse cuenta que muchas personas lo estaban. —¿Está Seokjin alrededor?

—Está aquí en alguna parte. —Taehyung dejó caer el cable de la aspiradora que sujetaba y dio un paso hacia el hombre. —¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

—Yo... eh... traje un montón de verduras en el camión. —Baekbeom gesticuló por encima de su hombro con el pulgar. —Estaba pensando que tal vez podría dejarlas aquí y Seokjin podría dárselas, este domingo, a cualquiera que pudiera necesitarlas.

—Oh, eso sería maravilloso. —Taehyung dio a Baekbeom su más cordial sonrisa. —Sé que hay mucha gente que sufre en la zona. Las verduras frescas son difíciles de conseguir a veces.

—Hemos tenido una verdadera buena temporada este año, mejor de lo que esperábamos. —Los hombros de Baekbeom se movían torpemente mientras los encogía. —Pensé que podía dar un poco de vuelta ya que lo hicimos tan bien.

—Estoy seguro que habrá muchas personas que lo apreciaran.

—No tienes que decirle a todos que fuimos nosotros, ¿de acuerdo? ¿Tal vez podrías simplemente decir que alguien dejó las cosas fuera?

Taehyung volvió la cabeza para que Baekbeom no viera su divertida sonrisa. Windy Spring era un lugar maravilloso para vivir, porque la gente verdaderamente se preocupaba de sus vecinos, pero se avergonzaban fácilmente cuando hacían buenas acciones. Agricultores, ganaderos y gente del campo eran muy duros, pero tenían orgullo como nadie que Taehyung hubiese conocido nunca.

—Nadie tiene que saber nada.

—Gracias —respondió Baekbeom, sus hombros perdiendo algo de su tensión. —¿Dónde te gustaría que los descargue?

—Si llevas el camión atrás, podemos ponerlos en la despensa.

Baekbeom sacó las llaves de su bolsillo con una mano, pero mantuvo su sombrero colgando de los dedos de la otra. Todo el mundo sabía que no se llevaba sombrero en la iglesia.

LA NAVIDAD (Libro VII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora