CAPITULO 5

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Seokjin ignoró a Beomgyu y entró en la cocina. Se detuvo cuando vio a los dos hombres sentados en la mesa mientras Jisoo les servía algo de comida. Por la forma en que había estado actuando, habría esperado sus cabezas en una bandeja.

—¿Hambriento? —Preguntó a Seokjin mientras se limpiaba las manos en su delantal. —Hay mucho.

—No tengo hambre —respondió Seokjin con una pequeña inclinación de su cabeza—, pero gracias por la oferta.

El peliazul miró a Seokjin y luego rápidamente alejó la vista, mirando por el gran ventanal.

—Este es mi hermano Sehun y mi sobrino Taehyung. Salúdalos ahora, ya que no se quedarán.

—Vamos Jisoo —dijo Sehun—. Puedes por lo menos alojarnos durante la noche antes de regresar a casa. Tuvimos un largo vuelo para llegar hasta aquí.

—Entregaste tus noticias. Si quieres pasar la noche, Namjoon puede encontrarte un lugar en el granero. —La sonrisa en el rostro de Jisoo mientras se giraba para entregar a Seokjin un platillo de porcelana con una taza de té, estaba totalmente en desacuerdo con las miradas que enviaba a su hermano y su sobrino. —Por favor, lleva esto a tu madre.

Seokjin se sorprendió de que estuviera siendo tan amable con él y preparada para sacar fuera a su propia familia.

—Hablaré con Namjoon. Tal vez pueda atender a razones —dijo Sehun y se levantó—. Quédate aquí Taehyung.

Seokjin vio la expresión de alivio en el rostro de Taehyung mientras su padre salía. Seokjin todavía sacudía la cabeza cuando dejó la cocina y llevó el té a su madre. Estaba hablando a la bebé, botándola en su rodilla. Puso la taza en una mesita junto a ella y besó la sien de su madre.

—Estoy en la cocina. Si me necesitas, llámame.

Le sonrió. —Estoy bien hijo.

—Voy a localizar a Yoongi —dijo Jisoo—. ¿Puedes hacer compañía a Taehyung?

Pensó en decirle que no era una niñera, pero Seokjin nunca había faltado al respeto a una mujer en su vida. Tan confundido como estaba por el comportamiento de la mujer, no iba a empezar ahora.

—Si te complace. —Sonrió y Seokjin sintió como si un ángel le hubiera dado su aprobación.

—Eres un buen chico Seokjin.

Se sorprendió cuando sintió que se ruborizaba. Seokjin no se sonrojaba. Palmeó su brazo y se fue. Se quedó allí por un momento, mirando por donde había salido y luego sacudió la cabeza.

—Es un infierno de mujer —dijo Taehyung desde la mesa—. Por lo que he oído, puede asustar malditamente a cualquiera.

Seokjin no estaba seguro de lo que eso significaba. También estaba seguro de que era verdad.
—No deberías maldecir. Es impropio.

Ahora Taehyung estaba evaluando abiertamente a Seokjin. El hombre se volvió en su asiento y pasó su brazo sobre el respaldo. —¿Quién demonios murió y te hizo el jefe?

Seokjin arqueó una ceja mientras miraba al hombre. —Parece que alguien necesita que le enseñen modales.

Taehyung se encogió de hombros, encorvándose en su asiento. —No serás tú.

¿Por qué Seokjin había pensado que este hombre era interesante? Dio la espalda a Taehyung y miró a la puerta.

—Que me des la espalda no me perturba —dijo Taehyung—. Estoy acostumbrado.

Seokjin frunció el ceño. Se dio la vuelta y puso sus manos sobre el respaldo de una silla vacía. —No tolero la falta de respeto. Si no puedes hablarme...

LA NAVIDAD (Libro VII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora