- El demonio no es tan negro como es pintado.
- La divina comedia.
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Un mes había pasado desde la gran inauguración de la galería de arte del gran Wally Darling. Este último se encontraba en lo que según él era el punto más alto de su carrera artística. Tenía todo lo que alguna vez había soñado: fama, fortuna, una linda chica con quien compartir la vida y la idolatría de la gente. ¿Qué más podría faltar en su vida ya de por sí perfecta?
La tarde de ese día, el peliazul se encontraba en su balcón disfrutando de la brisa fresca. No había mucho por hacer esa tarde, Sally había salido con algunas amigas a comer por ahí, por lo que se encontraba solo en casa. Se metió en la habitación que compartía con la rubia y sacó del joyero de su novia un paquete de cigarrillos que había ocultado ahí cuando Sally dijo que saldría.
Sally odiaba el humo del cigarrillo, por lo que cuando sorprendía a Wally con uno, siempre tomaba una tijera de la cocina y lo cortaba en dos. Esto asustaba a Wally, quien lo tomaba por sorpresa y siempre verificaba que sus dedos estuvieran en su sitio, pensando que un día de estos ella le cortaría un dedo por accidente. Cosa que ponía a Sally de buen humor al saber que causaba una especie de terror en él.
Él aún recuerda la última vez que lo sorprendieron.
<< Flashback >>
El joven pintor se encontraba en el jardín trasero, garabateando en un cuaderno que tenía. Solía hacer eso cuando tenía tiempo libre o cuando le daba algún bloqueo creativo. Mientras garabateaba sin sentido alguno, sacó una caja de cigarros de su bolso de pantalón. Miró hacia ambos lados, asegurándose de que nadie lo viera, sacó uno y lo encendió. Dio una calada y exhaló el humo.
Mientras tenía un lápiz en una mano, en la otra sostenía el cigarro mientras sus piernas servían de apoyo para su cuaderno. El joven pintor estaba tan absorto en sus pensamientos y en su obra que nunca se percató de la presencia de Sally, quien se acercaba sigilosamente con las tijeras para podar el césped. Una vez cerca de su objetivo, con mucha precisión y cuidado, cortó el cigarro, mientras Wally pegó un grito.
—— ¡Ahhh!, ¿Qué carajos te pasa Sally? Pudiste cortarme el dedo ——. dijo el peliazul cayendo al suelo.
Mientras miraba su mano, sus cinco dedos aún estaban en su sitio.
La mencionada rió divertida ante la situación. Claramente, su intención nunca sería dañarlo, sino asustarlo.
—— Considera esto una advertencia, Darling. Sabes bien que no me gusta verte fumar en casa ——. dijo señalándolo con las tijeras.
<< Fin del Flashback >>
De solo recordarlo, un escalofrío subía por la espalda de Wally. Así que él aprovecharía los momentos que tenía para darse ese "pequeño gusto". El ruido de la puerta abriéndose lo asustó, supuso que era Sally.
Mientras tanto, en la planta baja de la casa, la rubia entraba con un par de bolsos de alguna plaza comercial, seguramente.
—— ¡Wally querido, ya estoy en casa! ——. exclamó Sally.
El mencionado se atragantó con el humo del cigarro y comenzó a toser. Debía actuar rápido, tomó la cajetilla y la ocultó entre sus pares de calcetines, rogándole a Dios que Sally no revisara allí. El cigarro que estaba fumando se quedó a medias y fue echado al baño y bajó la palanca para que no hubiera rastro de él.
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🌻𝐂ó𝐦𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐛𝐢ó 𝐬𝐞𝐫 🎨 (𝐖𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐱 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐞)
Fanfiction🔸🔸🔸 (Historia en proceso y con algunos reajustes en en sus capítulos anteriores)🔸🔸🔸 . . . . 🌸 𝘾𝙤𝙢𝙤 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙙𝙚𝙗𝙞ó...