IX- Bienvenido a casa

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- Aquí, en mi reino, soy tu señor
Te ordeno que te acobardes y reces

The mind electric- Miracle Musical
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No hay plazo que no se cumpla ni tiempo que no llegue, y como se dijo, los meses pasaron volando. Cuando menos lo esperaba, ya habían pasado dos meses. Dos meses en los que Wally había sido atormentado por sus pesadillas o pensamientos de culpa.

En la madrugada, solía levantarse exaltado y con el corazón latiendo a mil por hora. En esas pesadillas siempre había una constante: su amada Julie. Últimamente, Wally había comenzado a soñar con ella, en todo lo que podrían haber sido si él no hubiera dejado ese lugar. En ocasiones, solo estaban ellos dos solos, en otras, rodeados de algunos niños, hijos producto de las fantasías de Wally. Pero daba lo mismo, sus sueños siempre se veían interrumpidos por una variante.

Que siempre terminaban por hacerlo sentir un maldito miserable.

(...)

Ahora, el peliazul se encontraba en la sala de espera de un hospital. Parecía notablemente preocupado, agitado y cansado. Miraba pasar a los doctores y enfermeras, veía a la gente entrar y salir, y aún así, permanecía inmóvil en su asiento. De repente, un doctor se acercó sigilosamente por detrás y le tocó el hombro.

—— ¿Wally Darling? —— .preguntó.

—— Soy yo ——.respondió el peliazul con una voz asustada

Wally volteó su mirada hacia arriba para encontrarse con los ojos tristes y apenados del doctor.

—— ¿Cómo está ella? ——. Siguió preguntando preocupado.

—— Lo siento, hijo. Hicimos todo lo que pudimos para salvar a los dos, pero solo uno sobrevivió ——.dijo el doctor con seriedad.

La mirada de Wally pareció perderse por un segundo. Tomó al doctor por la bata, agitándolo violentamente como si lo culpara de no haber hecho más. El médico apartó las manos de Wally de manera brusca y se acomodó el saco antes de regalarle una mirada llena de lástima.

—— Escucha hijo, siento mucho lo que pasó, pero quizá lo mejor sea que entres a verla, ella te necesita más que nunca ——. Replico el doctor para después perderse a la vista de Wally, quien pareció desconcertado.

Asustado, Wally caminaba por un corredor que parecía infinito, con distintas habitaciones, algunas con personas adentro y otras extrañamente vacías. Sus pasos empezaron a sentirse pesados cuando se detuvo en una habitación en particular. Ahí estaba él, frente a aquella puerta de madera. Dudó por un momento sobre si entrar o no. Pero ella lo necesitaba. Y él no la dejaría sola, no de nuevo.

Tocó la puerta y, al no oír una respuesta, decidió abrirla lentamente. Entró despacio, únicamente acompañado por el chirrido de la puerta.

La habitación no era muy grande, por lo que encontrar su objetivo no le tomó ni un minuto.

—— ¿J-julie? ——. preguntó temeroso Wally.

Se acercó lentamente hacia donde su amada estaba. Ella estaba sentada dándole la espalda, llevaba puesta una bata de hospital y un brazalete en una de sus muñecas, conectada a una aguja. Wally se sintió terrible al verla en ese estado. Odiaba ver a su preciosa manzanita sufrir, pero ahí estaba, sufriendo, y él no podía hacer nada más que acercarse a reconfortarla.

La rubia volteó lentamente su cabeza para encontrarse con los ojos de Wally. Él se acercó por detrás y se sentó a su lado en la camilla. Pasó uno de sus brazos por su espalda, atrayéndola suavemente hacia él.

🌻𝐂ó𝐦𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐛𝐢ó 𝐬𝐞𝐫 🎨 (𝐖𝐚𝐥𝐥𝐲 𝐱 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora