Capítulo 2

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Jungkook

Le veo levantar la vista y mirarme con una asqueroso sonrisa de suficiencia en la cara. Un temblor, de puro terror, recorre mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza.

¿Qué cojones hace llevando el uniforme de mi escuela?

Dudo entre salir corriendo o fingir que no le he visto. Pero para que engañarnos, ya hemos cruzado las miradas y no va a dejarme en paz. Lo sé. Quiero llorar por pura frustración. De verdad que pensé que me había librado de él para siempre. Que Dios me perdone, pero desee tantas veces que lo mataran... Para mí, él fue peor que la mismísima guerra. Preferí estar en las trincheras que en la academia. Decido acercarme a él. Mi cara tiene que ser una grotesca máscara de incredulidad.

Cómo puedo tener tan mala suerte.

- Teniente Kim - le hago una reverencia a modo de saludo.

- Jeon Jungkook. ¡Cuánto tiempo! Que casualidad, ¿vienes a esta escuela también? - me dice golpeando mi pecho.

En cuanto siento su mano sobre mi cuerpo, me estremezco. Miles de recuerdos se agolpan en mi cerebro. Dejo escapar el aire de mis pulmones.

- ¿Qué hace aquí, señor? - le pregunto porque todavía no puedo creerme que esté aquí.

- Con 17 años me ofrecí voluntario para convertirme en soldado. Ahora que la guerra ha acabado, he decidido terminar mis estudios - me explica. - Y por favor, ¡deja ya las formalidades, Jungkook! Ya no soy tu superior. Es más, ahora tú podrías ser mi hyung, ya que vas un curso por encima de mí - sonríe risueño mientras me golpea la espalda. Como si fuéramos viejos amigos. Como si estuviera encantado de verme.

Como si no hubieras hecho de mi vida un jodido calvario.

- Llámame simplemente Taehyung... o Tae - dice esto último con una sonrisa lobuna en el rostro.

Tengo un nudo en la garganta que me impide hablar. Bajo la mirada al suelo, totalmente perdido, sin saber gestionar este momento. De verdad que estaba convencido de que nunca tendría que volver a verle.

- Pero... pero, ¿qué está haciendo aquí? - necesito entender.

- Un bombardeo destruyó mi antigua escuela así que he tenido que buscarme otra - dice de manera simple.

No me lo puedo creer. En serio. ¿No había otra jodida escuela en todo el puto país? Me encojo dentro del uniforme. Siento frío. El frío que provoca el miedo, la incertidumbre y el desasosiego.

Siento sus ojos sobre mi cuerpo. Lentamente cruza los brazos sobre el pecho mientras sigue mirándome sin disimulo alguno. Se relame los labios y siento ganas de vomitar.

- ¿No te alegras de verme? - tiene el descaro de preguntarme.

- ¡¡NO!! - grito sin poder evitarlo.

Me mira alzando una ceja y negando levemente con la cabeza, mientras me da media sonrisa.

- Quiero decir... - intento enmendar mi error por miedo a las represalias que pueda tomar por mi descarado comentario. - Pensaba que era de Deagu... De todos modos, tengo que irme - No quiero seguir hablando con él así que comienzo a caminar. Para ser exactos, comienzo a huir.

- ¿Dónde vives? ¿Puedo acompañarte? - me sigue.

- ¡¡¿¿QUE??!! - no puedo evitar gritar de nuevo, más de la cuenta.

Su cara, de nuevo también, es una advertencia velada con una falsa sonrisa.

- Claro - abdico.

Caminamos hasta mi casa en un incómodo silencio. De vez en cuando miro de reojo al Teniente Kim. Vestido de uniforme escolar parece mucho más joven que con el uniforme de Teniente. Sigue siendo tan guapo como recordaba. Pero su belleza es una trampa mortal. Debajo de ese aspecto angelical, Kim Taehyung es un ser despreciable y manipulador. Se acabó metiendo de tal manera bajo mi piel que más de una noche me he despertado soñando con él. Es de locos. Pero llegue a desearle y odiarle por partes iguales.

También él me mira a veces de soslayo. Me siento insignificante a su lado y me sonrojo como un imbécil. Le oigo reír y acelero el paso para que no pueda ver mi vergüenza, pero por cómo termina riendo, sé que he fracasado.

Llegamos a casa y mi hermana mayor, que tiene la misma edad que Taehyung, y mis tres hermanos pequeños están en el jardín. Se acercan a la puerta de la valla para saludarnos. Parecen felices de que llegue con un amigo.

De pronto me siento agotado. Me parece mentira que esta mañana, al salir de esta misma casa, lo hiciera lleno de esperanza y alegría y ahora regreso, unas pocas horas más tarde, agotado y en compañía del mismísimo demonio.

Hanguk Jeonjaeng 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora