Capítulo 9

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Jungkook

¿Qué acaba de pasar? ¿Qué ha querido decir? Me pongo de pie mientras me abrocho los pantalones. Salgo detrás de él, desesperado por encontrarle. No me paro a pensar, tan sólo siento que necesito verle y que me explique que ha querido decirme. No le veo y me encabrono. Voy hasta su casa, pero no está allí. ¿A dónde habrá ido? Merodeo de un lado a otro, como un animal enjaulado, en la puerta de su casa. Al cabo de una hora, me rindo y vuelvo a mi casa. Me meto en la cama muerto de frío. Pero no tengo frío en el cuerpo, sino en el alma.

[...]

El lunes llego demasiado pronto a la escuela. No he podido dejar de pensar en él en todo el fin de semana. He rememorado cientos de veces lo que pasó en mi casa. Al igual que muchas veces antes, se abalanzó sobre mí como un depredador, pero se sintió tan diferente. No me deseaba. Tan sólo sentía rabia. Y después me confesó que me había buscado, que deliberadamente se matriculó en mi escuela. Y eso me tiene completamente descolocado, porque alguien como él no perdería el tiempo en buscar a alguien como yo.

En cuanto llega a clase, veo su semblante y algo se encoge en mi pecho pues su rostro revela que está triste. Inmensamente triste. Se sienta en su pupitre y saca sus cuadernos.

Jimin y Yoongi llegan bromeando. El primero se sienta a mi lado y Min junto a Tae. Le saluda con una palmada en la espalda.

Durante todo el día, escucho a Yoongi intentando entablar una conversación con él, pero Taehyung tan sólo le contesta con monosílabos, lo que hace que Yoongi se desespere. Me sorprendo riendo por tan nimio detalle.

El resto de la semana es igual. Y las siguientes. Tae siempre está solo. Ningún compañero, a excepción de Yoongi, se dirige a él y él no intenta entablar conversación con nadie.

[...]

Un mediodía, mientras los cinco comemos, pasa a nuestro lado.

- ¡Ey Tae! ¿Quieres comer con nosotros? - le ofrece Yoongi.

- No - dice de manera escueta y sigue caminando. - Pero te lo agradezco, Yoongi - le dice sobre el hombro y una pequeña sonrisa asoma en sus labios.

Un fuerte latido golpea mi pecho al ver ese pequeño gesto. Le vemos sentarse en el árbol más alejado.

- ¡Qué tío más raro! - dice de manera casual Jin.

- No, qué va. Es un pobre diablo que está solo en este jodido mundo - dice Yoongi y sus palabras me afectan más de lo que esperaba. - No es que hable mucho, pero nunca le he oído hablar de su familia o de ningún amigo. Y eso es sí que es raro.

- Así es. ¿Cómo te sentirías tú si no te quedara nadie en el mundo, Jinnie? - le pregunta Namjoon a modo de reprimenda.

- Pues me volvería loco de pena - dice pensativo. - No os lo digo nunca, pero estoy muy agradecido de teneros, amigos - su confesión nos hace sonreír pues todos nos sentimos igual.

- Pues por eso intento hablar con él. Por lo que tengo entendido, vive con la Sra. Choi. Si esa vieja es el único ser humano con el que tiene contacto en la tierra, cualquier día nos lo encontraremos colgado de ese árbol - dice Yoongi intentando bromear.

Todos le ríen la gracia menos yo. Nunca justificaré sus actos, pero empiezo a entender por qué Taehyung es como es. Yo he sido, durante mucho tiempo, la única persona con la que se relacionaba. Y ahora ya no. Trago, como puedo, el nudo de mi garganta mientras le miro comer.

Cuando terminamos y vamos hacia las aulas de nuevo, Namjoon me frena agarrándome del brazo, para poder hablar conmigo en privado.

- ¿Qué ha pasado entre Taehyung y tú? - me pregunta.

Hanguk Jeonjaeng 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora