Capítulo 14

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Taehyung

Vivir con Yoongi y con la abuela me hace inmensamente feliz. Por primera vez en años, tengo una familia. Una que me quiere y que me acepta tal como soy. Cada día aprendo algo nuevo de ellos y sólo pienso en que no sé qué voy a tener que hacer para devolverles todo lo que ellos me dan.

Cada mañana, la abuela nos despide antes de ir a la escuela y por la tarde nos espera contenta cuando regresamos. Las heridas de Yoongi están mucho mejor y cada día sonríe un poquito más, y creo que es porque ya no le duele tanto. En el colegio, somos bastante aplicados y no nos metemos con nadie, deseosos de que la abuela se sienta orgullosa de ambos.

Jungkook, por su parte, hace lo imposible para acercarse a mí. Creo que sigue temiéndome y lo hace por miedo a lo que pueda hacerle algo a su familia. Gracias al cielo, Yoongi me cubre siempre, inventando alguna de sus tonterías. No tengo nada que hablar con él. Tan sólo quiero que me olvide y sea feliz. Yo, en cambio, no podré olvidarle jamás. Cuando estoy convencido de que no me ve, me quedo mirándole horas. Cuando come, cuando estudia o cuando juega con sus amigos. Me descubro echando de menos esa sonrisa de niño travieso que nunca tuvo para mí.

Tampoco me la merecía.

Estoy absorto mirando cómo bromea con Jimin cuando escucho a Yoongi suspirar a mi lado. Me giro extrañado y compruebo que tiene una mirada soñadora mientas apoya el carrillo en la mano y no le quita los ojos de encima a... ¿Jimin?

- Hermano, ¿Qué te pasa? - le digo de manera inocente.

- Nada, ¿por? - se endereza, disimulando.

- Porque acabas de decir 'Jimin, quiero follarte' en voz alta - le digo serio.

- ¿Qué? ¡Eso es mentira! - me dice dándome un golpe.

Me parto de risa porque acaba de ponerse rojo como un tomate, hasta la punta de sus blancuchas orejas.

- Lo siento. Estaba bromeando - le digo al ver su cara de genuino enfado. - Pero es que llevas días que no le quitas los ojos de encima - me encojo de hombros.

- ¡Mira quién habla! - me señala enfurruñado - Tú, que se te cae la baba cada vez que ves a Jungkook.

Empezamos a pegarnos, pero no en serio. Más bien como lo harían dos hermanos por comerse el último trozo de tarta. Al final, acabamos revolcándonos por el suelo, muertos de la risa. Me pongo en pie y le tiendo la mano a Yoongi para ayudarle a ponerse en pie. Mientras nos sacudimos el polvo del uniforme, veo que tanto Jimin como Jungkook nos están mirando.

- Vámonos a clase, hermano - le digo palmeando su hombro.

- ¡Tae! ¿Te has hecho año? - veo como Yoongi me mira preocupado.

Yo le miro extrañado porque no sé a qué se refiere. Me miro y es entonces cuando veo mi uniforme manchado de sangre. Me miro las manos y tengo una herida en la mano izquierda que me he debido de hacer con una piedra o algo así.

- Tranquilo, estoy bien - intento tranquilizarle.

- Perdóname - me dice apenado. - Deberías ir a la enfermería.

- No va a ser necesario. Es un pequeño rasponazo - digo mientras me examino la pequeña herida. - Iré a limpiarme al baño - le doy una cachetada cariñosa.

Es entonces cuando me fijo que Jimin y Jungkook se han acercado hasta nosotros.

- ¿Estás bien? - me pregunta Jungkook tímidamente.

- No es nada - le digo huyendo de allí.

Me escondo en el baño más próximo. Me miro en el pequeño espejo del baño y veo las manchas de sangre. Decido quitarme la chaqueta del uniforme y la froto con agua fría para que salga la sangre. Recuerdo como mi madre siempre decía que es la única manera de que saliese la sangre. Sonrío amargamente. No he vuelto a saber nada de ellos. Ni siquiera sé si están vivos. Estoy tan distraído en mis tristes pensamientos que no reparo en que alguien ha entrado al baño hasta que oigo la puerta cerrarse. Miro a través del espejo para ver quién es y me quedo sin aire.

Jungkook.

Sin tiempo a terminar lo que estoy haciendo, se acerca a mí por la espalda, me quita la chaqueta, me toma las manos y me las lava. Por un instante me dejo hacer, feliz por sentir su piel sobre la mía. Apoya su barbilla sobre mi hombro y cruzamos las miradas en el espejo. Es condenadamente guapo. Tiemblo entre sus brazos.

Esto no está bien.

Intento escapar, pero me abraza con fuerza, inmovilizándome.

- Jungkook, suéltame - intento mantener una calma que no tengo.

- Taehyung, tenemos que hablar - su voz es una súplica.

- No tenemos nada de qué hablar - intento zafarme.

- Por favor... - me dice antes de besar mi nuca. Una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo. Nunca antes me había besado. Esto tiene que parar.

- Jungkook... ¡Suéltame! - me revuelvo y consigo zafarme.

Le encaro y veo angustia en sus ojos. Está tan perdido que ya no sabe ni lo que hace. Maldigo internamente, odiándome por lo cabrón que he sido.

- Taehyung, por favor, habla conmigo - me agarra la mano herida y me la acaricia.

- ¡No! - me suelto de su agarre. - No tenemos nada de lo que hablar - siseo enfadado.

- Tae - intenta acariciarme la mejilla, pero consigo apartarme y me mira entristecido.

- Escúchame Jungkook - le digo recogiendo mi chaqueta del suelo. - No tienes porqué volver a hacer esto nunca más. Te prometo... te juro que no voy a hacerte nada malo nunca más, ni a Jisoo ni a los niños tampoco - camino por el baño nervioso. - Soy consciente de que mi palabra no vale nada para ti, pero créeme. No quiero hacerte daño nunca más... - me interrumpe.

- ¡Lo sé! - intenta acercarse de nuevo y de nuevo, yo huyo de su tacto.

- ¡Jungkook, no me estás escuchando! ¡Ya no tienes que volver a acostarte conmigo! ¡Ni siquiera tienes que volver a mirarme a la cara nunca más! - le grito y me derrumbo. - Yo... yo... lo siento tanto.

Jungkook se aproxima a mí despacio, temeroso de que vuelva a huir. No puedo creer que siga aquí cuando le he dicho que nunca más tendrá que volver a hacerlo. Levanta un brazo muy lentamente y yo niego con la cabeza.

- Jungkook... no - le advierto.

- Por favor, déjame tocarte... me ruega.

- ¡Escúchame, joder! - pierdo la paciencia. - Para de buscarme - le agarro de los hombros para que me preste atención. - No necesitas volver a hacerlo nunca más... ¡Se acabó!

Entonces acerca su cara a la mía e intenta besarme. Yo me aparto y él lo intenta con más ahínco. Tiene un precioso mohín en los labios, debido al esfuerzo. En otra situación, me hubiera encantado quitarle el puchero a besos.

Quizás en otra vida.

Niego con la cabeza, agotado por su insistencia. Me consuela pensar que se acabará dando cuenta el solo de que lo que digo es verdad. Le aparto y salgo del baño. Voy corriendo hasta el aula y agradezco al cielo que Yoongi ya esté allí. Jungkook llega detrás de mí.

- ¿Qué tal tu mano? - me pregunta Yoongi en cuanto me siento junto a él.

- Bien. No ha sido nada - fuerzo una sonrisa.

- ¿Habéis podido hablar? - señala a Jungkook con la cabeza.

- No tenemos nada de qué hablar - le digo cortante.

- Pues por su cara, diría que él no está muy de acuerdo - me dice riendo.

Miro a Jungkook y me está mirando con cara de decepción.

¿Qué es lo que quieres?

Hanguk Jeonjaeng 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora