Capítulo 10

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Taehyung

Respiro aliviado cuando la Sra. Choi se presta a ser mi coartada. Puede que sea vieja, pero es lista como un lince. Caminamos en silencio, pero en cuanto llegamos a su casa, me acorrala en su cocina.

- Desembucha, muchacho - me señala con el dedo. - ¿De qué acabo de salvarte exactamente? - me pregunta la muy bribona.

- No sé qué quiere decir - me hago el loco.

- Entonces iré a decirle al joven Jeon que estarás encantado de ir a cenar con él - me dice haciendo un amago de salir por la puerta.

- ¡No, por favor! - le suplico.

Me mira con media sonrisa y va hasta el fuego para poner agua a hervir. Y entonces caigo en la cuenta de que se ha referido a Jungkook y no a Jisoo. Me pongo colorado de inmediato. Estoy a punto de huir, pero sus palabras me detienen cuando ya tengo el pomo de la puerta en la mano.

- Ha sido fácil deducirlo, Taehyung - habla con tranquilidad. - Llevo un tiempo preguntándome porque prefieres pasar las tardes jugando al ajedrez con esta vieja decrépita, en vez de en los brazos de alguna hermosa joven. No creas que no sé lo que hacen los jóvenes hoy en día. La guerra os ha enseñado que la vida puede ser demasiada corta como para privaros de los placeres carnales - dice picaronamente mientras me ofrece una taza de té que acepto gustoso. - Pero tú vuelves a esconderte bajo mis faldas día tras día, cuando la mayoría de las jóvenes del barrio estarían más que encantadas de entregarse a ti. No creas que no veo cómo te miran - me mira sobre sus pequeñas gafas. - Así que si no correteas tras ellas es porque prefieres una buena polla - dice que toda tranquilidad, consiguiendo que me atragante.

Se acerca a mí, y me acaricia la mejilla mientras me da una sonrisa cómplice. La miro con los ojos desorbitados. Intento encontrar una muestra de asco o desagrado en su semblante, pero me mira con ternura. Le doy lástima. Estoy por negarlo todo y mandarla al cuerno, pero estoy tan cansado de esconder quién soy...

- Entenderé que quiera que me marche de su casa... - no me deja seguir hablando, cuando coloca un dedo en mis labios.

- No digas tonterías, muchacho. Mi casa siempre será un hogar para ti.

Esta mujer ha sido capaz de conocerme mejor que nadie con tan solo observarme. Y lo que me sorprende aún más, es que, aun sabiendo mis inclinaciones, no me ha rechazado ni insultado. Al contrario, me ha hecho un hueco en su hogar y me trata con comprensión y dulzura. Las lágrimas me escuecen en las esquinas de mis ojos. Lloro al sentirme liberado, comprendido y amado. La abrazo con fuerza, lleno de agradecimiento.

- Ven con la abuela, cariño - me dice guiándome al pequeño sofá que tiene en la sala. Se sienta y me invita a que apoye la cabeza en su regazo. Con parsimonia acaricia mi pelo. Me relajo, al sentirme protegido y a salvo, por primera vez, desde hace demasiados años. Las palabras brotan de mis labios como una cascada y le cuento todo lo que ha pasado con Jungkook. Pasado y presente. Cuando termino, me siento agotado, pero me he quitado una gran losa de encima.

- Ay, mi pequeño niño. Nadie te ha enseñado a amar jamás, ¿verdad? - me dice con dulzura. - Lo primero, te diré que has sido un chico muy malo - me da un golpe suave en la cabeza. - Lo segundo, no voy a permitir que vuelvas a tratar a nadie así. - me coge la nariz con dos dedos y me la retuerce. Lejos de hacerme daño, me da la risa. - Prométemelo, Taehyung.

- Se lo prometo, Sra. Choi - le digo sincero.

- Deja de llamarme así, que me haces sentir mayor. ¡Todavía estoy viva! - me regaña. - A partir de ahora me llamarás abuela, que es lo que soy.

- Está bien, abuela - le digo y un cálido manto de cariño me recorre las entrañas.

- Muy bien, cariño - me acaricia la cara. - Y, por último, si tú me hubieras hecho pasar por el calvario al que has sometido a ese pobre chico, lo último que te pediría es que te quedaras a cenar en mi casa. Así que créeme, ese chico siente algo por ti.

Hanguk Jeonjaeng 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora