El diario

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Viernes por la mañana, por fin había llegado, cojí mi mochila con varias cosas por si acaso y fui
a la biblioteca. Efectivamente no estaba Madisson, pase desapercibida de todos modos y fui a
la tercera planta, "La sección restringida", eso ponía detrás de unas cortinas rojo escarlata, no
había cámaras de seguridad, tampoco nadie que me estuviera mirando si pasaba rápido nadie
se daría cuenta de mi presencia. Y así lo hice la gente estaba demasiado distraída con mi arma
secreta, mi amigo Oliver. Os lo explicaré, el jueves por la tarde cuando me aburría me puse a
pensar, si la bibliotecaria y los matones me hubieran cogido¿que hubiera pasado? Tenía que
contárselo a alguien y después de razonar durante un tiempo llegué a la conclusión de que la
mejor opción era contárselo a mi mejor amigo Oliver Stewart.
Oliver y yo nos conocimos de pequeños cuando mis padres y yo llegamos aquí. Nos vinieron a
saludar la familia Stewart que eran los vecinos de la casa de al lado junto con su hijo Oliver y
desde el primer momento fuimos grandes amigos, teníamos la misma edad y también
quedábamos por las tardes para jugar en el parque que había al final de la calle o leíamos
cómics y hacíamos manualidades unos días en mi casa y otros en la suya. Desde siempre me
ayudaba con mis problemas.
Al lado de Wegminton hay un gran lago y en él hay varios muelles, quedé con él en uno de
ellos. Llegué yo primero y le esperé. Entonces llegó Oliver.
-Gracias por venir Oli.
-Ya sabes que me puedes llamar cuando quieras, ¿que era eso de lo que querías hablarme?
-Será mejor que nos sentemos -dije, señalando el banco que estaba al lado de nosotros-.
Entonces, empecé a contarle todo lo del sueño, la bibliotecaria, la persecución y que tenía que entrar en la sección restringida.
-Ya veo, ya -se quedó un momento asimilando las cosas y de repente dijo- Te ayudaré.
-¡Muchas gracias Oli! -le di un abrazo de lo contenta que estaba.
-Y... ¿Cómo tienes pensado colarte en la sección restringida?
- Me alegra que me lo preguntes y es ahí donde entras tú en mi plan. Tú distraeras a la gente y
yo mientras entraré sin ser vista. Lo único que tendrás que pensar cómo los vas a distraer.
-Ya se me ocurrirá algo durante el día, cuando se me ocurra te llamaré.
-Vale pues ya hablamos -me despedí y me fui.
Poco después de llegar a mi casa, me llamó Oliver y me contó su distracción, pensamos lo que
haríamos y confirmamos el plan. Y al día siguiente le pusimos en marcha.
El principio ya lo sabes, nos quedamos en que yo iba a pasar las cortinas rojo escarlata sin
nadie que me viera porque Oliver hizo su distracción: hizo con que se había hecho daño. Fue
por un pasillo, dió un golpe con la mano a la estantería y grito ¡Ahhh! Aunque en realidad no se
había hecho daño y acudieron todos los de la biblioteca a ayudarle, él me guiñó el ojo, eso me
avisaba a mí, era la señal de vía libre. Entonces fui hacia las cortinas y las pasé.
Cuando entré era un sitio totalmente distinto al resto de la biblioteca, era como las bibliotecas
de un cuento, era increíble, con una escalera de caracol, libros edición limitada, ejemplares
nunca vistos y en un rincón, encima de un atril, un pequeño libro de bolsillo, marrón, de aspecto
viejo y con las esquinas doradas, lo abrí y ponía "este diario pertenece a Tristán Freeman", ese
era el diario que buscaba. De repente me sonó el móvil, una llamada de Oliver, lo cojí.
-¿Qué pasa Oliver?
- ¡Sal de ahí yaa, corre! ¡Madisson está aquí y va a entrar en la sección restringida! No te
pares a buscarme, estoy en la puerta de la biblioteca.
No lo dudé, cojí el libro, lo metí en mi mochila y salí de allí enseguida, pasé junto a Madisson
pero como estaba de espaldas no me vio. Salí y me reencontré con Oliver en la puerta.
- ¿Has descubierto algo? -me preguntó cuando llegué.
- Mejor que eso -abrí la cremallera de la mochila y señale dentro- tengo el libro.
- Que estupenda noticia, ahora deberíamos irnos, antes de que se den cuenta.
- Tienes razón vayamos al búnker.
El búnker lo descubrimos un día Oliver y yo cuando fuimos a coger setas al bosque.
Encontramos una trampilla y allí había un búnker pequeño. Desde ese momento lo limpiamos y
lo decoramos y lo inauguramos como nuestro cuartel secreto junto con el resto de mis amigos:
Sophie Archer y Ben Billow. Los conocí en el colegio, me los presentó Oliver, estábamos los
cuatro en la misma clase y quedábamos por las tardes para hacer los deberes en casa de Ben,
que era la más grande. Siempre hemos estado en la misma clase y manteníamos una gran
amistad. Creamos nuestro propio escuadrón, nos hacíamos y nos hacemos llamar, El
Escuadrón Dragonfly Hope. (La esperanza de la libélula, en inglés)
Cuando llegamos al búnker, allí estaban ellos.
- Aquí hay gato encerrado, lleváis desde ayer muy raros los dos, ¿nos váis a contar que pasa?
-dijo Sophie.
- Vale, os lo contaré pero esto es secreto, no debe salir de aquí -les dije, entonces les empecé
a contar todo- ¿Nos ayudareis?
- Yo me apunto -se ofreció el primero Ben.
- Y yo -dijo Sophie.
- ¿Hacemos nuestro juramento? -preguntó Oliver.
- Me parece buena idea -dijo Ben.
-Juramos solemnemente guardar el asunto dicho.- dijeron al unísono Ben y Sophie, con la mano en el pecho.
-Las cosas dichas aquí, en el escuadrón la esperanza de la libélula quedan- dijimos los 4.
-1 -y Sophie puso la mano
-2 -yo puse la mano.
-3 -la puso Ben.
-4 -la puso Oliver.
-¡Escuadron Dragonfly hope! -gritamos con fuerza todos a la vez y levantamos las manos
hacia arriba.
-Bueno, ¿nos enseñas el libro? -dijo Ben, que siempre había sido el más impaciente de los
cuatro.
-Si, claro -le contesté y lo saqué de la mochila.
-Es fascinante -comentó Oliver.
Entonces lo abrí por la primera página y empecé a leer.
-El diario es de un tal Tristán Freeman -les expliqué- Os leeré lo que he leído:
26 de abril de 1994, Wegminton
Hoy a vuelto a pasar lo mismo que los últimos días. El pueblo está muy mal, nos tiene a todos
alterados, con miedo y preocupación. El día ya no es lo que era, los cielos son rojos y las
nubes negras, colores que nunca antes se habían contemplado en el cielo. Los árboles, hasta
los de hoja perenne sin hojas, la hierba, seca como el agua del lago, las flores, no queda ni una
que no esté marchitada, un viento muy fuerte y el clima cada vez más frío.
Se rumorea por las calles que es una maldición, "La maldición de Acabrok" la llaman. La gente
dice que dentro de 3 días vendrá Acabrok y arrasará con el pueblo llevándose así con él la vida
de todos sus habitantes. Mas no por eso la gente se ha rendido, Janelle, la hechicera del
pueblo ha creado algo y esta tarde nos lo entregará. Desconozco de qué se trata, ya lo veré y
cuando lo tenga la prepararé y escribiré los pasos en este diario.
-Grace -empezó a decir Sophie- ¿no es eso lo que te dijo Juniper? ¿Que la madición caerá y
que tienes que impedirlo?
-Pero Tristán dijo que escribió lo que fuera que lo pararía en este diario -dijo Oliver.
-Exactamente, y está en la página siguiente -dije, mostrándoles la siguiente página- os lo leeré.
26 de abril de 1994, Wegminton.
Acabo de volver de ver a Janelle, la cual ha ofrecido a todos una brújula bastante extraña con
los bordes dorados y una cuerda negra, en cuanto al centro hay tres flechas, una verde, una
amarilla y una roja. Nos dijo que esa brújula no era normal, no indicaba norte, sur, este y oeste
sino que indicaba cada una de las flechas algo distinto. La verde indicaba los sitios seguros
para protegerse o curarse, la amarilla donde estaban los ejércitos de Acabrok y finalmente la
roja, donde se encontraba Acabrok.
También nos entregó un amuleto de ópalo rojo en una cadena plateada que nos protegeria de
algunas maldiciones, sólo algunas ya que otras no tenían remedio, tambien el ópalo rojo
quemaba la piel de los dizork.
-¿Dizork? - preguntó Sophie.
-Oh, si, nos lo he contado a ninguno. Hay una pequeña cosa que no os he contado... -dije.
-¿Qué es? ¡Dilo ya!- exclamó Oliver.
-Juniper, es un dizork. El líder de los dizork. Igual que nosotros somos humanos ellos son
dizork. Y arrasaran dentro de 11 días Wegminton. Y creo que el jefe de todos y el que ha
ideado el plan es alguien llamado Acabrok.
-Asi que tenemos 11 días para descubrir cómo acabar con Acabrok.¿Qué fácil verdad?- dijo
Sophie con ironía.
-Aqui pone que el ópalo rojo quema la piel de los dizork, podemos empezar por ahí, podemos
coger pequeños minerales de ópalo rojo y así utilizarlo como bomba, por decirlo así.-dijo Oliver.
-Mi abuela tiene un montón de minerales en su casa y sabe cómo conseguir una buena
cantidad a buen precio -dijo Sophie.
-Hoy hay mercadillo en la plaza, puede que encontremos ópalo rojo en el puesto de minerales.
Y luego podría ir a la tienda de minerales.- dije yo.
-Bueno pues empezemos la recolección de ópalo rojo, yo iré con Grace a la plaza y a la tienda
de minerales. Sophie, ya sabes que no le caigo muy bien a tu abuela. Y Oliver irá con Sophie a
casa de tu abuela- dijo Ben.
-Me parece bien- dijo Oliver.
-Vale, pues, vayamos. Son las 18:00, como muy tarde a las 20:30 aquí. Este será el punto de
encuentro- dijo Sophie.
-Deberiamos poner otro punto de encuentro, el búnker está más alejado del pueblo y hay que
pasar el bosque para pasar, y de noche... Cómo que da yuyu.- dijo Oliver.
-Si tienes razón. ¿Qué tal la casa de Ben que está cerca de todos los sitios a los que vamos?-
se le ocurrió a Sophie.
-En mi casa, a las 20:30, con todo el ópalo rojo que podamos conseguir.- dijo Ben.
-Sí, vayamos ya-dije.

LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora