Al día siguiente cogimos el autobús de vuelta a Wegminton. El viaje se hizo eterno. Veía pasar
el paisaje por la ventanilla mientras los demás o dormían profundamente o estaban a punto.
Pero con lo que estaba por llegar, yo no podía dormir.
Cuando por fin llegamos, fuimos cada uno a su casa, pero no contamos con algo al marcharnos
a Los Ángeles, que no les habíamos contado nada a nuestros padres, no sabían que nos
íbamos. Y me dí cuenta al entrar a mi casa.
- Hola, ya he llegado -dije abriendo la puerta.
- ¡Grace Walker se puede saber dónde estabas! ¡Nos tenías muy preocupados a tu padre y a
mí! -dijo mi madre histérica y enfadada, yo me quedé callada.
- ¿Y bien, dónde has estado? -preguntó mi padre.
- E... Esto... Yo estaba... -nos podía decirles que había ido a Los Ángeles porque entonces me
harían muchas preguntas- En casa de Sophie, sí allí estaba. Hicimos una fiesta de pijamas.
- ¿A si? Porque ayer nos llamó su madre preguntando que si nosotros la habíamos visto, que
no había ido a casa -dijo mi madre.
- Cuéntanos dónde estabas en realidad y déjate de mentiras -dijo mi padre.
- En fin... Está bien, tarde o temprano os ibais a enterar -y entonces empecé a contarles todo,
la cara mis padres empezó a ponerse pálida.
- No, esto no puede estar pasando -dijo mi padre.
- ¿Vosotros sabíais esto? - les pregunté- pero sin nos mudamos aquí cuando era pequeña. Y
antes vivíamos en Nueva York.
- Grace, no nos mudamos por eso -dijo mi madre- Nosotros vivimos aquí toda nuestra vida aquí
y cuando pasó la maldición huimos y fuimos a Nueva York. Pero después volvimos porque
echábamos de menos nuestro pueblo, estar cerca de la familia, la ciudad no es para nosotros.
-Pero ahora está volviendo a pasar -dijo mi padre- y la última vez mi padre, tu abuelo,
desapareció.
- Por eso tenemos que impedirlo. Mis amigos y yo tenemos muchas cosas y también a Janelle
-les dije.
- La última vez teníamos lo mismo y más y salió mal, ¿Qué cambiará esta vez? -dijo mi padre.
- Grace, haz las maletas, nos marchamos -dijo mi madre.
- ¡No, no voy a abandonar Wegminton! -exclamé con lágrimas en los ojos.
- No podemos siempre estar así, volvamos a Nueva York y ya está, y sino otro pueblo, pero
donde estemos seguros -dijo mi madre.
- ¡Pero no quiero irme! ¡¿Qué pasa con mi vida?! ¡Estoy feliz aquí! ¡Lucharé en la batalla!
¡Defenderé mi pueblo cueste lo que cueste! ¡Y nada me hará pensar lo contrario! Así que ahora
me quedó aquí, preparando cosas para la batalla y no para la mudanza -les dije.
- Vete con tus amigos, hablaremos tu madre y yo. La respuesta que tomemos será la definitiva
y tendrás que aceptarla -dijo mi padre.
Fui a la puerta y salí de allí a la casa de al lado, la de Oliver.
-Toc, toc ¡Oliver abre! ¡Soy yo Grace! -dije llamando la puerta.
-Grace, ¿Qué pasa? Pensaba que ya nos veríamos mañana -contestó Oliver.
-¿Puedo pasar?
-Sí, por supuesto.
Subimos las escaleras hasta llegar a su habitación, nos sentamos en unos sillones y empecé a
contarle.
-Oli, les he contado a mis padres lo de la maldición y resulta que lo sabían porqu...
- ¿Qué? ¿Lo sabían? ¿Cómo es posible? - dijo interrumpiendome.
- Resulta que ellos eran de aquí y que después de la maldición se mudaron a Nueva York, pero
luego de un tiempo se dieron cuenta de que preferían vivir aquí y volvieron y ahora...-dije, me
estaba saliendo una lágrima por el ojo.
- ¿Qué pasa?
- Quieren mudarse otra vez muy lejos de aquí y no volver nunca más -dije llorando.
- Oh Grace, no podré sobrevivir sin ti -me dijo y también comenzó a llorar.
- Siempre te quedarán Sophie y Ben -dije bajando la mirada.
- Sí, pero sabes que ellos no entienden los cómics, ni están aquí al lado para ayudarme, nadie
es como mi mejor amiga Grace -dijo y me sonrió, extendió los brazos y se acercó a mí- ven
aquí, un abrazo siempre ayuda.
- Gracias Oli, te echaré mucho de menos, nadie entiende mis problemas como tú.
- Oye Grace, puede que tus padres decidan que os quedáis. Y sino, ya se que es un poco desobedecer, pero no te rindas. Lucha por lo que más quieres, porque sino nunca serás feliz.
Toma tus propias decisiones y aunque, la gente te de consejos que aveces tengan razón, otras
veces tienen que escuchar a tu voz interior y preguntar, ¿Qué es realmente lo que quieres tú?
No importa que piense la gente de ti, mientras tú estés feliz, porque yo siempre seré tu mejor
amigo y siempre habrá gente que te quiera.
- Oliver Stewart te juro que no me rendiré.
- Grace Walker de eso estoy seguro,eres una luchadora.
De repente chirrió la puerta y aparecieron Ben y Sophie.
-¿Cuánto lleváis aquí? -pregunté.
- Desde el principio -dijo Ben- y no importa si te mudas siempre seremos la esperanza de la
libélula, hasta el fin de los tiempos.
- ¿Por algo nos llamamos esperanza verdad? -dijo Sophie y puso la mano al centro- 1.
- 2 -la puse yo.
- 3 -Ben.
- 4- Oliver.
- ¡Escuadrón Dragonfly Hope! -gritamos a la vez.
Y nos dimos un abrazo todos.
-¿Por qué no hacemos una fiesta de pijamas?-dijo Ben.
- Debería ir a mi casa-dije.
- Grace, olvídate de eso solo una noche, hazme caso. Disfruta esta noche - dijo Oliver.
- Vaaale, está bien. La verdad es que me apetece. -dije.
- Vamos a mi casa -dijo Sophie- podemos quedarnos en mi azotea y ver las estrellas, además
tengo todo lo necesario.
- ¡Vamonos! -dijo Ben.
Fue una noche espectacular, comimos un montón chucherías, vimos una película y luego nos
contamos historias de fantasmas. Al final caímos dormidos.
A la mañana siguiente, volví a mi casa...
- Hola -dije un poco con tristeza.
- Grace, escucha, tu madre y yo hemos tomado una decisión... -dijo mi padre serio- nos
mudaremos dentro de 2 días. Tienes tiempo para recoger todo y despedirte.
- ¡Pero por qué! -dije con mucha pena.
- Grace, ya lo hemos hablado, sube a tu habitación a recoger y hacerte la idea -dijo mi madre.
Subí a mi habitación, me tumbé en la cama y me puse a pensar mientras lloraba. Reflexioné
todo con migo misma.
«¿Qué pasa con mi vida?»
«¿Y si no quiero abandonar Wegminton lo tengo que hacer igual?»
«¿Y mis amigos?»
« Me tendré que cambiar de colegio»
«¿Y si no caigo bien a nadie?, estaré sola»
«Este es mi hogar»
«No puedo abandonarlos a todos»
«¡NO, NO, NO! ¡NO QUIERO IRME!»
Me tiré así todo el día en mi habitación con la puerta cerrada, no me apetecía hacer nada, ni
siquiera bajé para comer ni para cenar.
Al día siguiente me fui al búnker para pasar lo que me quedaba en Wegminton con mis amigos.
- ¡Grace! -dijeron a la vez cuando entré por la puerta del búnker.
- Hola chicos - saludé con una leve sonrisa, aunque seguía muy triste.
- Tus padres han llamado a los nuestros para contárnoslo -dijo Sophie.
- No pensé que iría a pasar esto -dijo Oliver muy triste.
- Ninguno queremos que te vayas -dijo Ben.
- ¿Cuándo te vas? -dijo Sophie.
- Pasado mañana, más o menos a mediodía.
- Te ayudaremos a empacar y disfrutaremos haremos de estos días que te quedan sean
inolvidables -dijo Sophie.

ESTÁS LEYENDO
LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~
Novela JuvenilA medianoche Grace tiene una extraña pesadilla, que la llevará a la misión de parar una maldición que acecha Wegminton, una maldición que ocurrió igual tiempo atrás en su pueblo. La esperanza de la libélula tendrá que detenerla, y en el camino desve...