Sábado por la mañana:
Me desperté muy temprano, hoy iba a ser un día movido y tenía que empezar ya. Preparé mi
negocio en la entrada de la piscina y empecé la venta. Mi negocio era el típico puesto de
limonada. Tenía un montón de limonada y a la gente después de salir de un baño en la piscina
con el calor que hacía, una buena limonada fresquita venía muy bien. Empezó a llegar la gente a mi puesto. Me tiré todo el día vendiendo y al final recaudé 20,50.
Fui al búnker como acordamos y allí estaban todos esperándome.
- ¿Qué has hecho y cuánto has recaudado? -me preguntó Sophie.
- Puesto de limonada. 20,50 -contesté- ¿Y vosotros?
- Vendí mis juguetes viejos. 18 -dijo Sophie.
- Yo vendí algunos de mis comics... No ha salido tan bien como esperaba. He ganado 6. Solo
he vendido 1, la gente me decía que los había puesto muy caros -dijo Oliver.
- Pues yo he hecho varias cosas, he tocado la guitarra, luego he hecho espectáculos de
malabares, trucos con el perro de mi abuela, espectáculos callejeros,... resumiendo he ganado
15,50.
- ¡Ya está! ¡Ya tenemos los 60! -exclamó Sophie sonriente.
- Bueno, he mirado los horarios y el bus hacia Los Ángeles sale a las 8:15, en la parada de bus
de la plaza. La dirección la tengo apuntada y metida en el navegador para ir a su casa. Y el
lunes volveremos, ese sale a las 8:30 de la playa de Santa Mónica -les expliqué.
- Yo necesito preparar las cosas para el viaje así que me voy a casa -dijo Oliver.
- Si, yo también - dijo Ben.
- Y yo -dijo Sophie.
- Yo también -respondí.
Nos despedimos y el domingo por la mañana pusimos rumbo a Los Ángeles.
Llegamos sobre las 15:00 y fuimos a comer unos bocadillos a un parque cercano. Cuando
terminamos fuimos en busca de Janelle.
-Vive en la casa número 5 de la calle Cuper. Está cerca de aquí. Mirad, he traído un mapa -les
informe y saqué el mapa. Rodeé donde estábamos nosotros y también la casa- aquí estamos
nosotros, si seguimos la avenida todo recto giramos a la izquierda, pasamos estas tiendas y
llegamos a una rotonda. Vamos por aquí y desde ahí deberemos ver su casa.
-Bien, pues pongamos rumbo -dijo Sophie, y los demás asentimos.
Anduvimos un rato con paso lento maravillados por la impresionante ciudad. Llegamos una
pequeña casa blanca con el tejado gris. La puerta principal era grande y marrón con un pomo
dorado, había unos pequeños escalones para entrar a la casa. Delante, había un pequeño
caminito de piedra recto hacia la puerta y a los laterales tenía el huerto de Janelle, con flores de
todos los colores y formas. Lo cruzamos y tocamos la puerta. Sonaron las llaves y la puerta se
abrió, una mujer como de unos 70 años nos recibió. Tenía el pelo a media melena, con un color
pelirrojo clarito tirando a blanco por la edad. Se conservaba bastante bien para su edad.
Llevaba un vestido ancho azoul marino y un collar con un ópalo rojo.
-¿Puedo ayudaros muchachos? -dijo la señora con una voz tranquila y serena.
- Iré al grano, ¿Es usted Janelle, que antes vivía en Wegminton? -dijo Ben.
- Así es jovencito. ¿A qué a veis venido? -dijo Janelle.
- Verá, hemos encontrado el diario de Tristán Freeman, en el que cuenta que en 1994 hubo la
maldición de Acabrok y usted dió cosas para protegerse. Resulta que el otro día en mi sueño
apareció un dizork y me dijo que dentro de 9 días vendría Acabrok -dije.
- Oh no, está volviendo a suceder -se lamentó Janelle con las manos en la cabeza- entrad
dentro os prepararé un té.
Entramos a su casa, pequeña pero acogedora y nos sentamos en el sofá y en los sillones que
había en el salón.
- Tenemos ópalo rojo para la piel de los dizork, pero nada más. Quizá nos podría ayudar -dijo
Oliver.
- Debéis saber una cosa -dijo Janelle y se puso apenada- Wegminton se pudo salvar porque
Tristán, se sacrificó por el pueblo. Le dijo que a cambio de su vida salvara la de todos. Yo le supliqué que no lo hiciera, pero él fue a donde se encontraba Acabrok y nose sabe nada más.
Sabemos que fue y al cabo de unos instantes las plantas renacieron. Los pájaros volaban por
el cielo azul. Todo volvió a la normalidad. Algunos dicen que Acabrok le arrebató la vida a
Tristán y lo esfumó, otros que se lo llevó como su siervo, muchas leyendas, pero ¿qué pasó
realmente? Nadie lo sabe.
- ¿Nos puedes contar cómo fue? Me refiero... ¿Cómo supistes que hacer y quienes eran cada
uno? -preguntó Sophie.
- Si habéis leído su diario sabréis que pasó unos días antes. Pero el día, lo supimos porque 7
días antes todos los habitantes de Wegminton recibieron un pergamino escrito por Acabrok, en
el que decía que después de esos 7 días vendría y lo arrasaria todo -dijo Janelle- Entonces nos
preparamos para ese día. Yo investigando leyendas de la edad media en Wegminton descubrí
a los dizork y que los ópalos rojos les quemaba la piel. Y bueno investigamos tal y cual y llegó
el día. Pero no fue hasta media tarde cuando vino Acabrok. La brújula que hasta entonces en la
flecha no había marcado nada, de repente se movió descontroladamente. Todos salimos de
nuestras acasas a la avenida principal donde indicaba que estaba Acabrok. No se le veía bien,
estaba levitando en el aire y una nube de humo negra le rodeaba. Lo que si se veía era un
montón de dizork bajo él. Y entonces comenzó, una guerra entre dizork y habitantes de
Wegminton. Nosotros empezamos a combatir con los ópalos rojos que funcionaron bien como
bombas, pero cuando empezaron a agotarse buscamos un lugar seguro donde descansar. Y
fue ahí cuando buscando qué podíamos hacer a Tristán se le ocurrió esa idea. Intentamos
impedírselo pero él quería salvarnos. Y cuando se despejó todo yo me mudé aquí, no podía
seguir estando allí. Pero esta vez lo pararé y no dejaré que nadie corra peligro.
- Janelle, estás un poco mayor, nosotros lo pararemos- dijo Ben.
- Tiene razón Janelle -dijo Oliver.
- Pero al menos dejarme ir con vosotros de vuelta. ¿Cuando volvéis?
- Mañana, cogemos el bus de la parada de aquí al lado a las 8:30 - dije.
- Allí estaré, y esta noche podéis dormir aquí, en la habitación de arriba hay 2 literas -nos dijo.
- Muchas gracias - dijimos los cuatro.
- Ahora ir a dar un paseo por esta gran ciudad, tenéis toda la tarde disfrutar sin pensar en
Acabrok todo el rato. Puede que sean los últimos días así que aprovecharlos -dijo.
- Sí, me encanta la idea -dijo Ben.
Fuimos paseando por toda la ciudad, haciendo turismo. Fuimos al parque de atracciones,
montamos en la montaña rusa muchas veces, recorrimos todas las atracciones. También a la
playa, jugamos al voleibol en la arena y vimos el atardecer desde la playa. Sin duda una de las
mejores tardes de mi vida y con la mejor compañía que se puede tener, mis grandes amigos.
Cuando anocheció, volvimos a casa de Janelle y nos fuimos a dormir. Yo compartí litera con
Sophie y la otra la compartieron Oliver y Ben.

ESTÁS LEYENDO
LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~
Подростковая литератураA medianoche Grace tiene una extraña pesadilla, que la llevará a la misión de parar una maldición que acecha Wegminton, una maldición que ocurrió igual tiempo atrás en su pueblo. La esperanza de la libélula tendrá que detenerla, y en el camino desve...