La búsqueda de ópalo rojo.

2 0 0
                                    

Nos despedimos, y Ben y yo fuimos tan rápido como pudimos a la plaza. Cuando llegamos
dimos una vuelta por los puestos hasta que lo encontramos, el puesto de los minerales.
-Hola, buenas tardes ¿Tiene ópalo rojo?
-Claro-dijo la vendedora.
- Necesitaríamos mucho, y con mucho me refiero a que nos dé todo el ópalo rojo que tenga
-dijo Ben- por favor.
- Lo único que me queda es una caja. Dentro vienen 15 ópalos rojos.
- Nos la quedamos- dijimos Ben y yo a la vez.
La dijimos y nos marchamos.
-Oye Grace, ¿te dijo cuántos dizork más o menos habrá?
-La verdad es que no, pero si dice ejército supongo que serán muchos, además para arrasar
con el pueblo, se necesitan bastantes. Wegminton es muy grande.
- Tienes razón, vayamos a la tienda de minerales.
Fuimos para la tienda y entramos, hicimos lo mismo que en la plaza. Nos dijeron que no
quedaban.
- Oiga, ¿cuándo vuelven a traer ópalo rojo aquí?-pregunté.
- El próximo pedido de ópalos rojos está reservado -dijo el de la tienda.
- ¿Puedo preguntar quién ha hecho ese pedido?- dije.
El de la tienda miró lentamente hacia la derecha e izquierda y se acercó un poco a nosotros.
- No se lo digáis a nadie, ya que la información debe ser privada, pero... Una tal Madisson
Smith vino ayer por la tarde y me dijo que no le vendiera ópalo rojo a nadie. Y me los reservó
todos. Me dijo que los encargos a partir de después de 11 días no la importaban. Entre
nosotros, estaba muy alterada.- dijo el de la tienda.
Ben y yo nos miramos, estábamos pensando en lo mismo. Madisson sabía que el ópalo rojo
quemaba la piel de los dizork. Por eso dijo que después no importaba, porque dentro de 11 días
vendrían.
- Muchas gracias -dijo Ben, y nos fuimos.
Llegamos a casa de Ben y allí encontramos a Sophie y a Oliver con una gran caja de madera
que estaba abierta. ¡Estaba llena de ópalos rojos!
-¿Cómo habéis conseguido tanto? Mirad lo que traemos nosotros- dije, mostrando la caja que
habíamos cogido de la plaza. Al lado de la de ellos parecía diminuta.
-Ya te lo dije, a mi abuela le gustan los minerales. Resulta que mi abuela conoce a un montón
de gente que tiene ópalo rojo. Mi abuela nos dió esta caja vacía con unos poquitos ópalos y
nos dijo varias direcciones donde conseguir más. Y bueno al final la hemos llenado hasta
arriba. Con esto tendremos más que suficiente - dijo Sophie, y les conté lo de Madisson.
-Entonces si Madisson lo sabe, significa que sabe lo de los dizork-dijo Oliver- Y la pregunta es
¿Por qué lo sabe?
- No lo sé, pero seguro que estará implicada -dijo Sophie.
- Deberíamos empezar por conseguir más cosas para contratar -dije.
- Supongo que deberíamos empezar por saber dónde está Janelle, ¿verdad?- dijo Ben.
- Grace, haz lo que tú sabes -dijo Sophie ofreciéndome su ordenador.
- Está bien -encendí el ordenador- me he metido en los registros de los habitantes de
Wegminton en 1994. Janelle... Janelle... -decía mientras bajaba la página- Aquí está Janelle
Slipibok. Nació en 1955, ahora tiene 68 años y vive en... Oh... -hice una pausa- vive en Los
Ángeles (California).
- ¿Y qué problema hay? Hay un bus que va desde aquí y sale los domingos -dijo Ben.
- Ben, se tarda 6 horas en ir. Y además cada billete cuesta 40 pavos -dijo Sophie- entre los
cuatro son 160. Y también para volver otros 160. Total que necesitamos 320.
- Ya, pero tenemos la hucha de emergencia con 260 dentro - dijo Oliver.
- Vale pues haremos esto, tenemos mañana para conseguir los 60 que nos faltan. Hoy
pensamos la idea de negocios cada uno diferente para que ganemos más y el domingo
cogemos el bus para Los Ángeles. Vosotros ir pensando yo miraré el horario de salida del bus y
la dirección de Janelle -les dije.
- Si, ahora deberíamos irnos a casa ya se ha hecho tarde -dijo Sophie.
- Mañana en el búnker por la tarde antes de que anochezca. Juntamos el dinero y que Grace
nos diga la hora de salida y la dirección de Janelle -dijo Oliver.
Nos despedimos de Ben y salimos de su casa. Sophie cogió el camino de la derecha y Oliver y
yo el de la izquierda. Fuimos caminando los dos juntos ya que vivimos al lado. Y llegamos.
- Adiós Oli, ¡hasta mañana! - me despedí.
- Tengo una idea de negocio para mañana que seguro da mucho dinero - me dijo - ¡Adiós!
Fui a cenar y me subí a mi habitación a buscar toda la información y a pensar una idea de mi
negocio para mañana.

LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora