La inesperada visita

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- ¿Juniper eres tú? -dije acercándome.
- ¡No Grace no te acerques es un dizork! -gritó Janelle.
- No he venido a hacer daño. Por favor tenéis que escucharme -contestó Juníper.
- No me fío.
- ¡Tenéis que creerme! ¡tengo un plan para acabar con Acabrok!
- Espera, ¿qué?
- Te escuchamos.
- Vale, está bien. Cómo supongo que ya sabréis soy Juníper, un dizork que está en el ejército
de Acabrok. Hace varias noches atrás aparecí en el sueño de Grace para advertirle.
- Sí, podrías acelerar por favor sabemos todos los detalles.
- Sí, por supuesto. Soy bueno, no me gusta matar. Yo no soy un dizork verdadero, todos me
llaman impuro. Yo no recuerdo mucho mi vida de hace 30 años. Según me han contado perdí la
memoria, pero recuerdo pequeños detalles. Dicen que Acabrok me borró la memoria y me
convirtió en dizork para que luchara con él.
- ¿Y qué recuerdas de hace 30 años?
- Por eso he venido esta casa, tengo una especie de recuerdo aquí tomando té de bayas con
alguien llamado Janelle. Recuerdo que me encantaba ese té y me tomaba 5 vasos-dijo Juníper
recordando.
- Eso no puede ser posible, solo hay una persona que le gustaba ese té. Todos lo detestaban y
no podían ni acabarse un vaso... Salvo una persona -dijo Janelle.
- Y bien ¿Quién es? -preguntó Ben.
- Tristán Freeman... -contestó Janelle con lágrimas en los ojos.
- ¡Espera! Eso significa que entonces tú... Tú... Tú eres mi padre -dijo mi padre.
- ¿Mi abuelo? -dije.
- ¡Sí Grace, mi padre desapareció, mi padre era Tristán Freeman! -exclamó mi padre.
- Pero nosotros nos apellidamos Walker, no Freeman -dije.
- Tu abuelo no se llevaba bien con sus padres y se cambió su apellido, pero yo quise conservar
el apellido de nuestros antepasados -me contestó mi padre.
- Así que todos estos años ha estado con Acabrok.
- Sí, ya empiezo a recuperar todos mis recuerdos -dijo Juníper, más bien, dijo Tristán.
- ¿Qué te está pasando? -dijo Sophie señalando a Tristán.
Del cuerpo de Tristán salían chispas y como por arte de magia se convirtió de nuevo en
humano.
- Recordarlo todo me ha hecho volver a mi ser -dijo.
- Ahora cuéntanos tu plan.
- A sí, sobre eso... Puede que no os guste.
- Dilo ya.
- Faltan 5 días, podemos hacer todo el armamento posible. Pero para acabar con Acabrok solo
se puede con la espada de la libertad.
- ¿Y qué problema hay?
- Solo se aparecerá ese día y a cambio de una vida. Así que me sacrificaré y cuando aparezca
la espada, cogerla y acabar con Acabrok.
- No, te acabamos de recuperar no te perderemos de nuevo.
- Mi vida se acabó ese día en 1994, pasé 30 años de vida sin acordarme de nada y sufriendo.
Mi vida ya no tiene solución. Y si acabar con mi vida significa acabar con la de Acabrok, lo
haré.


LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora