LA ESPERANZA DE LA LIBÉLULA ~la maldición de Acabrok~

La misteriosa llamada que lo cambió todo

- Mi nombre es Acabrok -dijo la voz.
- ¿Qué? -dije sorprendido- Espera... ¿Por qué me llamas?
- Muy simple. Quiero que me ayudes.
- ¡Jamás haré eso! ¡No traicionaré a mis amigos!
- Si no me ayudas te mataré a ti y a tus amigos. ¡Os mataré a todos si no cooperas!
Me quedé un rato pensando, debería ayudarlo sino nos mataría. Suspiré y contesté.
- ¿Qué necesitas?
- Oh, chico listo, buena elección -dijo soltando una risa malévola- Mañana a las 8:15 irás a la
biblioteca, allí te esperará Madisson y te contará el plan. Adiós. Por cierto, si dices a alguien o a
la policía algo sobre esta llamada o que te ves con Madisson, olvídate de que tus amigos estén
vivos.
- Am, si no diré nada.
Y me colgó. Me quedé pensando sobre la misteriosa llamada toda la noche y al final me quedé
dormido.

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Al siguiente día me desperté temprano y bajé a desayunar. Me llené un tazón con leche y eché
unos cereales cogí una cuchara y me puse a comer. Sonó el timbre, me temía lo peor. Mi
madre se estaba duchando y mi padre estaba fuera por asuntos de trabajo y no volvería hasta
dentro de un mes. Instintivamente pensé ¿Y si era Acabrok? ¿O Madisson? ¿Y si venía a
matarme porque soy fiel a mis amigos?
Cogí el bate de béisbol que tenía en la entrada preparado para irme a los partidos (porque
juego al béisbol) para defenderme. Abrí la puerta con el bate en la mano preparado para atacar,
abrí y me dispuse a batear a quien hubiera detrás de la puerta.
- ¡Alto, alto! Soy yo -dijo Grace esquivando el golpe de mi bate.
- Oh, lo siento no sabía que eras tú.
- ¿Quién pensabas que era? ¿Acabrok? -dijo sarcástica, pero en verdad si que pensaba que
iba a ser él.
- No... Emmm, nose un ladrón tal vez. Es temprano, yo que sé.
- Bueno, te perdono porque no me has hecho daño.
- ¿Y qué haces aquí?
- Pues, quería ver qué tal estabas, estás resfriado igual que yo -dijo con una sonrisa- ¿puedo
pasar?
- Si pasa -dije abriéndole la puerta.
Me seguí comiendo los cereales mientras que ella hablaba.
- Bueno. Ya que estamos despiertos a las 7 y hoy también tiene pinta de llover... ¿Te quieres
venir a mi casa y hacemos maratón de películas? -me preguntó esperando que la respuesta
sea un "Sí"
- Ahh... Esto yo... Mejor quedamos más tarde es que tengo que ir a un sitio. ¿A las 10?
- Si, está bien pero ¿a dónde vas? -me dijo dudosa.
- Mi padre... Que me ha dicho que... Esto... Yo... Tenía que ir a llevarle, osea mandarle una
cosa para allá. Unos papeles del trabajo y eso. Y luego mi madre me ha mandado a comprar
unas cosas para lo de la lluvia, como llueve tanto. Unas cosas para limpiar los cristales de las
gotas de lluvia.
- Eso lo tiene mi madre, tiene varios de esos le digo que le dé alguno a tu madre y a sí no hace
falta que vayas a comprarlo.
- ¡No! -dije, y me di cuenta de que lo dije gritando- es que mi madre los quiere de un formato
especial que solo lo venden en un sitio. Además ya los ha pagado. Tengo que ir a recogerlos.
- Ahhh, ok. Bueno pues te veo luego.
- Si, chao -dije.
Grace salió por la puerta y yo me dí cuenta de que miento fatal.
Después de desayunar fui a la hora prevista a la biblioteca. Y allí estaba, en la entrada, la
bibliotecaria Madisson.
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Bajamos a su despacho, yo nunca lo había visto y allí me ofreció una silla y me senté.
- Bueno, como sabrás esas amiguitas tuyas se colaron ayer aquí -dijo Madisson.
- Sí, estaba al corriente de ello.
- Lo suponía.
- ¿Y bien? ¿En qué tengo que ayudar? -pregunté.
- Serás un topo (no el animal, topo para persona se refiere a una persona infiltrada, por ejemplo
un topo de la policía, es cuando alguien de la policía traiciona a los demás para ayudar al
bando contrario)
- ¡Pero no puedo hacer eso! ¡Son mis amigos!
- Por eso mismo, ¿Quieres sacrificar tu amistad con ellos y salvarlos la vida o quieres verlos a
todos muertos? Tú eliges.
- Pe-pero.
- Piénsalo. Esta tarde llama a este número, es el mío -dijo dándome una tarjeta con un número
escrito- y ahí das tu respuesta final. Luego ya te contaré el plan.
- Está bien -dije cogiendo la tarjeta.
- Y ahora márchate. Está conversación no ha pasado.
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Fui a la casa de Grace para hacer el maratón de películas. Estuvimos toda la mañana juntos. Y
no daba de darle vuelta a lo que hacer, no los quería traicionar, pero siempre se tendrían a
ellos, yo desaparecería de sus vidas, me sacrificaría por ellos. No podía dejar que muriesen.
No, no si encima es culpa mía. Esa sensación me perseguía, que mis amigos y todos iban a
morir por mí. Es mejor desaparecer de sus vidas y no ponerlos en peligro. Tomé mi decisión
final. Me levanté del sillón donde estábamos viendo la película.
- Ahora vuelvo Grace, voy a llamar a mi padre a ver si le han llegado los documentos que le
mandé -dije mintiendo.
- Ok, pero oye ¿estás bien? Desde esta mañana estás raro y ahora estás como triste. Parce
que tengas ganas de llorar.
- No, que va. Es el resfriado. Tengo muchos mocos y me hace estar así. No te preocupes -y
diciendo esto me fui a una habitación alejada y cerré la puerta.
Llamé a ese número y en seguida contestaron.
- ¿Diga?
- Soy yo, Oliver.
- Veo que ya tienes tu respuesta.
- Sí. Me sacrificaré. No dejaré que mis amigos mueran por mi culpa. Cuéntame el plan.
- Acabrok no se equivocada, eres un chico listo.
- Solo no quiero que nadie muera.
- Bien, este es el plan. Queremos que nos cuentes todo. Se nuestros ojos y oídos allí. Y dentro
de 2 días te vendrás con nosotros tres sin ser visto. Y allí te mostrarás de nuestro lado.
Lucharás con nosotros y cuando salga la espada tú la cogerás y se la darás a Acabrok.
- Pero si se la doy acabará con todos.
- No si tú le das la espada. Recuerda que la vida de tus seres queridos está en juego.
- Acepto.
- Bien, eso es lo que quería oír. Intenta conseguir información. Te estaremos vigilando, no le
cuentes a nadie nada.
Colgué y fui de vuelta con Grace. Le quisiera contar todo pero no puedo, podría pasarle algo.
- Hola, ¿qué tal con tu padre?
- Ah, bien.
- Pues siéntate aquí, esta es la parte más interesante de la película.
- Sí -dije y me senté- Oye, ¿te puedo preguntar algo?
- Claro.
- Dentro de dos días cuando venga Acabrok, ¿Qué haremos?
- Pues supongo que iremos en su búsqueda y acabaremos con él.
- Sí, claro.
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Esos dos días pasaron muy lentos y yo me estresaba. Mis amigos estuvieron conmigo y
confiaron en mi y yo los voy a traicionar. Soy horrible. Me tiré en reuniones con Madisson. Y
planeando todo. También Acabrok me dijo el motivo por el cual quería acabar con Wegminton.
El no era un villano, solo una persona destrozada. Dijo que hace tiempo, él era un adolescente
y vivía aquí. Se llamaba Ethan. La gente de Wegminton le trataron fatal. Desde insultos hasta
amenazas. Desde empujones hasta palizas. Nadie le quería. Su sueño siempre fue ser alcalde,
le gustaba dirigir y organizar, cuando tuvo la edad suficiente para ser votado alcalde, se
presentó. Competía contra otros dos. Los resultados quedaron así:
- Jonh Espilbert (Candidato número uno) = 49,5% de votos.
- Arthur Tolbert (Candidato número dos) = 49,5 % de votos.
- Ethan Quillew (Candidato número tres) = 1 % de votos.
Ethan se quedó destrozado, todos se rieron de él. No tenía amigos que le consolaran o familia
que se preocupara, solo se tenía a él mismo y ni siquiera eso bastaba. Así que solo le quedó
recurrir a un experto de magia negra el cual le convirtió en medio humano medio demonio con
un nuevo nombre: Acabrok. El juró venganza.