07. In the lion's den

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»La tortura de una mala conciencia es el infierno de un alma viva.-John Calvin«

Mi mirada se enfoca en Demon, quien me observa con una ceja arqueada cruzado de brazos,esperando una respuesta de mi parte. La idea de estar sola junto a los Höllenstern, me hace tragar sonoramente aún cuando debo disimular normalidad.

—Un gusto, soy...—intento presentarme.

Pero antes de que pueda hablar Demon rueda sus ojos con diversión y avanza hacia mi y me jala hacía uno de los sillones. —Edén Dufour, lo sé.

—¿A sí?—me suelto de su agarre con sutileza, tomando asiento en el sofa al que el castaño estaba guiándome, él toma asiento junto a mi lado,tomo distancia pegándome al otro extremo en un intento de mantenerme apartada del dúo con la tensión apoderándose de cada músculo de mi cuerpo. De reojo, puedo notar como Demian mira al chico con seriedad, probablemente molesto por la interrupción. Éste ni siquiera se inmuta de la mirada del azabache.

—Amiga de Beckett, ¿No?— pregunta, mirándome con sorna mientras se arrastra por el asiento hacia mí. Asiento seria,en un intento de no parecer asustada, me obligó a relajarme . El no va a hacerme daño,me repito una y otra vez.

—Y de Rachel.—digo, esperando alguna reacción de su parte, pero lo único que recibo es una sonrisa que no logro descifrar. Lleva su mano derecha llena de anillos hacia detrás de su cabeza, recostándose .

—La rubia con linda piernas.—dice una voz femenina de la nada. Aparto mi atención de Demon, encontrándome con una mirada fría y vacía.—¿Qué hace ella aquí?—la chica, que logro identificar como la del vestido ensangrentado, se cruza de brazos. Me sonrojo al notar que me había quedado mirándola fijamente,intento ignorar la sensación de envidia e inferioridad. Sin embargo,no era el momento de sentirme mal conmigo misma,no ahora .

—Es amiga de Demian. Relájate, Katherine.— añade el castaño con una sonrisa mientras alarga el brazo para tocarme el hombro.— ¿No es una ternura?— a pesar de su apariencia hostil, su expresión es cálida y amistosa.

Trato de sonreír, y al parecer lo consigo porque la pelinegra enfrente mío deja de verme con el ceño fruncido y me da una sonrisa suave que aleja la mirada fría que llevaba en la cara. Ella se acerca a paso lentos pero decididos y toma asiento en las piernas de Demian, susurrándole algo en el oído. Mentiría si no dijera que estaba asombrada por su belleza. Cabello de un negro brillante totalmente lacio que contrastaba con su piel blanca como la porcelana,sin ninguna imperfección. Sus ojos azules brillaban con intensidad y sus facciones parecían estar pintadas por los pinceles más delicados.

Demian suelta una carcajada tan repentina que logra sobresaltarme y sorprenderme al mismo tiempo. Es profunda, varonil y hasta diría que contagiosa. Sería un sonido encantador si él no fuera un posible psicópata. Unos hoyuelos aparecen en sus mejillas, en ningún momento aparta la mirada de la pelinegra. Me pierdo en mis pensamientos, imaginándome lo irreal que parecía toda esta situación, sentada como si nada frente a unos asesinos. Siento como el calor llega hasta mi cuello al sentir la mirada fija de Demon, su sonrisa había desaparecido y sus ojos se encontraban fríos, vacíos, sin sentimientos, dándole una apariencia tétrica. Mi cuerpo se tensa ,llena de incomodidad me preguntó por qué el cambio drástico,sintiendome expuesta me acomodo en el sillón sin dejar se observar sus ojos verdes.

—Debo llevar a Edén a casa .— aparto la mirada del castaño para posarla en Demian, que se encontraba apartando con delicadeza a la chica sobre él.

—¿Piensa irte ya?— me observaba,la voz de la pelinegra suena suave pero decidido, con un falso tono de pena.

—Wow, hasta yo casi caigo con ese tono, Kath.—Demon suelta una carcajada mientras la hermosa pelinegra lo asesina con la mirada, mostrándole su dedo del medio. El castaño hace una mueca burlona.

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