14- Me estás jodiendo lentamente

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Hudson Manckley

Salí furioso del hotel ignorando a todos los que se atravesaban en mi camino, incluso al director del lugar y los paparazzis que se habían quedado afuera, tomando las llaves del auto y saliendo de allí a toda velocidad sin rumbo alguno.

Saque mi teléfono sin soltar el volante con una mano y marqué el número de Maximiliano poniendo el alta voz, necesitaba urgente desahogarme con alguien.


- Hermano-  su voz al otro lado me recibió al cuarto tono.


- Dime si soy yo él único que cree que las mujeres son complicadas- solté sin pensar y pude escuchar su carcajada.


- No que eran seres que sólo servían para follarlas-  se burló mi amigo.


Y bufé, definitivamente eran palabras mías. Pero aquí estoy jodiendome la cabeza por una mujer; desde cuándo que pasaran de mi me molestaba tanto o el hecho de que me dijera que no había pasado nada cuando aún tengo el sabor de ella en mi como si la estuviera saboreando. No era algo que se me pasaría, estaba de acuerdo y me aterra el hecho de su indiferencia. Una probada no sería suficiente, necesitaba más. Pero no estoy acostumbrado a rogar ni nunca lo haré. Si ella quiere ignorar está atracción magnética que hay entre los dos no puedo hacer nada con eso, pero quizás deba buscar otro manera para borrarla de mi sistema.


- ¿ Sigues ahí?- la voz de mi amigo me regreso la llamada y asentí para colgarle sin despedirme. Sí necesitaba desahogarme pero a la vez no sabía que decir.


Acelere más fuerte el auto dirigiendome a un club que hace rato no visitaba. Necesitaba un trago urgente. Le informe a Vagunh otro de mis amigos que estaba en Italia con un mensaje y quedamos en el mismo lugar. Ya el me esperaba dentro en la zona vip. Pude divisarlo nada más que entre con su barba y su traje perfecto sonriéndome desde lejos.


-  ¡El gran Hudson Manckley!-  declaró nada más que me tuvo en frente y sonreí abrazándolo.


Había reservado el área vip para nosotros ya que conocía mis gustos. Aunque Maximiliano es mi mejor amigo, el italiano a mi lado era una pieza importante en nuestra amistad, ya que juntos éramos los tres jinetes, compañeros de noches desenfrenadas y los solteros codiciados según la prensa.


- ¿ Y por qué no traiste a la puta de Max contigo? .


Reí a carcajadas ante su referencia.


-  Lo deje trabajando. Pero bueno cuéntame de tí.


Me servi un trago de la botella que tenía en la mesa que era Wuiski en uno de los vasos que me trajo la joven mesera y lo escuché atentamente mientras me explicaba cosas sobre su empresa y las nuevas inversiones. La verdad mi cabeza tenía problemas para concentrarse. Por lo que asentí a todo y continúe bebiendo hasta sentir que me quemaba la garganta.


Una chica pelirroja me estaba bailando desde el primer piso, y cuando mis ojos chocaron con los de ella me sonrió coqueta guiñándome un ojo. Aquello no me emociono mucho pero como deseaba olvidar cierto color rubio, hice una señal a uno de los barman del lugar para que bajarán y le brindaran una copa en mi nombre.


- Nunca pierdes tú hábito de ligar amigo-  se burló el italiano.


- Nunca- declaré riendo mientras observaba al hombre llegar hacia la chica que ahora tenía cara de confusión y hablarle al oído por el ruido de la música. Pude ver cómo asentía sonriente y luego jalaba a una castaña que andaba con ella para venir hacia nosotros.


"Mi jefe necesita una novia" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora