15- Rumores

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Hudson Manckley

El beso se torno abrazador y poco a poco mi ropa cayó empapada entre nosotros a igual que los zapatos quedando solo pieles desnudas deseosas de sentirse.

La gire pegándola está vez a la fría pared llevándome yo toda la caída del agua sobre mi espalda, con sus pies agarrados a mi cintura fuertemente y tome su cabello para dejar su cuello expuesto y poder atacarlo en pequeños besos que la hacían soltar gemidos siendo el sonido más erótico que había escuchado en mi vida.


- Hudson- susurro en mis labios perdida en el placer, cuando baje a uno de sus pechos ya desnudos para tomarlo en mi boca y sucionarlo.


Sus bragas aún estaban en su lugar lo mismo que mi erección deseosa dentro de los bóxer negros, la cual ya me estaba empezando a molestar pero antes quería hacer otra cosa que me estaba matando la cabeza desde ayer.


-Necesito saborearte- suplique contra sus labios y me dió esa mirada confundida que me hizo desearla aún más.


Ni siquiera le di tiempo a procesar mi pedido porque la lleve hasta la habitación importandome poco que dejáramos un desastre de agua a nuestro paso.

- ¡Estás loco!-  río besándo mi mandíbula.


- Estoy loco pero por tí ratocita-  la coloque en la cama con delicadeza y la cubrí de besos desde sus labios, hasta su abdomen, bajando lentamente hacia la zona dónde quería llegar. Ella se retorcía entre mis caricias, arqueandose bajo mi peso. Coloqué mis manos sobre sus caderas para abrirla hacia mi con una de mis piernas, observando con adoración su zona íntima que brillaba haciéndome relamer los labios y acercarme lo más rápido posible a adorarla con mi lengua. Tomándome todo el tiempo del mundo con aquel exquisito manjar. Sabía tan dulce como ya me había imaginado, como a mí droga favorita. Tomé aquel pequeño botoncito haciéndola gritar con toda mi atención, mientras se convulsionaba y se venía completamente en mi boca, estallando en tremendo orgasmo pronunciando mi nombre.


Le di un respiro aún cuando una parte de mí estaba deseoso de su atención y comencé a masturbarme frente a ella liberando completamente mi erección. Sus ojos se dirigieron hacia mí y se agrandaron al verme. En su boca había una media sonrisa cuando se acercó hasta estar de rodillas frente a mi miembro.


- ¿ Puedo?-  preguntó con algo de miedo.

- Es lo que más deseo-  declaré tomando su mano para enseñarle cómo debía acogerme, y gruñi cerrando los ojos ante el mínimo contacto algo inseguro.

Ante mi reacción alejo su mano y me miró directo a los ojos.


-¿ Hice algo mal?-  su inocencia lejos de molestarme me exitaba aún más. Saber que yo le había dado su primer orgasmo y que la estaba enseñando a complacer un hombre me tenía la mente como un cavernícola.


- No ratoncita, debes seguir así-  volví a tomar su mano acercandola-  Y ya cuando te sientas más segura prueba a tomarla entre tus labios.


Asintió decidida, al principio realizando movimientos algo torpes y luego cuando sentí la calidez de su boca, perdí el control de todo. Agarré su cabello bruscamente y comencé a follar su boca duro, hasta verle las lágrimas. No podía parar, era como tener a mi ángel personal sometido. Terminé con un gruñido vaciandome todo en sus labios y parte en su pecho y para sorpresa mía lo que cayó dentro de su boca lo trago sin dificultad alguna.

"Mi jefe necesita una novia" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora