Asfixia (Itanaru)

Capítulo 30

-Padre -Fugaku levantó el rostro con duda, dejó el libro que leía en su escritorio, estaba en su casa, ya era de noche -¿qué necesitas Itachi?, creí que estabas bastante ocupado para venir a saludar -el heredero se sentó frente al escritorio con calma -vengo a informarte que retiraré a mi guardia, contrataré un nuevo equipo -Fugaku apretó el ceño -¿de qué hablas?, ¿sucedió algo? -Itachi negó -no, simplemente me asfixian, necesito respirar y esos sujetos siempre están sobre mí, ¿cómo si me vigilarán?, mas que guardias me hacen sentir un criminal -el líder se recargó en su silla analizando a su heredero -no seas ridículo, sólo busco tu seguridad-

Itachi acomodó su largo cabello con cuidado hacia atrás -si es así, ¿por qué Sasuke y Shisui no tienen guardia? creo que he demostrado que soy serio con mi trabajo y mis objetivos, ¿cuál es la necesidad de seguirme?, ¿acaso el abuelo lo hacía con usted padre? siento que no me tienes la confianza suficiente, tengo casi treinta años y aún no confías en mí padre -Fugaku comenzaba a ponerse ansioso -déjate de estupideces, simplemente quiero ver que hagas las cosas bien -Itachi afiló su mirada -entonces es verdad, me vigila y no confía en mí -el Uchiha menor se levantó acomodando su traje.

Fugaku se levantó de golpe -siéntate, estamos hablando -Itachi apretó el ceño -¿seguirá tratándome cómo a un niño, padre? ¿qué más tengo que hacer para ganarme su confianza?, toda la vida me ha mantenido al margen, sometido y lejos de ustedes, ¿piensa ahorcarme aún más?, ¿qué espera encontrar?, sé perfectamente que tiene cámaras y micrófonos en mi oficina, los guardias me siguen a todos lados por donde me mueva, mi asistente le pasa un resumen de mis actividades, visitas y citas, ¿cuándo comenzará a dejarme vivir mi vida?, ¿o se la debo entregar por completo? -un silencio se formó en el lugar, Fugaku escuchó cada palabra con atención, guardó silencio sin saber qué responder.

Itachi veía a su padre con seriedad y molestia, al no ver respuesta -me voy -Fugaku lo vio salir, por primera vez en su vida, lo veía más grande, un adulto era quién salía de su oficina, bajó el rostro sin entender qué había sucedido ¿a qué le tenía miedo?, recordó cuando era pequeño, estaba orgulloso de la inteligencia superior de su hijo, estaba feliz, presumía de él con emoción, por eso usó a las institutrices en casa para desarrollar más su cerebro, todo era perfecto, hasta que escuchó a su padre -"ese niño te superará y arrebatará tu lugar, deberías mantenerlo bajo control sino quieres salir sobrando" sus puños llenos de coraje se relajaron, levantó el rostro con tristeza, ahora recordaba, tenía miedo a ser superado, a ser dejado de lado, a ser desechado, tenía envidia de su hijo, pero a la vez, lo amaba demasiado, recordó que sólo verlo lo hacía recordar las palabras de su padre, así que lo envió al internado y de ahí al extranjero.

Todo este tiempo en lugar de acercarse a su hijo lo había alejado con su actuar, lo había mantenido vigilado porque no sabía cómo acercarse a él, no sabía cómo hacer las cosas bien con él, sólo quería saber de él un poco y de esa forma estar seguro que se encontraba bien, era un idiota acomplejado, un mal padre, por eso cuando la relación de Itachi con Izumi terminó, por primera vez puso sus condiciones su hijo, aceptó no insistir con la chica, con la Hyuga en el fondo sabía que no funcionaría, cuando la desechó, le agradó lo que sucedía, así que escuchó las palabras de su hijo sobre dejarlo elegir, estaba complacido, sintió que tal vez aún tenía oportunidad de recuperarlo, cuando escuchó todo lo que le dijo hace unos momentos, nuevamente se sintió una mierda, no quería perder el único modo de saber sobre su hijo un poco más, era una forma de estar cerca de él, odiaba su maldito orgullo.