4 - Fiesta

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El rubio había llenado todo de folios y libros, hasta las camas de sus hermanos.

Otro día que se habían ido quedándose solo.

Y lo disfrutaba, aunque también debería disfrutar del tiempo en familia cerca de la playa.

Se levantó dispuesto a salir, pero alguien había llamado a la puerta.

– ¿Sí?

Ella entró dejando ver una taza de té entre sus manos.

– Sé que hace calor, pero el té frío del amor está muy bueno en estas ocasiones.

Él la miró confuso – ¿Té del amor? No sabía que eso existía.

Cerró tras ella, dejó el té sobre la mesa y miró los apuntes del muchacho – Eso me ha dicho la chica que te lo ha hecho. Ya lo estaba haciendo ella cuando he llegado, así que le he pedido opinión y me lo ha dado.

– Gracias Koala, te lo agradezco.

– No hay de qué. ¿Aún estás con estructura económica?

– Me temo que sí. Quiero terminar de entender el tema nueve antes de graduarme.

Koala sonrió – ¿Quieres que te ayude?

– Por favor. Bueno, si no te es ningún problema.

– Tranquilo. Bien, ¿por dónde te has quedado?

Koala se sentó al lado de la silla principal y él la siguió.

Dos horas después, ambos se levantaron para estirarse.

– Muchas gracias Koala, ahora lo he entendido mejor. Eres increíble.

– No hay de qué Sabo, estoy aquí para lo que necesites. Y no seas tan duro contigo mismo, no te ayudará nada. Por cierto, esta noche saldremos de fiesta, ¿vendrás?

– ¿De fiesta? No gracias, no es lo mío.

– Vamos Sabo, será divertido. Haz algo emocionante en tu vida como salir de los papeles. La amiga de Zoro nos enseñó el mejor pub donde ir, y hay muchas chicas guapas.

– No sabía que Zoro tenía una amiga fuera de su típico grupo de amigos.

– Se la hizo hace poco, y nos enseña muchos lugares. Nos hicieron descuento gracias a ella en el curso de surf con Shanks, conocemos el mejor bar del pueblo, lugares secretos en la playa donde hacer hogueras, y el pub más animado y barato. Sólo faltas tú por conocerlo, e iremos todos.

Sabo suspiró – Está bien, pero no sé cómo ir.

– No te preocupes por eso. Voy a llevar la taza al fregadero y ahora subo a ayudarte.

Mientras Sabo se arreglaba, la mansión se llenaba de voces buscando conjuntos, maquillajes, zapatos...

Como en otro lugar algo lejos de allí.

– ¿Para qué necesitas que yo también salga?

– Le has caído bien a los amigos de Zoro.

– ¿Y?

– Hace mucho que no sales de fiesta.

– ¿Y?

– Es verano.

– ¿Sophie?

– Podrías echarte un novio de verano.

– Sí, cinco.

– Tn, pareces mi madre así, sé más positiva. Vas preciosa, y esta noche vamos a brillar.

– Eso dices todas las noches que salimos, y lo único que veo brillar es mi falta de querer quedarme.

Frío en verano - Contratiempo 1 (Sabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora