Frío en verano - Contratiempo 1 (Sabo)

9 - Reconocer indirectamente

– Zoro y yo cumplimos una semana juntos, ¿no es genial? Ha dicho que tiene una sorpresa para mí.

– Sophie.

– ¿Sí?

– Cierra el pico. Sólo te oigo hablar de él, a cada segundo. Y para hablar de un chico a cada segundo, ya tengo a mi hermana con Shanks.

– Está bien, lo siento.

– Gracias.

– Oye Tn, creo que deberías conseguir novio. ¡Ya sé! Esta noche saldremos de fiesta a un buen local que acaban de abrir, vente y conoces a alguien. Escuché a Ace decir que estaba interesado en tí. Deberías darle una oportunidad.

– Sí claro, ahora mismo.

– ¿De verdad?

– No. Y no te pongas pesada, vivo muy bien así.

Terminó de ponerse la camiseta de chándal y salió. Su amiga la vio.

– ¿Estás enfadada?

– No.

– Estás enfadada.

– No lo estoy.

– ¿Qué ha pasado?

– Nada, porque no estoy enfadada.

– Venga, no me enfado.

– Sophie, no te pongas pesada.

La puerta sonó llamando la atención de ambas.

– ¡Voy yo!

Tn rodó los ojos y fue a la cocina.

Sophie abrió la puerta y los ojos.

– Sabo, ¿qué haces aquí? Son las diez de la mañana, ¿no deberías estar desayunando?

– Buenos días Sophie. ¿Está Tn?

– ¿Tn? Eh, sí, sí, está... ¡TN! ¡SABO ESTÁ AQUÍ!

Tn se acercó curiosa – No grites Sophie, te va a escuchar todo el vecindario. ¿Por qué no preparas el desayuno? Yo me encargo.

– Sí – pero Sophie se escondió tras la pared para escuchar.

– Buenos días Tn.

– Buenos días Sabo, ¿pasa algo?

– ¿Eh? Oh, nada. No te preocupes. Solo que, bueno, he pensado en lo mucho que nos estamos divirtiendo tú y yo durante estas dos semanas que llevamos juntos, y todo es gracias a tí.

– Sabo, no...

– Espera, estoy hablando. – ella sonrió – Quiero invitarte a cenar esta noche. No a casa con todos como una amiga más. Una cena, tú y yo. No pienso hablar de Koala, prometido. Y te traeré temprano, sé que mañana trabajas temprano.

– No hace falta que invites.

– Insisto. Como disculpa por lo de anoche.

– Bien, vale. Ven por mí a las nueve.

– Seré puntual.

Ella iba a despedirse, pero él seguía ahí.

– ¿Necesitas algo más?

– ¿No haremos nada juntos esta mañana?

– ¿Quieres que hagamos algo?

– ¿Surf?

– Bien. Ves a casa a prepararte. Yo desayunaré y te veré allí.

– Está bien – él sonrió – Hasta ahora.