5 - Disculpas

89 11 0
                                    

La chica había llegado muy temprano, había colocado a los chicos en sus camas, les había preparado una pastilla para la resaca y una botella de agua encima de la mesa, saludó a Dadán que abrió los ojos al verla a las ocho de la mañana trabajando, escondió a su mejor amiga en la habitación de las chicas, colocó los suministros de limpieza, se hizo una coleta alta y empezó su jornada.

Cuando, dos horas después, su hermana llegó, se sorprendió al ver la planta baja como los chorros de oro.

– Buenos días, Dadán, ¿qué ha pasado?

La mujer suspiró – Tu hermana ha madrugado para venir, al parecer tenía ganas de estar aquí.

Makino sonrió – Es una chica muy trabajadora, ¿no crees?

– Ya lo creo, me recuerda a tí. Espero que no se desperdicie en cualquiera.

– ¿A qué te refieres?

– A nada mujer, a nada. – la pelirroja se fue murmurando – Una chica tan perfecta con un profesor de surf tan idiota, si tan sólo me hubiera hecho caso...

– Shanks es perfecto – fue lo último que dijo Makino antes de marcharse.

En la octava planta, Tn se limpiaba el sudor de la frente y suspiró.

– ¿Agua?

– ¡Ay! Jo, qué susto. Ah, es usted señor Garp. Sí, muchas gracias.

– Lo siento por asustarte renacuaja. Vengo a darte las gracias.

– ¿Las gracias? Pero sí sólo he hecho mi trabajo.

– No me refiero a la limpieza, me refiero a lo de anoche.

Tn se tensó – ¿Anoche?

– No te hagas la loca ahora, vi como trajiste a Sabo a su habitación, y supe que saliste corriendo en cuánto pudiste. Luego trajiste a todos los demás. Eres una chica muy fuerte, e inteligente, podrías ser una gran marine.

– ¿Marine? Pero yo quiero ser profesora, me gustan los niños gracias.

– Oh, ya veo, buen oficio. Pero gracias por traer a mis nietos borrachos a la cama asegurándote de que vayan a sus camas.

– ¿No le molesta?

Él se rió – No. Debería, pero yo también fui joven una vez y quería pasarmelo bien. Además, están de vacaciones, deben pasárselo bien antes de que terminen sus carreras y deban ponerse serios en sus vidas. ¿Tú no bebiste?

– Zumo y agua.

– Deberías haberte puesto salvaje. ¿Y qué tal Sabo, Ace y Luffy?

– Bueno, Sabo me sorprendió, pero creo que necesitaba olvidar sus penas un rato. Ace, lo siento que lo diga, pero tiene un nieto salvaje. Y Luffy, creo que bebía de lo que había sin darse cuenta porque estaba muy puesto en bailar.

– ¿Alguno de ellos te llama la atención?

Ella se sorprendió, pero luego se rió – Disculpe Garp-san, pero ninguno de sus nietos cumple con mis expectativas de pareja.

– Los tres son muy diferentes, deberías acercarte a ellos y lo verás. Ya te preguntaré. Y ahora te dejo trabajar, yo también debo trabajar en mis asuntos.

– Sí, gracias.

– ¡Ah! ¿Y por qué no sacas esta tarde a Sabo a tomar algo? Me aburre verlo ahí siempre, y sé que tú podrías hacerlo.

Ella sonrió cuando el hombre se fue, y siguió con sus quéhaceres.

Sabo se levantó alarmado, pero un pinchazo en la cabeza lo echó para atrás, así es como se dio cuenta del vaso de agua y de la pastilla. Y de que todos tenían lo mismo.

Frío en verano - Contratiempo 1 (Sabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora