Capítulo 7: Diferente

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La casa de Bobby era muy diferente a la suya, y mientras ambos se dedicaban a empaquetar cajas de sus habitaciones, el peso de lo que estaba ocurriendo se apoderó realmente de Dean. Se trataba de un cambio permanente. Se iban de esta casa y lo más probable es que no volviesen. 

Al principio Dean no entendía por qué él y Sam no podían quedarse allí. Bobby parecía horrorizado ante la idea y dijo algo parecido a "Todavía eres un niño. No tienes que preocuparte por las facturas y cuidar de Sam." Dean aceptó la respuesta y se lo pensó un momento.

Mientras recogía sus últimas cosas, miró la chaqueta de cuero desgastada que tenía sobre la cama. Su forma arrugada, vacía y sin vida era muy parecida a cómo se sentía ahora. Recordó cuando su padre le regaló la chaqueta y le dijo algo así como 'cuídala bien, chico'. Recordó cuando se la mostró a su madre con entusiasmo y recordó su risa, clara como el día, incluso después de todos estos años. Recordaba los tiempos en que eran una gran familia feliz y lo echaba de menos. A pesar de que eso se había ido hace mucho tiempo, mudarse parecía grabarlo en piedra aún más. Como si realmente se estuviese forzando a decir adiós.

Y así lo hizo, y dejó la chaqueta donde estaba mientras sacaba la última caja de sus cosas, cerrando la puerta tras de sí.

                                                                 ***

Castiel no había visto a Dean en la escuela en los últimos dos días, y eso le preocupaba. Sabía que era estúpido preocuparse por una persona a la que apenas conocía, pero Dean siempre iba a clase. Desde que se conocieron no se había ido ni un solo día. 

Otra cosa extraña era que se había despertado la mañana anterior con un moratón bastante feo en la mejilla, y realmente no tenía ni idea de dónde podía haber salido. Se despertó en la cama, así que tachó el caerse de la cama de su lista metafórica. Nadie le había pegado, al menos qué él supiera. ¿Cómo puede alguien golpearte sin que lo sepas? El moratón ni siquiera dolía, pero los colores eran claros como el día. Charlie se dio cuenta cuando fue a la escuela ese día y por suerte le ayudó a cubrirlo con maquillaje, incluso le dio un poco de corrector para que se llevase a casa y lo usase. Le dio las gracias con gratitud, lo último que queríamos era que la gente hiciese preguntas de las que él no sabía la respuesta.

Cas sentía que se acercaba uno de esos episodios depresivos. Sus movimientos se sentían más lentos, perezosos, y siempre tenía dolor de cabeza. Empezó a perder la motivación para domar su alborotada cabellera, y los habituales vaqueros que llevaba los sustituyó por sudaderas. Charlie, siendo la amiga leal que era se quedó a su lado todo el tiempo, pero sabía que pronto no podría ni salir de su habitación, y ni siquiera Charlie podría evitarlo. Siempre estaban bien preparados, Charlie cogía todos sus trabajos del colegio y se los llevaba para que no se atrasara. Pero seguía siendo duro para el chico, sobre todo porque no tenía forma de predecir cuando llegarían. Hacía mucho tiempo que no pensaba en autolesionarse, pero ahora le venía a la mente como un viejo amigo. Pero sabía qué hacer. Siempre sabía qué hacer.

Cuando Dean volvió a la escuela, estaba diferente. Cas no podía precisarlo, pero sabía que ocurría algo. Lo primero que notó es que la chaqueta de cuero que siempre llevaba no estaba por ninguna parte. Había sido sustituida por una simple sudadera gris con capucha. Además, Jo le estuvo siguiendo de cerca durante todo el día, asegurándose de que nadie le molestara.

Llegó la clase de inglés y lo segundo que notó Cas fue que Dean tenía un gran moratón en la misma mejilla que Cas. La capucha de Dean estaba puesta sobre su cabeza, haciéndolo algo difícil de ver pero Castiel estaba casi seguro de ello. Pensó que era algo extraño en el mejor de los casos. Dean se sentó en su sitio habitual frente a Cas y el silencio que siguió fue ensordecedor.

"¿Qué ocurr...?" Empezó a preguntar el chico de pelo oscuro, pero fue cortado por Dean levantando la mano. No había ni malicia ni grosería en ese gesto, Dean sólo parecía... cansado. Agotado. Y Cas lo entendió mejor que nadie. Así que sacó su cuaderno y empezó a mantenerse ocupado. No le importaba tomarse un descanso ese día si era por la salud mental de Dean. Decidió dibujar al otro hombre para intentar animarle. Se puso las gafas en la nariz y empezó a trabajar.

Cas se reclinó en su silla y se acercó el cuaderno a él, asegurándose de que Dean no pudiese verlo. El tiempo pasó bastante rápido después de eso, y cuando sonó la campana Cas detuvo a Dean antes de que pudiese verlo y le mostró el boceto. En él, Dean estaba con Lisa tan feliz como siempre. El estilo artístico de Castiel no era exactamente realista, era bastante geométrico y tenía líneas y bordes afilados. La pareja estaba sentada en una mesa de picnic, ambos lucían sonrisas que atraían a las mujeres. Lisa tenía las manos apoyadas en la mesa y Dean tenía el puño levantándole la barbilla. Todo parecía tan natural y... perfecto.

"¿Puedo quedármelo?" Le preguntó Dean roncamente y Cas no dudó antes de arrancarlo de las espirales y entregárselo. Dean le dio un pequeño medio abrazo y se lo agradeció. Parecía que el plan de Cas para alegrarle el día había funcionado. Esperaba que lo que sea que Dean está pasando se resolviera pronto.

No podía negar el hecho de que pensar en Dean con Lisa le producía una punzada de celos en el pecho, pero hizo todo lo posible por ignorarlo. Dean merecía ser feliz y se conformaba con ser su amigo. Como no eran almas gemelas era casi ridículo por su parte pensar que podría haber algo más entre ellos, así que Cas decidió que se merecía lo que el universo le echara encima por ilusionarse de esa manera.

Pero esta conclusión no le gustó nada.

The Butterfly Project (Destiel) - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora