Chapter 23

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              Era difícil. Más de lo que pensaba. Isagi estaba a tan solo unos pasos de él, pero era incapaz de acercarse, principalmente porque cuando lo intentaba, parecía que el mundo conspiraba en su contra y ni siquiera llegaba.

             Pero tenía una oportunidad, solo debía aprovecharla, estaba decidido a arreglar las cosas con Yoichi, le extrañaba.

            Los entrenamientos para el próximo partido continuaron, los individuales ya habían llegado a su fin, y la selección de jugadores que había traído Ego ahora se estaba centrando en el entrenamiento grupal.

            Se hallaban en un breve descanso en el que algunos discutían varios errores cometidos y como arreglarlo, para ser precisos, ese era Isagi.

            No había dejado de observarlo, le era imposible quitar su mirada de alguien tan brillante como lo era él. Por unos segundos Yoichi dirigió su mirada a la suya, y chocaron con el primer día que se conocieron, sin embargo no duró por mucho, el mismo Isagi cambió su vista para continuar sus monólogo a sus compañeros haciéndolo sentir realmente mal.

           Cerro su puño con fuerza a la par que aprieta su mandíbula, está cansado de no hacer nada, el bastardo de Kaiser tenía mucha razón y si quería arreglar las cosas, debía hacerlo por sí mismo, si aun quedaba arreglo.

            Camina varios pasos hacia su destino, hacia la persona de orbes tan azules como el cielo que estaba a tan solo pasos de distancia, tan cerca y tan lejos que lo quemaba.

            Ya no queda absolutamente nada, solo un paso más. Se obliga a llamarlo, tiene que llamarlo, tienes que hacer algo, pero no sabe qué, o cómo debe hacerlo.

          Abre ligeramente su labios dispuesto a soltar su nombre, dejarlo volar, y que el otro chico lo mire otra vez, y le preste atención tan solo un segundo válidos para poder detenerlo de escapar como había estado haciendo desde el incidente.

         —Isa– —¡Todos regresen a la cancha!. Esto es lo que haremos. —Se escuchó resonar con mayor fuerza la voz de Loki quién llamaba a todos los integrantes de Blue Lock. Rin se vió opacado por este y decide que no era el momento adecuado.

           Se queda allí, observando la espalda de Yoichi que había corrido hacia la cancha tan pronto se escuchó la orden. Sus cabellos danzando la compas de sus ligeros trotes, sin mirar atrás, extrañando que el chico lo animase a ir con él.

          Se maldijo internamente porque había sido sus propias acciones las que habían arruinado eso.

          Una mano en su hombro lo saca de sus pensamientos y se tensa ligeramente al sentir esa sensación desagradable que lo ahoga cada vez que lo tocan, intenta aguantarlo, respira profundo, esperando poder superarlo.

         —Dale tiempo Rin–chan, se que se arreglaran tarde o temprano. —Bachira suelta a su lado, al darse cuenta saca su mano de su hombro y Rin suspira de alivio, estaba a punto de sacarla de un manotazo pero se estaba controlando de hacerlo.

            Meguru sonríe inocente. —Lo siento por eso. Lo olvidé.

            Esperando unas cuantas maldiciones molestas por parte del Itoshi menor.

            Rin lo observa inexpresivo, comienza a caminar hacia los demás ignorando al de mechas amarillas. —Da igual. —Expresa.

            Bachira se sorprende, Rin no lo había echado a patadas o hablado de manera grosera, sonríe de forma sincera para observar hacia Isagi quién asentía a cada cosa dicha por los profesionales. —Isagi–chan eres genial. —Dice por lo bajo, para seguir al de cabellos olivo, no sin antes molestarlo un poco.

The Ocean /RinSagi/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora