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El beso entre Juliana y Valentina cada vez aumentaba más la temperatura, ambas estaban seguras de lo que estaban haciendo, pero no encontraban la manera de dar el siguiente paso, Juliana no sabía cómo y Valentina tenía miedo de arruinarlo todo, quería que su Juls se sintiera en confianza, cómoda y tranquila, que se diera cuenta de que podía experimentarlo todo sin temor a que ella le hiciera daño.

Sin embargo, ella ya se estaba tardando solamente hacía pequeños frotes sobre el regazo de Valentina y su miembro semierecto comenzaba a necesitar más atención que eso.

Pero se iba a aguantar, a pesar del dolor que comenzaba a sentir al tenerlo atrapado en sus jeans no iba a ir más rápido, esperaría a Juliana todo el tiempo que fuese necesario aún si aquello era doloroso.

Entonces Valentina agradeció a todas las deidades existentes y por existir cuando Juliana quitó su cinturón al mismo tiempo que le abría los pantalones, no pudo evitar soltar un suspiro de satisfacción al dejar de sentirse tan apretada gracias a eso y nuevamente un jadeo salió de sus labios cuando Juliana acarició su bulto por encima de sus bóxers.

Pero todo se volvió confuso al ver a la mexicana levantarse de su regazo.

Y cuando la menor quitó sus shorts Valentina entendió que esto estaba pasando al siguiente nivel.

Juliana terminó de deshacerse de los pantalones de Valentina dejándola únicamente con sus bóxers y regresó una vez más a su regazo comenzando a frotarse con mayor intensidad sobre ella. Valentina podía sentir como la intimidad de Juliana se mojaba más a cada segundo y eso la estaba volviendo loca, de tan húmeda que estaba casi podía sentir su piel directamente.

Entonces Juliana quiso besarla nuevamente.

Pero Valentina la detuvo.

—¿Estás segura de esto? — La mayor preguntó mirando a los ojos de Juliana la cual asintió sin dudarlo.

Ahora Valentina tenía el permiso que necesitaba.

Así que con cuidado volvió a Juliana dejándola acostada sobre el sofá quedando su propio cuerpo entre las piernas de la mexicana y besó sus labios nuevamente, dejó un pequeño besito en la ruptura de su labio y comenzó a besar todas y cada una de las heridas en el rostro de la menor.

Bajó un poco más su rostro dejándolo en el cuello de Juliana e hizo lo mismo, besar cada una de las marcas de violencia que tenía como si aquello pudiese borrarlas y regresarle a la Juliana sin heridas que vio ayer por última vez.

Juliana jadeaba levemente con cada beso que Valentina dejaba en su cuello y eso solamente excitaba más a la mayor la cual tomando los bordes de las bragas de Juliana comenzó a retirarlas encontrando aquel húmedo paraíso en el que tanto deseaba estar, por lo que de inmediato se deshizo de sus propios bóxers y comenzó a acariciar la intimidad de Juliana con su miembro, se tomó tiempo para presionarlo contra su clítoris arrancándole un gemido a la menor que la hizo avergonzarse y cubrirse la boca, nunca le había pasado algo así por lo que le creía que aquello podía ser algo molesto para la mayor, sin embargo esta alejó sus manos de su boca suavemente y sonrió cuando Juliana volvió a gemir al sentir su clítoris siendo presionado de nuevo.

Ninguna de las dos podía aguantarlo más, además de que no tenían tiempo que perder, toda la ropa de ambas en estos momentos yacía tirada en el piso de la sala y entonces Valentina hizo aquello que ambas deseaban tanto, con sus dedos separó cuidadosamente los pliegues de Juliana y suavemente comenzó a entrar en ella dejando salir un jadeo al sentir lo cálido, apretado y húmedo que era el interior de la menor, era simplemente maravilloso.

Comenzó a embestirla suavemente escuchando a Juliana gemir con algo de vergüenza.

—Vamos a mi habitación— Juliana pidió con los ojos cerrados sintiendo como Valentina la cargaba y aún sin salir de ella se la llevaba hacia su habitación.

Con delicadeza la dejó sobre su cama y continuó penetrándola con todo el cuidado del mundo para no lastimarla.

Juliana era como una rosa y debía tener cuidado con ella.

Mantuvo aquel ritmo constante por un par de minutos mientras acariciaba su clítoris con sus dedos para hacerla llegar más rápido, entonces sintió como las paredes de la menor se apretaban más succionando un poco su miembro y haciéndole difícil continuar embistiendo, entonces jugó un poco más con su clítoris sintiendo cada vez más fuertes y placenteras las succiones.

—Valentina— Juliana gimió intentando avisarle sobre la nueva sensación que estaba sintiendo.

—Déjalo ir, Juls— Valentina pidió sintiendo como su miembro se sacudía avisando que pronto ella también llegaría.

Y sin previo aviso el miembro de Valentina fue bañado con los jugos del primer orgasmo de Juliana la cual tembló un poco al dejar salir aquel nudo que había en su abdomen.

Valentina continuó embistiendo para ayudar a Juliana a manejar el orgasmo que recién había dejado ir, pero al sentir lo fuerte que la menor se apretaba a su alrededor le hacía difícil poder aguantar más su propio orgasmo.

Así que una vez vio a Juliana recuperarse decidió preguntarle algo.

—Yo... Voy a venirme, ¿Puedo hacerlo dentro?

La mayor en ningún momento dejó de embestir hasta que Juliana asintió y con algo de tristeza en los ojos habló.

—No es como si fuera a embarazarme— La menor soltó con una risita amarga.

Valentina no pudo evitar sentirse triste por Juliana, pero decidió hacerla olvidar aquella desgracia penetrándola un poco más rápido, haciendo movimientos circulares y finalmente dejó ir aquel orgasmo que tanto había retenido mirando a Juliana disfrutar de sus espesos fluidos dentro de ella.

Valentina manejó su orgasmo embistiendo constantemente a Juliana hasta que sus fluidos dejaron de salir. Entonces se detuvo y la abrazó en esa posición que se encontraban con el cuidado de no aplastarla o lastimarla.

Esperaron un par de minutos y entonces Valentina decidió levantarse, no tenían tanto tiempo para perder por lo que entró a la ducha dejando a Juliana descansar un momento.

No esperaba que Juliana entrara junto con ella y volviera a besarla bajo la regadera, compartieron un apasionado beso nuevamente que la menor terminó por enrollar sus piernas en la cintura de Valentina la cual al sentirlo la aprisionó contra la pared para que aquello fuese más cómodo y continuó besándola.

Juliana se estaba convirtiendo en su nueva adicción y sin darle muchas vueltas al asunto volvió a penetrarla haciéndola suya una vez más antes de irse. Era tan placentero y tan satisfactorio hacer el amor con ella en la ducha, si ella fuera su esposa se encargaría de satisfacerla todos los días y hacerle el amor como solo ella merecía.

Un par de embestidas más bastaron para hacer a Juliana venir nuevamente al mismo tiempo que Valentina dejaba ir sus fluidos dentro de ella los cuales escurrían por sus piernas y terminaban por ser enjuagados con el agua de la regadera.

La ayudó a manejar el orgasmo nuevamente, acariciando en círculos su clítoris mientras escuchaba como la menor gemía en medio del beso que compartían lo cual aprovechó para meter su lengua en la boca contraria y poder saborear cada parte de ella.

Sonrió un poco al sentir las uñas de Juliana clavarse en su espalda mientras seguía disfrutando de su orgasmo sintiéndose satisfecha de ser ella la causante de su placer.

Y cuando todo acabó la bajó de su cintura para ahora sí intentar tomarse una ducha.

—Quiero otro, solo uno más— La menor pidió algo emocionada y Valentina soltó una pequeña risita.

Comenzó a descender por el cuerpo de Juliana para levantar una de sus piernas y ponerla sobre su hombro.

Iba a hacerla conocer el verdadero paraíso.

Estéril || Juliantina (G!P) •AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora