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Sergio se encontraba tranquilo en casa mirando una película al lado de Sofía, la cual, miraba atentamente a la pantalla de su celular mientras sonreía a causa de las ocurrencias que su novia Sofía le decía por medio de los mensajes.

Estaban en silencio, el único sonido que había en la sala era el del televisor debido a la película, sin embargo, el ruido de insistentes golpes en la puerta principal llamó la atención de ambos, los cuales, desviaron la mirada hasta dar con la puerta y al percatarse de tal insistencia, Sergio se levantó para ir a ver quién era el que interrumpía su tranquila mañana de sábado.

Abrió la puerta de forma brusca a punto de reclamarle a la persona causante de las molestias, sin embargo, no esperó a que tres oficiales entraran sin previo aviso a su casa y lo tomaran de los brazos para sacarlo del lugar.

-Somos la ley de Ciudad de México, Sergio Espinoza, queda arrestado tras ser acusado por maltrato doméstico contra su ex esposa, tiene derecho a permanecer en silencio o todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra- Uno de los oficiales informó haciendo una señal para que los otros dos policías lo sacaran de su casa -Tiene derecho a un abogado y en caso de no contar con uno el tribunal le asignará a alguien que atienda su caso.

- ¡No! ¿De qué mierda hablan? - El mexicano intentaba zafarse del agarre de los oficiales mientras estos lo sujetaban con fuerza para esposar sus manos en su espalda.

- ¿Qué demonios sucede? - Sofía se acercó al escuchar el alboroto.

- ¡Esto es un mal entendido! ¡Suéltenme! ¡Yo no maltraté a nadie!

-Tiene derecho a permanecer en silencio o todo lo que diga será usado en su contra- El oficial le repitió caminando hacia el auto mientras los oficiales que llevaban a Sergio lo seguían.

- ¿Que mierda? ¿Alguna explicación? - Sofía confundida también los siguió hasta afuera de la casa.

-El señor Sergio Espinoza fue acusado por maltrato doméstico contra su esposa, será llevado a juicio y permanecerá en detención hasta que el caso sea resuelto- El oficial informó

- ¡Ya no es mi maldita esposa, le firmé el divorcio!

- ¿Esposa? ¿Qué mierda, Sergio? - Sofía lo miró con repudio al escuchar aquello.

-No les creas amor, ellos mienten.

- ¡Cierra la boca, imbécil! - Ella respondió realmente enojada.

- ¡Tú, maldita perra, me mentiste! - Sergio se percató de la presencia de las cuatro chicas a las que menos quería ver en estos momentos; las dos abogadas, Valentina y Juliana, las cuales yacían paradas en su jardín mirando como él era llevado al auto de policías - ¡Me dijiste que no levantarías cargos, infeliz! - Este reclamó con dirección a Sara.

-Le recuerdo que todo lo que diga será utilizado en su contra, tiene derecho a permanecer en silencio- El oficial comenzaba a perder la paciencia.

- ¡Me las van a pagar! ¡Todas ustedes, y tu amiga también! - Sergio amenazó mirando a Valentina - ¡Esa idiota, me encargaré de que pierda su maldito empleo y su clínica de mierda! - Él seguía gritando mientras lo metían al auto por los oficiales.

Por suerte sus gritos y amenazas ya no se escuchaban desde fuera una vez que fue encerrado en el auto.

-Dios mío, ¿Ese hombre es tu esposo? - Sofía se acercó a las cuatro chicas dirigiéndose a Sara.

-Por suerte no, fue esposo de Juliana y hace un par de días accedió a firmar el divorcio después de insistirle por meses- La mexicana de ojos grandes informó después de señalar quién era Juliana.

-No puede ser, en serio lo lamento tanto, no sabía que él era tu esposo- Sofía hizo una gran reverencia frente a la chica.

-Tranquila, tú lo has dicho, no sabías- Juliana la tomó del brazo para levantarla de esa reverencia.

-Oh por Dios, ¿Ese bebé es de él? - Sofía preguntó preocupada al ver el embarazo de Juliana.

-Por suerte no- La mayor aseguró.

-Jajá, él es pito chico- Valentina se burló recibiendo un golpe en el brazo por el codo de Juliana.

-Él no es fértil, creía que yo no podía embarazarme y entonces me lastimaba por eso- La mayor dio una rápida explicación.

-No sabes cuánto lo siento- Sofía aún se sentía mal por ella.

-Deja de disculparte, fuiste una víctima al igual que yo- Juliana acarició su brazo para calmarla.

Sin embargo, su plática se vio interrumpida por el oficial que se acercó a ellas para informar que Sergio estaba a punto de ser llevado a detención.

-Ya nos vamos, recibirán una llamada cuando el juicio vaya a comenzar, tengan un buen día.

-Muchas gracias oficial- Valentina agradeció y las demás hicieron una pequeña reverencia al hombre mayor.

El auto policial estaba por irse cuando Sergio se las arregló para bajar un poquito la ventana.

- ¡Se arrepentirán de haberme mentido! - Sergio amenazó.

-Nunca debiste meterte con Juliana, ese fue tu error más grande- Valentina realmente quería ir y golpearlo con sus propias manos.

- ¡Maldita infeliz, me las vas a pagar!

Los oficiales al percatarse del alboroto corrieron para cerrarle la ventana y evitar más escándalos.

Sana solamente negaba con la cabeza ante todo el escándalo mientras miraba a los demás en silencio.

- ¡Te cuidado con no dejar caer el jabón en prisión, muñeco! - Valentina se burló antes de que finalmente los oficiales cerraran la ventana de Sergio y se fueran de ahí.

Juliana solamente se cubrió la cara y negó con la cabeza ante las tonterías que Valentina decía.

Sofía por su parte, no tenía más que hacer en ese lugar, así que simplemente cerró la puerta y se fue a casa al igual que las demás chicas, Sara y Daniela debían trabajar y Valentina se encargaría de cuidar a Juliana por el resto del día y consentirla.

Valentina quería des estresarse de alguna manera y la mejor forma de hacerlo era al lado de su familia, así que fueron a casa para pasar una tarde agradable juntas, vieron algunas películas y la inglesa se encargó de cuidar con todo su cariño a Juliana, realmente la amaba, sin embargo, ella no se había atrevido a pedirle ser su novia a pesar de estar esperando un bebé juntas, Valentina primero quería librarse de ese hombre que tanto mal me hacía a su pequeña y así poder ser la oficial de Juliana, quería ser la única en su vida, claro, además de su hija, porque solo había una persona a quien Valentina dejaría que Juliana amara más que a ella y esa era Valeria, su pequeña hija de 7 meses de gestación.

Así que esa misma noche Valentina cocinó la comida favorita de Juliana y a pesar de no poder comprar vino a causa del embarazo de esta, eso no fue un impedimento para brindar, lo harían con jugo de uva, todo para cuidar a la pequeña Valeria sin dejar de lado la elegancia.

Y con decoraciones de velas y pétalos de rosa Valentina estaba lista para pedirle a Juliana en esa cena romántica que fueran novias.

Estéril || Juliantina (G!P) •AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora