El misterioso mundo de Atlas

capítulo 4: Cueva del dragón

A pesar de que todo esté oscuro y frío, la cueva parecía ser interminable y no podíamos bajar la guardia.
Para nuestra sorpresa habíamos encontrado cristales verdes y rojos que salían del suelo y de las paredes.

Moon nos dijo que teníamos que recolectar y entregarlo al gremio en recepción. Que era parte de la misión.
Entiendo que vino para supervisar nuestra destreza en combate, pero creí que nos iba ayudar con los monstruos acorazados.
Al menos todas juntamos cristales en los cinco bolsos que nos dieron antes de venir. Nagisan llevaba la bola de luz junto a Moon, mientras estaban abrazadas, no son de hablar mucho pero entre ellas habia una relación muy empalagosa.

Galle nos advierte que más adelante de nosotros estaban los próximos contrincantes. Por un momento todas nos paralizamos, observo las manos de Moon y noto que estaba temblando. Imagino que sabe lo que hay más adelante del camino ya que estuvo en este lugar.

Me adelanto primera para darles a todas nosotras, me incluyo también un poco de ánimo.

-¿Que sucede Ranger? ¿Cuando dejamos que el miedo invada nuestros cuerpo? ¡¡¡¡Las Ranger siempre avanzan, no importa que situación o villano se nos presente, siempre avanzaremos hacia nuestro objetivo pase lo que pase. Porque somos las Ranger de Valkyria!!!!-
Comenté materializando mi espada, llevándola y apuntando hacia arriba mientras las observo a todas ellas.

- Pero tu no entiendes lo que hay ahí, son monstruos anti magia-
exclama la bella flor fría Moon, mientras mantenía en sus pechos la cabeza de Nagisan.

-¡Se muy bien que no sé lo que nos espera, pero nos subestimas, Moon! Las tres juntas superamos cualquier obstáculo, solo te pido que creas en nosotras-
Respondi a la inquietud de la pareja de Nagisan.

Nagisan sonriendo levanta la cabeza de los pechos de Moon y afirma a mi petición.

-bb, ella tiene razón. Ya nos enfrentamos a bestias antimagia, el tornado de Galle es muy útil como estrategia para esos monstruos y mi habilidad bestia es de lucha cuerpo a cuerpo, si no puedes confiar en ellas, entonces hazlo por mi-
Nagisan toma de las manos de Moon y las sujeta con fuerza sin apartar sus miradas .

En eso todo comenzó a temblar, los monstruos de cristal venían en nuestra dirección, pero pasaron de nosotras. Es como si estuvieran huyendo de algo o alguien.
Para ser exacto había una docena de esos gigante de diamantes corriendo hacia el inicio de nuestra aventura. No sabíamos que estaba pasando, aunque Moon ya sabía que peligro se acercaba.

Una gran resplandor alumbró la cueva y no era la bola de luz de Galle. La iluminación emanaba demasiada calor, pronto las llamas alcanzaron nuestro punto y entre Moon y Galle crearon una burbuja de energía como escudo, para evitar ser rostizadas como carne a la parrilla.

-¡Chicas tenemos que hacer que retroceda, para poder atacarlo!- aconsejo Moon.

-¿Como haremos eso?-
Pregunto Galle.

-Cuando baje el fuego, él no puede expulsar tanto por largo tiempo-
Comentó Moon reviviendo nuestra fe de sobrevivir.

Las llamas comenzaron a cesar y tomamos ese momento para correr lo más rápido hacia la criatura. El pasillo era angosto se podía sentir el calor del fuego la tierra quemada.
La salida se hacía notar y afuera estaba El gran dragón Cesar, todo su ser imponía terror en todo el lugar. El aire ni siquiera se sentía, podría jurar que él nos estaba esperando y que la cortina de fuego fue una especie de saludo de su parte.

El nos miraba mientras se sentía orgulloso de poder cazar a su presa.

- Tengan cuidado con su cola, cuando aletea sus alas traten de mantenerse en pie y sobre todo su boca de doble filo, una mordida o una quemadura de su aliento es en extremo mortal-
Sigue advirtió la rosa blanca con espinas rojas Moon, mientras materializa su espada con dos hojas, empuñandola desde el medio-

El dragón observa a Nagisan y parecía estar confundido, se le acercaba para olerla. Pero cuando apenas notamos que estaba bajando la guardia las tres atacamos en el hocico de la bestia.
Este gruñó de dolor y con un golpe se su brazo nos mando a volar a Moon,a Galle y a mi, pero Nagichan la dejo intacta.

-¡No comprendo porqué estás con los humanos, deberías estar devorandolo!-
Comentó el dragón a mi mejor amiga.

-¿¡Que!? No se de que estas hablando, maldito monstruo-
Respondió Nagisan, mientras tomaba forma de bestia salvaje.

La forma que opta aquí Nagisan es de una mujer adulta, con un gran cuerpo. Los pechos le crecen y sus largas piernas casi mostrando todo debería darle fuerza para correr y saltar, las garras son preparadas para desgarrar la piel de los reptiles.

El dragón viendo como Nagisan se estaba transformando, este decide ponerse en pie, como una especie bípeda.

-Trate de ser gentil contigo, si esa es tu postura niña bestia, yo mismo te masticaré-
Dijo el dragón mientras lanza su aliento de fuego.

Me apresuré para lanzarle ondas lunares con mí habilidad a distancia dándole de lleno en su estómago. Galle utilizo su escudo burbuja para salvar a Nagichan , para que
así Moon la pueda tomar en sus brazos.

Nagisan nota que Moon le sangraba la nariz , pero estaba sonriendo.

-¿eh? ¿Bb, te hiciste daño?-
Pregunto preocupada, pero sé tranquilizó al ver la sonrisa lasciva que tenía su pareja.

-¡Ya veo, tu espada está forjada con nuestras garras!-
Dijo el dragón levantándose mientras me miraba fijamente.

-Debo admitir que son las cuatro aventureras que logran hacerme frente, pero están completamente lejos de matarme-
Agregó el reptil comenzando a volar.

El dragón comenzó a crear en su boca una especie energía oscura, se la lanza a Moon que se encontraba con Nagisan, luego vuelve a tirar con dirección a mi otra amiga, Galle se cubre con su escudo y la bola oscura termina atravesando la burbuja de energía de ella.

Las tres habían desaparecido, al momento que su aliento negro tocará sus cuerpos, desaparecieron por completo.

-Niña, deberías estar feliz, tu cuerpo lo usaré para poner mis huevos-
Dijo el dragón tomándome con su mano mientras con las garras me destrozaba la ropa.

Yo había caído en shock, mi propio cuerpo no me respondía. Las perdi para siempre...
Ya nada importa, ¿Verdad?...
¿Que quizo decir que va a poner huevos en mi? ¿Me va a violar? o tal vez use mi cadáver para calentar sus huevos.

Ya nada tiene importancia, sino están ellas...

Continuará...