Capitulo 24: La reunión de dioses

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Narrada por el escritor Van.

El joven escritor tomó las riendas de su historia, ya que sentía que se estaba saliendo de control. La muerte de la semi bestia llamada Nagisan y la guerrera de doble filo Galle no estaban en sus escrituras.

Por lo tanto, siguiendo la orden de la diosa Selene, decidió quedarse dentro del salón, donde protegían el libro lunar que contenía el mundo misterioso creado por los espíritus de la luna y escrito por un apóstol.

Mientras tanto, dentro de la burbuja de energía que los dioses Cronos y Selene creaban, apareció la Diosa Kairos. Ella siempre estaba presente en eventos muy importantes en las líneas temporales del tiempo.

El padre de la guerrera pelirroja se acercó a la diosa Art3mis para suavizar el momento que había causado su malentendido, ya que no conocía muy bien los sentimientos humanos.
Se acercó a la diosa Art3mis, con algo de incomodidad con su traje, el cual todos los demás también tenían un traje acuático y de color oscuro, a excepción de kira que el de ella era rojo.

-Diosa Art3mis, permíteme darte un consejo. En la vida humana, estamos destinados a nacer, vivir y morir. Hay momentos en los que las palabras son insuficientes, pero el silencio es una señal de respeto hacia aquellos que hemos perdido. Esas niñas tenían una vida por delante y desaparecieron frente a su mejor amiga, quien es mi hija... ¿Puedes imaginar cómo te sentirías si perdieras a tu hija adoptiva o a tu esposo? Una vez que reflexiones sobre eso, ¿seguirás adelante con la misión? Espero que, al darte cuenta, puedas tomar una decisión acertada, al igual que esas niñas eligieron venir a pesar del peligro-

dijo Alfardo, visiblemente molesto por lo que la diosa Art3mis le había dicho a su hija, Kira.

La diosa Kairos hizo su majestuosa aparición, envuelta en un resplandor de luz. Su vestido blanco, impecable y etéreo, parecía flotar a su alrededor. Una piedra de oro brillaba en su frente, irradiando una energía mística. Una corona del mismo material adornaba su cabeza, simbolizando su divinidad y poder. Pero lo más impresionante era el imponente reloj que reposaba en su pecho. Sus venas, hechas de oro puro, se extendían desde el reloj, pulsando con la esencia del tiempo mismo.

La presencia de la diosa Kairos capturó la atención de todos en la sala, pero especialmente la del apóstol Van

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La presencia de la diosa Kairos capturó la atención de todos en la sala, pero especialmente la del apóstol Van. Aunque confundido acerca de su papel en todo el asunto, Van no podía apartar los ojos de la diosa. Sabía que había sido utilizado como un peón en el juego de los espíritus de la luna, pero no entendía completamente cuál era su propósito en esta historia.

La diosa Selene, llena de pesar por las consecuencias de sus acciones, se dirigió a Van con una voz llena de arrepentimiento. "Van, a partir de este momento, la Tierra cambiará. Los lugares que conocías podrían no ser los mismos. Me doy cuenta de que mi culpa ha causado un gran daño, y por eso he buscado la ayuda de los dioses que ves aquí, en carne y hueso. Han venido para enmendar mi error y mi inmadurez. Es lo mínimo que puedo hacer por ti y por tu especie", expresó Selene con sinceridad.

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