El temblor

Capítulo 1.9

Se miraron entre ellos y luego, Daniel extendió su mano para tocar la cuerda, mientras, Nina abría y cerraba los cajones junto a Iván y Marina. Leo, también estaba a punto de tocar la cuerda, cuando Beto, puso su brazo entre medias, y después señaló hacia el techo, desde donde colgaba la soga.
Leo y Daniel miraron hacia arriba, y vieron cómo la soga comenzaba a balancearse, cada vez más rápido. Sólo se escuchaba el crujir de la madera, y de repente; una corriente pasó por fuera de la casa, parecía viento normal, Nina y Daniel se miraron y antes de poder parpadear una sola vez más; la casa comenzó a temblar, como si de un terremoto se tratase, la soga golpeaba las esquinas del techo, la cama se deslizaba por toda la habitación, Nina trataba de abrir la puerta, pero era incapaz, aquella fuerza no se lo permitía. Mientras tanto, en el piso de abajo, María y Denissa se abrazaban llorando en una esquina, y Pablo se escondía debajo de una mesa.
- ¡Silvia y Boris!- Gritaba Nina peleándose contra la puerta, Beto gritaba también tratando de sujetarse a las paredes de la casa, Daniel dió un par de saltos y sujetó a Nina por la cintura, tratando de hacer fuerza también para abrir la puerta.
De pronto, simplemente el suelo dejó de temblar y la puerta se abrió de golpe, Nina y Daniel cayeron rodando por las escaleras, Marina se levantó del suelo y llorando todavía, bajó las escaleras para encontrarse con su hermano Pablo.
- ¿Estás bien hermano?- Le dijo Beto a Leo. - Sí, ¿tú? - Contestó él.
- Bien, estoy bien-
todos bajaron al piso de abajo para encontrarse con el resto del grupo.
- ¿Qué cojones acaba de pasar?- Preguntó Pablo.
- Qué raro, no suelen darse terremotos por esta zona- Decía María.
- No era un terremoto- Dice Nina.
- ¿Y entonces qué era?-
- Una bestia, no sé cómo es, ni qué forma tiene, pero no ha sido un fenómeno cualquiera-
- Nina, ¿vas borracha?-
- Tal vez, pero estoy diciendo la verdad-
- Lo que dice Nina, es cierto- Dice Beto, y Daniel asiente. - Vale, Nina, sí, tienes razón pero, ¿podemos movernos por favor? Me duele mucho la pierna, y tendríamos que ir a buscar a Silvia y a Boris.- Dice Daniel.
Todos salen de la casa y comienzan a caminar, ya más tranquilos, en silencio.
Todos caminaron hasta llegar al garaje, una vez allí Nina abrió la puerta con el corazón de la boca, y se volvió a calmar al ver que Silvia y Boris estaban allí, esperándolos. Nina se abalanzó sobre Silvia, y la abrazó mientras lloraba. 
- Por un momento pensé que te había perdido, ¿estás bien?-
- Sí, no te preocupes, ¿tú qué tal?-
Le dijo Silvia.
- Bien-
Después, Pablo y Denissa entraron al garaje. - Estáis aquí, me estaba empezando a preocupar- Dijo Denissa.
- Ni siquiera te importamos Denissa, eso sobraba- Dijo Silvia mientras acariciaba el pelo de Nina.
Denissa frunció el ceño y se sentó en el sofá. Mientras tanto, Daniel se apoyaba sobre Beto, que lo ayudaba a caminar. Entonces un leve viento empezó a soplar, y los dos se escondieron tras unos cubos de basura. Y entonces, lo vieron, esa cosa; un montón de hojas volaban por los aires, un compacto polvo negro se las llevaba, como si de viento se tratase. Esa cosa pasó de largo, pareció no haberlos visto, una vez estaba lo suficientemente lejos, Beto y Daniel salieron y caminaron hasta la puerta del garaje.
Nina buscaba el mechero en su bolsillo y entonces llamaron a la puerta, muy fuerte. Se dirigió en silencio, asustada, y entonces escuchó a Daniel hablando en bajo. - ¿Quedará hielo?- Nina abrió la puerta aliviada, envolvió un par de cubos de hielo en un paño y se los dió a Daniel para ponerlos sobre su tobillo.
Marina abrazaba a Beto mientras hablaba con su madre por teléfono y Cristina miraba sentada en una silla, Beto parecía incómodo, y Marina parecía no querer mover un dedo, y en cuanto Marina colgó el teléfono Cristina le pidió a Marina que saliesen a hablar un segundo.