Marina se levantó del sofá, - Ahora vuelvo, guárdame el sitio - Le dijo a Beto, Cristina apretaba el puño y miraba a Beto enfurecida. Cerraron la puerta y una vez fuera comenzaron lo que acabaría en un desastre.
- Aver, ¿qué quieres hablar conmigo?-
- ¿No te haces una idea?-
- Aver Cristina, Beto, me quiere a mí; aunque te duela-
- No, eres tú la que está pegada a él todo el día, está incómodo; siempre ha estado conmigo-
- ¿Estás segura? Hoy me ha dicho que se está empezando a cansar de ti, y que yo tengo más curvas que tú-
Cristina no sabía a quién creer. Marina había sido su mejor amiga durante varios años, pero a principios del año, hubo algunos problemas, Marina empezó a consumir drogas, y las ponía por encima de Cristina, que ya no se sentía bien con todo aquello.
- Todo esto... Es por lo que pasó en enero ¿Verdad?- Preguntó Cristina bajando la cabeza.
- Te he dicho, que yo no he hecho nada Cristina, no te tengo rencor alguno; es Beto el que me quiere a mí, no puedes separar a dos enamorados- Cristina se hartó y le pegó un guantazo a Marina, que miró unos segundos hacia abajo y después se lo devolvió; Cristina se estaba remangando, preparada para abalanzarse sobre Marina y entonces, pudo escuchar a lo lejos aquel ruido de nuevo. Se quedó parada. - Vamos, ven aquí si te atreves- Decía Marina.
Marina pareció simplemente no haber escuchado el sonido, pero Cristina podía escucharlo cada vez más y más cerca, miró de reojo y vio un montón de hojas que volaban hacia ellas a la velocidad de la luz. Cristina empezó a correr en dirección a la puerta, mientras escuchaba cómo Marina la llamaba gallina una y otra vez. -¡Por favor, Nina, ábreme!- Gritaba golpeando la puerta. Beto abrió y Cristina cerró la puerta, después se escuchó un espeluznante grito fuera del garaje, y Cristina se quedó callada mirando a Beto. - ¿Qué cojones ha sido ese ruido tío?- Preguntó Daniel. - Cristina, ¿qué ha pasado?- Preguntaba Silvia. - Marina, esa cosa...-
Pablo se levantó de la silla. -¡¿Marina qué?!- Cristina empezó a llorar y se sentó en una silla sola, todos la miraban pero nadie hablaba. Pablo se dirigió a la puerta, salió y tras escucharse un puro silencio, de repente se escuchó la voz de Pablo. - ¡No, hermana, no!- Cristina empezó a llorar más fuerte, y Pablo gritaba descontroladamente. María se levantó con lágrimas en los ojos y salió también fuera del garaje, nuevamente, solo se pudo escuchar un grito suyo. Nina fumaba su cigarro temblando al lado de Silvia, que no era capaz de decir ni una sola palabra. Daniel salió también, para ver qué era lo que había pasado. Vio el tren superior del cuerpo de Marina, abierto por el abdomen, ensangrentado. Un desagradable olor a metal le llegó de repente y volvió a entrar en el garaje, mientras María y Pablo seguían llorando allí fuera. Beto se levantó y se acercó a Cristina. Tiró de sus brazos para levantarla y luego le dio un fuerte abrazo. - ¿Qué ha pasado?, no pienso juzgarte.
Cristina sólo temblaba y lloraba, era incapaz de hablar. - Oye chicos, creo que es mejor que os quedéis todos a dormir en mi casa, esa cosa anda por allí fuera, no quiero sufrir otra pérdida-
Les dijo Nina a los demás. - Sí, mejor- Dijo Beto, y los demás asentían.
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El temblor
HorrorEl libro cuenta la historia de cómo un grupo de amigos trata de sobrevivir a un fenómeno aberrante y siniestramente aterrador. La historia acontece en un pueblo situado en Segovia, llamado Carbonero el Mayor.