Capítulo 1

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Nina se sentó en su pupitre a esperar a que sonara el timbre. Pasado un rato entraron a la clase Daniel y Beto, que dejaron sus abrigos colgados en el perchero y se acercaron a ella.
Daniel y Beto eran los mejores amigos de Nina, a pesar de que Beto no vivía en el mismo pueblo, llevaban en la misma clase desde los tres años. Sin embargo; Daniel, sí vivía en el mismo pueblo y siempre había estado presente en la vida de Nina.
-Adivina qué- Dijo Daniel apoyándose sobre la mesa.
-No sé, no soy adivina, ¿vas a tener un hijo o algo parecido?-
Beto se ríe.
-No, claro que no. Esta tarde viene Beto a Carbonero, ¿por qué no salimos los tres esta tarde?-
-Sí, claro que sí, hace mucho que no salimos los tres- Dijo Nina.
Decidieron verse en un parque a las cinco de la tarde y después, el timbre sonó y los dos chicos se dirigieron a sus lugares.
Durante el recreo; Nina se sentó en unas escaleras, sola, a comerse el almuerzo. Esperaba a que sus amigos pasasen delante de ella y la invitasen a caminar con ellos. Pero no fue así. Simplemente pasaron delante de ella como si nada, como si no la hubieran visto. Pero Nina se lo esperaba en el fondo. No estaba en la mejor situación con sus amigos. Digamos que simplemente el grupo se dividió en dos partes de un día para el otro, ciertamente no era la primera vez que algo así pasaba, pero algo en el corazón de Nina sabía que esto no acabaría bien.                                       Volvió a sonar el timbre para entrar a clase y Nina se encontró nuevamente con Daniel y Beto.
-Unas ganas de que sean las cinco- Le dice Beto a Nina con una dulce sonrisa
-Sí, yo también- Sonríe-
Y tras seis largas horas, Beto, Daniel y Nina se encontraban en el parque riendo y comiendo una bolsa de pipas.
-¿Qué podemos hacer hoy?- Preguntó Beto.
-No sé, ¿se te ocurre algo Nina?- Dijo Daniel.
-No, la verdad es que no, no se me ocurre nada-
-Vamos, vivís en Carbonero, todo el mundo habla de éste pueblo; tiene que haber algo que hacer aquí- Añade Beto.
Nina y Daniel se miran y entonces Daniel añade: Sí, todos hablan de este pueblo pero no por buenas razones, desearía vivir donde vives tú, Beto-
-Tienes razón- Dice Nina.
-Un buen plan futuro sería ir nosotros dos al pueblo de Beto, seguro que nos lo pasamos mejor que aquí-
Daniel asiente y Beto dice: ¿Y si damos una vuelta?, ¿no pensáis quedaros aquí todo el día, verdad?-
Todos se levantan y comienzan a caminar, hablando de diversos temas, haciendo chistes, estaban pasando una tarde perfecta. Pasado el tiempo, se puso el sol, y después oscureció y Daniel y Nina acompañaron a Beto hasta la casa de su tía para despedirse de él.
-Chao Beto, mañana nos vemos- Le dijo Nina mientras le abrazaba.
-Adiós hermano, aver cuando vuelves- Dijo daniel mientras abrazaba a Beto también.
-Adiós chicos, mañana nos vemos- Dijo Beto y después se metió en la casa de su tía.
-¿Qué hacemos ahora?- Pregunta Nina.
-No sé, ¿quétal si seguimos dando vueltas? Pero esta vez por calles más viejas, por las que no solemos ir, así es más interesante, ¿quieres?- Responde Daniel.
-Sí, vamos.-
Estaban bajando una cuesta hablando sobre el instituto tranquilamente cuando de pronto, los dos se dieron la vuelta al mismo tiempo al escuchar un fuerte estruendo detrás de ellos.
No había nada, ni nadie; sólo estaban presentes la oscuridad de la noche y el silencio, puro silencio, y de repente, se volvió a escuchar. Parecía que la Tierra tembló por unos segundos, se quedaron parados en mitad de la calle escuchando lo que parecía un tsunami, pero nada se acercaba a ellos. Pasados unos segundos, dejó de sonar y aquél sigiloso silencio volvió.
-¿Has sentido lo mismo que yo?- Dice Daniel mirando a Nina asustado.
-Sí, creo que sí- Contesta Nina aturdida.
-Vámonos de aquí-
Siguieron caminando cuesta abajo callados, ninguno de los dos abrió la boca cuando estaban realmente lejos de aquella calle. Después decidieron mezclarse con la gente, y caminar por calles más transcurridas, aquellas que todavía tenían luz. Sentados en un banco, uno le dice al otro:
-Tal vez sólo se trataba de música de algún bar, o algo así-
-Nina, he sentido cómo el suelo debajo de mis pies se movía por un momento, además, ¿música así de alta en un bar un martes y en una calle como esa? No lo creo-
Daniel tenía razón, pero entonces, ¿de qué demonios se trataba eso?
Les esperaba media hora de teorías conspiranoicas para que después Daniel le dijese a Nina: -Vamos, te acompañaré a tu casa-
Por el camino ya estaban algo calmados, comenzaron a hablar sobre los planes para el fin de semana, el cumple de Nina se acercaba. Nina subió las escaleras de su portal para llegar a casa y una vez abrió la puerta, vió a su familia sentada en la cocina mirando la tele con la boca abierta.
-¿Qué os pasa?- Preguntó.
-Mira- Le dijo su abuela.
Nina levantó la cabeza, y entonces vio que se trataba de un reportaje de las noticias, que mostraba las imágenes de cómo habían encontrado restos humanos ferozmente despiezados, de manera inhumana, como si hubiese sido obra de una bestia. Pero lo que más inquietó a Nina, fue ver que los restos habían sido encontrados en Carbonero el Mayor, sólo unas calles más adelante, más arriba de aquel callejón en el que habían escuchado Daniel y ella aquel sonido.

El temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora