Capitulo 23

39 0 0
                                    

LV

Edmund miró de lejos como el mundo se caía. Como el universo colapsaba. Por primera vez se quedó paralizado. Ni siquiera en campo de batalla le había pasado eso.

-Eres tú-dijo Theodore Hamilton, sosteniendo todo su peso sobre el bastón-creí que...

-¿Estaba muerto? Lo estaba, pero me aburrí de chupársela a Satanás y decidí volver de ese infierno.

Theodore negó con la cabeza, e incluso sonrió levemente. Theodore extrañaba las bromas de Charlie. Edmund lo supo al instante.

Fue a que continuación sucedió algo que probablemente nadie veía venir, o seguramente sí, pero eso lo notarían hasta después: Theodore Hamilton abrazó a Charles Cuthbert y la manera en la que lo hizo fue la de un hombre aferrándose a aquello que había perdido y milagrosamente había recuperado. La manera en la que sus brazos le rodearon y le estrujaron fue como si deseara quedarse con él pero tuviera miedo de quebrarlo.

-Creí que te había perdido.

Por la expresión que adquirió, Edmund pensó que Charlie iba a golpearlo o a besarlo. Cualquier posibilidad era una opción. Si una jirafa rosa salía de entre los arbustos no iba a sorprenderse.

-Suelta el cigarro-soltó Edmund sin pensarlo-¡Charlie suelta el maldito cigarro, tuviste neumonía y aún esta helando!

Entonces Charlie empujó con fuerza a Theodore, retrocedió varios pasos.

-¡¿Es esto una puta broma?!

Cuando le escuchó decir eso, corrió hacia él, le tomó del codo y lo alejó de Theodore.

Theodore lo miró, confundido.

-Charlie...

-Oh no-Ryan entró en escena, miró a todos y se sonrojó al notar lo peligroso de la situación.

-¡¿Quién fue quién organizó esto?! -exclamó Charlie.

Gerald dió un pasó orgulloso. Charlie gruñó.

-Tú...tú no sabes nada.

-Sé que eres un hombre, Charles Christie, la gente en Tetsbury habla mucho de la misteriosa muerte del marica que intentó seducir a su maestro...

-¡Basta! -exclamó Theodore. Todos lo miraron-¡No puedes hablarle así, es suficiente!

-Eres un maldito-dijo Edmund. Theodore se giró a verlo. Su mirada pasó de Edmund a Charlie. Señaló a ambos.

-No me digas que...-soltó una carcajada-¿tú y el escritor? No puedo creerlo, Charlie. Tú nunca pierdes el tiempo, ¿o sí?

-Vete a la mierda, Teddy.

Theodore lo barrió con la mirada. Luego miró a Edmund y volvió la vista a Charlie. Edmund lo adivino al instante. No solo los estaba analizando, estaba viendo lo mucho que había cambiado Charlie. Lo mucho que había crecido. Theodore había enterrado a un muchacho y tenía a un hombre frente a él. A un hombre al que no conocía y que no había visto crecer. Edmund sonrió. Theodore estaba celoso de él. De lo que tenia con Charlie. Por primera vez desde ese caos, sintió orgullo por esa pequeña victoria. Le sonrió a Theodore.

"Mira lo que tengo, Theodore, mira lo que tú perdiste"

-¿Por qué? -Theodore caminó hacia Charlie-¡Te estoy preguntando porqué! ¡¡Charles!!

-¡¿Por qué qué?! -Charlie por fin se giró, también avanzó un paso, con los hombros tensos y la mirada desafiante.

-¡¿Por qué me hiciste esto?! Estabas muerto. Moriste.

La esposa de Lord CuthbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora