Sueño Cumplido (Sebastián Villalobos y tú) ****[HISTORIA ORIGINAL]****

Capítulo 16. Guapo como una obra de arte.

—   Creo que tienes algunas cosas que contarme. –Dijo Sebastian confuso.

—   Creo que sí.

No podía creer que en tan pocos días en Bogotá ya haya creado todo un caos. Aunque no sea mi culpa del todo. No sabía cuánto tiempo me daría el que mi hermano fuera a casa con la mentira de no haberme encontrado. Sabía que eso aseguraría mi estancia algunos días más, pero no podía estar ocultándome para siempre, algún día de verdad tendría que irme.

—   ¿Vas a contarme?

—   No sé si quiero hacerlo. Al no hablar de ello ignoro que está sucediendo.

—   ¿Por lo menos podrías explicarme porque tú hermano viene a buscarte hasta acá?

—   Me quiere de vuelta en casa.

—   ¿Quién?

—   Mi madre.

Mis ojos enrojecieron, Sebastian entendió que no me apetecía hablar de ello. Me llevó hacia él y me acorralo en un fuerte y cariñoso abrazo.

—   No importa que suceda. Voy a estar contigo.

Sebastian se ganó mi confianza desde el principio lo que me hacía pensar que era la única persona con la que contaba en ese momento. Ya no había sabido nada de mi amiga Katia, tantos años de amistad y unas cuantas horas para traicionarme.

Salimos del hotel con cautela, evitando cualquier mirada sospechosa. Enseguida nos dirigimos a su casa. La cual estaba sola, como la había conocido desde un principio. Ahora había llevado casi toda mi ropa y objetos conmigo, los que pude llevar.

—   ¿______? ¿Segura de que estas bien?

—   Te preocupas demasiado. Lo estoy. ¿O hay algo más para que te encuentres así?

—   Si, algo que me preocupa sobre todas las cosas.

—   ¿Qué cosa?

—   No quiero que te vallas. Todo ha cambiado desde que tú estás aquí, no sé qué pasará si ya no estas.

Me tomó entre sus brazos y capturó mis labios con los suyos. Sentí su corazón, palpitando justamente igual que él mío. Era una señal.

—   Yo tampoco quiero irme.

—   No dejaré que lo hagas.

♦

Mientras Sebastian dormía y el insomnio de nuevo se robaba mi noche, no pude evitar observarlo, quería grabarme cada parte de su delicado rostro. Sus pestañas largas, sus parpados que en ese momento ocultaban sus hermosos ojos avellana. Sus labios rosados y perfectamente delineados. Pero de lo que más deseaba no olvidarme era de su aroma, ese que me enchinaba la piel en cuanto lo detectaba. Era inconfundible. Sin duda alguna, él era la obra maestra de algún artista maravilloso.

♦

Al despertar me encontraba sola sobre la cama. La voz de Sebastian se escuchaba desde afuera de la habitación. ¿Con quién habla? Me pregunté. Cuando salí y lo vi en el pasillo descubrí que hablaba por móvil. En cuanto me vio termino la llamada con una animosa despedida.

—   ¿Con quién hablabas? –Pregunté curiosa.

—   Con una amiga. –Algo en su respuesta me provoco un pequeño ardor en el estomagó.

—   Ah ya entiendo.

—   Necesito que te vistas rápido.

—   ¿Haremos algo hoy?

—   ______ perdóname, de verdad. Juan me llamó en la mañana, necesita mi ayuda para algunos videos. ¿No te molestas?

—   No, supongo que no.

—   Además pensé que te haría falta conocer a otras personas. No sé, alguna amiga.

—   Tal vez tienes razón, una compañera femenina no me vendría nada mal.

—   Ve a vestirte.

♦

Me acomode unos pantalones ajustados con una playera desmangada y unos tenis sencillos, por ultimo acomodé mi cabello.  Detrás de la puerta del baño escuché una voz vos dulce y femenina. Salí asomándome curiosa. Era una chica de tez clara y cabello largo, con ojos almendrados y grandes. Y en su rostro una gran sonrisa que la hacía lucir más guapa de lo que ya lo era.

—   ______, te presento a una de mis amigas más especiales. Ella es Mely.

—   Hola. –Salude gustosa y encantada.

—   Te va a llevar de compras. –Dijo Sebastian.

—   ¿De compras?

—   Si, te van a gustar muchísimo las tiendas y el centro comercial. –Dijo ella.

—   Entonces las veo por la tarde. Espero se diviertan juntas.

Mely me tomó de la mano y me dirigió a la salida.