§Narra ______§
Me llevó a su casa en taxi. Cuando entramos todas las luces estaban apagadas.
— Una cosa más. –Dijo Sebastian mientras me cubría los ojos con una especie de mascada.
— ¿Es necesario?
— Mucho. No querrás arruinar tu sorpresa.
Me tomó de la mano y me llevó con cuidado. Me ayudó a sentarme y después de unos minutos retiró la mascada de mis ojos. Me llevé una gran sorpresa, muchas velas alumbraban la habitación dando un toque romántico. Después destapó algunas charolas que se encontraban en la mesa, era comida. Todo se miraba hermoso.
— ¿Hiciste todo esto solo para mí? –Dije sorprendida cubriéndome la boca con las manos.
— Todo. No sé si la comida ha quedado bien pero la he hecho con mucha dedicación.
— Esto es una maravilla.
— ¿Qué te parece si empezamos?
Sirvió un poco de cada platillo en dos platos y luego se sentó a mi lado. Comenzamos a comer en silencio.
— ¿Qué tal esta la comida?
— Perfecta. De verdad gracias.
— Me alegra que te haya gustado. Escucha, aún te debo una explicación de mi comportamiento. Voy a ser lo más sincero que pueda.
— Está bien, te escucho.
— Muy bien, pues empezaré por decirte que desde la primera vez que te vi llamaste por completo mi atención. Después me di cuenta de que me empezaste a interesar. Lo que para mí fue un riesgo, puesto que no quería volver a encariñarme como una vez lo hice. Hace un tiempo salí con una chica, y pues me deje llevar, me enloquecí y no termino bien. Por eso mi repentino cambio de humor, cuando me daba cuenta de que al estar contigo me sentía muy bien, pensaba que sucedería lo mismo.
— Bueno, creo que es válido.
— Perdóname si llegue a lastimarte ______.
— Entonces, enloqueciste por ella… -Dije vagamente.
— No más de lo que estoy enloqueciendo por ti. –Me miró fijamente.
— ¿Estás seguro? Quiero decir, si tu historia del pasado ya no es un inconveniente y es verdad lo que me estás diciendo.
— Completamente seguro.
Después seguimos comiendo, la situación se había puesto un tanto tensa. El silencio se adueñó del lugar. Cuando termine él recogió mis platos y luego me miró serio.
— ¿Quieres saber mi respuesta? –Preguntó.
— ¿Cuál respuesta?
— Cuando me preguntaste que sentía yo por ti.
— Ahora no se si quiero saberla.
— La respuesta es que me gustas y te quiero. Te quiero para seguirte conociendo y compartir más momentos juntos. Para estar contigo.
— Sebastian, me gustas muchísimo. ¿Pero qué tengo yo que no tengan todas las demás chicas que te admiran?
— Tú me gustas, porque en ti vi algo que jamás había visto en cualquier otra chica. Créeme _______. Si hice todo esto solo fue por ti. –Me abrazo con fuerza y cálidamente.
— Yo también te quiero, y mucho. –Sonreí y le devolví el abrazo.
— ¿Quieres dormir de nuevo viendo las estrellas?
— Creo que no, hoy hace más frio.
— Se me ocurre algo mejor.
Me sujeto de la cintura con un brazo y con el otro elevó mis piernas al aire, y así cargándome como novia recién casada, me llevó escaleras arriba hasta su habitación.
— Menos mal que no me has tirado. –Dije mientras me bajaba.
— ¿Estas cansada?
— Si, fue un día agotador.
Me recosté en su cama y luego él se acomodó al lado mío.
— Descansa. –Dijo. Después me planto un dulce beso en los labios.
Y como si sus palabras fueran mágicas, me quedé dormida.
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§Narra Sebastian§
Después de que se quedó dormida, me quedé un rato observándola. Acaricie sus mejillas, sus labios, su espalda. Definitivamente era lo mejor que me había pasado en un largo tiempo.