De inmediato mi cabeza comenzó a punzar, mi día se había arruinado. Cerré con delicadeza la puerta. Después prendí las luces, me llevé un gran susto al ver a Katia dentada sobre mi cama.
— ¡Katia! ¿Qué haces aquí? Me has dado un gran susto.
— Me tenías muy preocupada. ¿Dónde has estado? –Su tono se agudizó al ver la venda que cubría mi frente.
— Tuve un pequeño accidente.
— Sí, me he dado cuenta. Te busque por todos lados, no estabas por ninguno. –Dijo ya más angustiada.
— Bien, ya estoy aquí. –La miré, su cara mostraba culpa. — ¿Haz llamado a mi madre? –No contestó. — ¿Haz llamado a mi madre Katia?
— Lo lamento, estaba muy preocupada.
— Ya, no importa. Le llamaré después. –Suspiré.
— ¿A dónde fuiste?
— No me lo vas a creer. –Deje un poco de silencio para provocar suspenso. —Sebastian me rescato en la convención y he salido toda la tarde con él. –Sonreí esperando que la emoción llegara al rostro de mi amiga, pero no fue así.
— ¿Saliste con Sebastian? ¿Y no pudiste haberme avisado? –Dijo incrédula.
— Lo siento, todo fue muy rápido…
— Que mala amiga eres ______. Sabes que moría por conocerlo al igual que tú, o hasta más. Pero así eres, egoísta. –Gritó enojada.
— Katia, no tienes derecho a ponerte así, ha sido solo un golpe de suerte. -¿Qué sucedía con ella? No tenía derecho insultarme de tal modo. — ¿Sabes qué? Ha sido un mal día, mira mi cabeza, la rubia idiota que arruino mi día con él. ¿Y ahora esto?
— ¿Sabes que pienso? Te lo mereces. Que tendrás tu que las demás fans no. –Escupió esas últimas palabras con repugnancia y después se marchó.
Cerré la puerta con seguro. Quería dormir, tenía un pase para la siguiente convención y aun no sabía si iría o no.
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Sebastian con sus amigos…
— ¿Dónde te metiste ayer? –Preguntó Juana intrigada.
— Estaba haciendo unas cosas…
— ¿Cosas? Nos han mandado fotos dónde estás con una chica.
— No pensé que fuera muy importante.
— ¿No? Es la primera vez que se te ve bien con una chica desde hace tiempo…
— Si pero de todos modos…
— ¡Pero nada! –Gritó Juan. Vas a pedirle una cita hoy mismo…
— ¿No van a empezar con sus planes de cupido, verdad? ¿Verdad?
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Desperté con más ánimos, pensé que si iba a la convención podría explicarle las cosas a Sebastian.
Me duché rápido y me puse esto
Peiné mi cabello y aplique un poco de maquillaje. Después llame a mi madre y le aclaré que todo estaba bien. Me miré al espejo y salí.♦
Llegué a la convención de igual manera que el día anterior, esta vez ya había blogers entro del edificio, había tardado más en llegar. La única diferencia es que ahora todo estaba más tranquilo. Observe con cuidado, lo busqué. Unos delicados dedos me llamaron tocando mi brazo.