Capítulo 7. Instintos.

469 36 3
                                    

El día paso lento bajo el pensamiento de Katia, quien no podía retirar ese gran remordimiento de haber saboteado la oportunidad más grande de su amiga, por qué después de todo se había equivocado, ______ no le había hecho nada lo suficientemente malo.

Miré mi reloj cientos de veces, el tiempo corrió sin detenerse. Mi ánimo estaba por los suelos, había perdido la oportunidad de salir con el chico que más admiro. Por última vez volví a mirar, 7:53 pm. El chasquido de una llave dentro de la cerradura se escuchó, bendecí mil veces a la persona que se encontraba tras la puerta, sin saber antes de quien se trataba.

—   ¿______?

—   ¿Katia?

—   Antes de que te alteres, de verdad lo siento. –Dijo apenada.

—   Pensé que éramos amigas Katia. ¿En que estabas pensando?

—   No lo sé ______. Por un momento la envidia me invadió y me dejé convencer por Jena. Lo siento mucho. –Agachó su mirada.

—   No sabes lo importante que esto era para mí. Pero ya no más, que vergüenza, no voy a volver a verlo.

—   Todavía puedes, no creo que las cosas se hallan dañado tanto.

—   ¿Lo crees? Pues piensa que por tu culpa lo están. –Grite enojada.

—   ______ …

—   No digas nada, ya no me interesa lo que tú digas. –Dije en seco y me fui.

§Narra Sebastian§

Pasé todo el día afuera intentando distraerme con cualquier cosa. Pero cuando me di cuenta de que ya estaba por oscurecer decidí regresar a casa. No tomé ningún transporte, caminé para despejar mi mente. Justamente pase por el hotel donde se hospedaba ______. No supe que pensar, me quedé un rato afuera, contemplando la puerta. Me encontraba demasiado confundido ¿Por qué no solo me marchaba y ya? ¿Por qué me importaba tanto? La intriga casi me mata ahí mismo, así que entre, sin escusa, sin ningún discurso planeado. Miré hacia todos lados, y sin buscarla ni siquiera un poco decidí salir, pero una chica pelirroja con rizos me interceptó.

—   ¡Sebastian!

—   ¿Hola?

—   ¿Vienes a buscar a ______?

—   ¿La conoces? –Me alteré un poco.

—   Sí… -Dudó un poco.

—   Bueno, es que tenía pensado decirle que… bueno nada importante. Mejor olvídalo. –Ya iba a salir, pero de nuevo me detuvo.

—   Oye, ______ no fue a la cita no porque no haya querido verte o algo así.

—   ¿Entonces por qué? No me vendría mal una explicación.

—   Fue mi culpa, Jena me convenció para que impidiéramos que llegara a verte.

—   ¿Y dices que eres su amiga? –Dije con sarcasmo.

—   Me equivoque, lo sé. Pero ¿crees que podrías ir a hablar con ella?

—   Lo haré, pero mañana tú te disculparas con ella.

—   Por su puesto.

Busque directamente su habitación. Toqué con desesperación.

—   ¿Quién? –Grito con todo irritado. Me preocupe por un segundo.

—   Soy yo, Sebastian. –Abrió la puerta, pero en cuento me vio intentó cerrar la puerta con rapidez, pero la detuve.

—   Sebastian, de verdad perdón  por fallarte, pero no me siento bien y …

—   Déjame entrar ______ por favor. –Y sin permiso suyo entré. La miré, sus ojos dilatados dejaban ver que había llorado. Así que la abrace. — Lo que te hicieron fue muy injusto, pero ya no va a pasar más.

—   No lo creo. –Dijo entre sollozos.

—   Verás que habrá una solución. Debo admitir que estuve muy preocupado por ti.

—   No entiendo porque.

—   Yo tampoco. –Le sonreí.

Pegué mi frente a la suya, e hice lo que mis instintos me permitieron hacer. Capturé sus labios con los míos hasta envolverla completamente. La besé, la besé con desesperación. Mi cuerpo tembló y una sensación que no había sentido en mucho tiempo me recorrió de pies a cabeza. ______ me gustaba, me gustaba de verdad y mucho.

Si te esta gustando no olvies dejar tu voto y comentario :)

Sueño Cumplido (Sebastián Villalobos y tú) ****[HISTORIA ORIGINAL]****Donde viven las historias. Descúbrelo ahora